El Menador acerca hasta el 24 de julio una exposición con parte de la colección que atesora el instituto Ribalta de las piezas y artilugios utilizados entre el siglo XIX y principios del XX para la enseñanza científica
CASTELLÓ. Sumergirse por la exposición Didáctica del tiempo es hacerlo también por los 175 años de enseñanza que atesora el IES Ribalta. La muestra, enmarcada en la agenda de actividades para conmemorar la fundación, en 1846 en el Convento de Santa Clara, del que fuera el primer Instituto Provincial de Segunda Enseñanza de Castellón -el actual Francisco Ribalta- encara su última semana de apertura al público en el Menador de la capital de la Plana tras casi cuatro meses de andadura.
La exposición, que bajará el telón el domingo, 24 de julio, reúne una selección de piezas, objetos y materiales didácticos que muestran cómo era la enseñanza en el siglo XIX y principios del XX y que revelan el énfasis que, en el caso concreto de la formación científica, “se le daba a la parte práctica y experimental” como complemento “a la explicación teórica de los fenómenos y las leyes naturales”, señalan desde el centro educativo. Ubicado desde 1917 en el emblemático edificio de la avenida rey don Jaime, es obra del arquitecto castellonense Francisco Tomás Traver y está considerado como Bien de Interés Cultural (BIC).
Aparatos (de fonógrafos a microscopios), mapas, planos, fósiles, minerales, atlas, grabados, libros, láminas (con especies botánicas o sobre anatomía del cuerpo humano) y otros instrumentos utilizados en las aulas para la enseñanza y divulgación de la geografía e historia, la física, el dibujo y las ciencias naturales llenan los pasillos de esta galería, convertida en un viaje didáctico a través del tiempo.
Materiales de “gran delicadeza y belleza que, aunque en su día fueron utilizados como instrumentos al servicio de la docencia, hoy son piezas de gran valor tanto artístico como patrimonial para todo el mundo”, destaca la comisaria de la exposición, Irene Gras. Todo lo expuesto pertenece a la colección museística que todavía se conserva en las diversas instalaciones del instituto, como el museo de Ciencias Naturales, el de Física y Química y el departamento de Geografía e Historia.
Así, desde el Gabinete de Historia Natural se han trasladado al Menador materiales de laboratorio, aves, mamíferos, reptiles, peces, invertebrados, modelos anatómicos, junto a minerales, gemas y rocas. También láminas de botánica y de anatomía humana y diapositivas de proyección. Por su parte, el Museo de Física y Química del IES ha ampliado la muestra con aparatología destinada al estudio de la mecánica, la acústica, el calor, la óptica, la electricidad, la meteorología o la química. Como ejemplos, en sus vitrinas puede apreciarse una pequeña muestra a través del fonógrafo de Edison (o gramófono primitivo); la linterna mágica Brevete y un telescopio de Gregory.
Entre el material incorporado por el departamento de Geografía e Historia figura un telurio lunar (una maqueta del sistema Sol-Tierra-Luna que muestra las fases lunares, los eclipses de sol y luna o las estaciones), adquirido en el curso 1882-1883; un Atlas Geográfico Universal elaborado en 1877; o un mapa en relieve de España y Portugal realizado entre 1888 y 1896 por Federico Botella y de Hornos.
Completan la exposición varios grabados de la colección que conserva el IES Francisco Ribalta, y que tiene su origen en el envío que hizo el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes en 1904. Proceden de las láminas que posee la Calcografía Nacional y que tenían una finalidad didáctica, ya que iban dirigidas a la Cátedra de Dibujo. En el caso del Menador, se exhibe casi toda la colección de aguafuertes realizados por Goya a partir de las pinturas de Velázquez.
Didáctica del tiempo reconoce al instituto Ribalta como referente formativo de la provincia, con una apuesta de 175 años por la educación pública y inclusiva”, indica el director del IES Ribalta, José Luis Lorenz. Y no es el único reconocimiento enmarcado en esta efeméride: el centro recibía el pasado mes de junio la Placa de Honor de la Orden Civil de Alfonso X El Sabio, por parte del Ministerio de Educación y la Casa Real, por su labor a nivel educativo, desde el siglo XIX y hasta hoy.