CASTELLÓ. La promotora castellonense Mediterráneo Calidad Urbana tramita un proyecto para invertir 4,4 millones de euros en la urbanización del sector residencial R25, de 53.378 metros cuadrados, en Alcossebre. El plan contempla la construcción de 256 viviendas distribuidas en bloques de apartamentos con jardín privado y casas unifamiliares en hilera, además del encauzar el barranco Cala Blanca.
La empresa, que posee el 89% de los terrenos, ya presentó en noviembre de 2015 otra propuesta más ambiciosa y lucrativa para urbanizar ese mismo sector. El objetivo inicial era construir 427 viviendas pero la Generalitat las ha reducido un 40% (hasta las 256 de ahora) debido a la alta inundabilidad de la zona y obliga a encauzar el barranco Cala Blanca.
El PAI reimpulsado ahora unirá las urbanizaciones residenciales Marcolina y Cala Blanca, al norte de Alcossebre. Lo hará a través de una calle central de 16 metros de ancho que cruzará el sector de este a oeste. La urbanización también incluirá un vial peatonal que bordeará el barranco y desembocará en una plaza, justo al inicio del parque natural de la Serra d’Irta. El PAI reserva una parcela terciaria para la construcción de un hotel y otra para una zona verde.
La inversión estimada en 4.367.420 euros incluye la urbanización de los terrenos, el coste de los proyectos y el 48% del gasto en las obras para encauzar el barranco, que durarán nueve meses. El 52% restante del coste del barranco irá a cargo de los propietarios de suelo de los sectores lindantes R24 y R26.
No es este el único proyecto residencial que tramita el Ayuntamiento de Alcalà de Xivert en su zona costera. Hay en ciernes otros dos planes inmobiliarios de menor enjundia.
El más avanzado lo promueve la promotora inmobiliaria Inversiones Rústicas Casetas en un solar de la calle del Campamento Jaume I. El consistorio ya ha aprobado la modificación 43 de la Unidad de Ejecución 1 del sector SUB/P7 del PGOU, que sustenta esa operación urbanística. La mercantil zaragozana, que posee el 60% de los terrenos, planea abrir un nuevo vial de un solo carril hasta la calle El Molló y culminar la acera de la calle del Campamento Jaume I, que ahora se corta a la altura del PAI. También completará la zona verde parcialmente urbanizada junto al local de los jubilados de Alcossebre. En la manzana resultante se construirá un bloque de viviendas con un espacio común al aire libre.
La aprobación de esa modificación del PGOU divide en dos la unidad de ejecución para dejar fuera al propietario del restante 40% del suelo, que no participa en el proyecto. Las obras de urbanización se han encarecido en los últimos años en unos 52.000 euros hasta los 327.000 presupuestados ahora.
Inversiones Rústicas Casetas, a través de la promotora inmobiliaria Gruduma, tiene actualmente dos promociones residenciales en Alcossebre: una ya en obras de 28 viviendas en el cruce de la avenida Blasco Ibáñez con la calle Roure; y otra de 17 unifamiliares en la calle dels Murs cuyos trabajos arrancarán en breve.
Gruduma posee una fructífera trayectoria inmobiliaria en Alcossebre. En los últimos años ha culminado una promoción de 15 viviendas en el Camí del Palau, un chalé unifamiliar de lujo y varios adosados en las calles Roure y l'Ametler y una última promoción de 16 adosados, todos ellos ya vendidos.
La tercera operación urbanística en marcha en Alcossebre se localiza junto al parque de la calle El Molló. La empresa Pinturas Armengot tramita un plan para completar los servicios urbanísticos en unos terrenos de su propiedad, de 3.465 metros cuadrados, entre el Camí l'Atall, el Camí del Molló y el barranco de La Coloma.
El desarrollo de la AU13 se hará en tres fases con un coste económico de unos 420.000 euros. Se ampliará la acera del Camí l’Atall a cinco metros de ancho con pavimento de adoquín, se urbanizarán los dos márgenes del barranco dejando el cauce al aire libre y se instalará el alcantarillado, el agua potable y las redes de telefonía, telecomunicaciones, electricidad y alumbrado público.
No todos los proyectos inmobiliarios que tienen como escenario Alcossebre verán la luz en los próximos meses. La Unidad de Ejecución SUB/P18, que estaba prevista en unos terrenos de la avenida Blasco Ibáñez, no será completada a corto plazo. La mercantil Aiguadolça Urbaser arrancó las obras de urbanización en 2008 y las culminó en 2010, excepto dos manzanas que estaban pendientes de resolución judicial. En aquel momento, el Ayuntamiento de Alcalà decidió trazar las aceras y una instalación eléctrica provisional.
Ahora, con la liquidación del PAI, los propietarios del suelo pagarán 250.183 euros a Aiguadolça Urbaser. Solo queda por resolver el recurso contencioso-administrativo que interpuso la empresa para reclamar al Ayuntamiento una indemnización económica por su rescisión como agente urbanizador en 2018. El proceso judicial tardará en resolverse, ya que está suspendido desde hace dos años.