CASTELLÓ. Una treintena de obras conforman la exposición 'Farreras. Sutil Armonía. 1984-2016'. Etapa compuesta por la realización de collages, relieves de madera y los coudrages con los que comienza cronológicamente esta muestra organizada por la Diputación de Castellón con los fondos de la colección Ars Citerior.
Francisco Farreras (Barcelona, 1927- Pozuelo de Alarcón, 2021) se trasladó en 1944 a Madrid para ingresar en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Al poco tiempo de su licenciatura viajó a París, residiendo en el Colegio de España entre 1950 y 1952, cursando estudios en la Escuela del Louvre y en la de Bellas Artes. Durante su estancia se relacionó, entre otros, con Xavier Valls, Cesar Manrique, Pablo Palazuelo, Luis Feito, Rafael Canogar, Eusebio Sempere y Josep Guinovart.
En 1952 regresó por unos meses a Madrid, donde realizó su primera exposición individual, en la Galería Biosca. En 1954 el comisario Luis González Robles le invitó a participar en la XXVI Bienal de Venecia. En este mismo año ejecutó el proyecto de trece pinturas murales al fresco para la capilla del Castillo de las Navas del Marqués, en la provincia de Ávila. Fue en 1959 cuando se trasladó a Nueva York y fue seleccionado por el MoMa y el Guggenheim de Nueva York, para participar un año más tarde en las muestras de pintura española 'New Spanish Painting and Sculpture' y 'Before Picasso; After Miró'.
También en 1959 comenzó a introducir como elemento en sus obras el papel de seda blanco, en un hallazgo casual, pues pasó de tener la funcionalidad de limpiar sus manos de la cola a sobre la madera, dando a la composición la tensión deseada. Varias de las obras de estos años se encuentran en museos internacionales que tempranamente vieron su interés, entre ellos la Tate Gallery de Londres, o el MoMa y el The Solomon R. Guggenheim Museum de Nueva York. En la ciudad de los rascacielos expuso en Bertha Schaefer Gallery (en 1964, 1965 y 1971). En 1964 entró a formar parte de la plantilla de artistas de la Galería Juana Mordó y realizó, por encargo del arquitecto Javier de Carvajal, el gran mural-collage (12,55 x 9,30 m) para el Restaurante Toledo del Pabellón Español de la Feria Internacional de Nueva York.
Entre 1962 y 1965 realizó tablas en tonos oscuros y rojos, donde vemos a un Farreras que se va distanciando del más puro estilo informal, predominante desde hacía varios años en nuestro país.
En 1966 dio por finalizadas sus obras con papel de seda blanco. Abandonó Estados Unidos y comenzó una etapa de constantes viajes. En 1967 realizó dos murales-collage para el Aeropuerto Internacional de Barcelona, uno de ellos de 2,35 m. de alto por 20 m. de largo. En este mismo año expuso a modo colectivo en el MoMa. En 1968 inauguró su primera exposición individual en la Galería Juana Mordó.
En 1970 expuso en Silvan Simone, en Los Ángeles, y un año más tarde se estableció definitivamente en Madrid. En la década de los setenta las exposiciones individuales se sucedieron: además de la ya anteriormente citada en la Galería Bertha Schaefer, expuso en la Wenger Gallery (San Francisco), Juana Mordó (Madrid), Galería Müller (Wintherthur), Galerie Libre (Montreal), Galería Trece (Barcelona) y Galería Juan Martín (Mexico D.F.), entre otras.
En 1982 realizó un gran mural-collage para el Aeropuerto de Barajas, donde por primera vez en su obra aparece la tercera dimensión. Durante año y medio trabajó en dar volumen a sus composiciones. Fue el periodo de los coudrages (de coudre, coser), nombre que viene dado porque las telas eran cosidas unas a otras. Las telas teñidas, realizadas manualmente y en tonos sobrios, evitando caer en cualquier tipo de estética innecesaria, tienen como relleno unas estructuras de cartón y esponja que le dan el volumen deseado. Esta serie de obras serían expuestas por primera vez en octubre de 1984, en la Galería Theo de Madrid. De esta época contamos con el 'Coudrage Nº 12 A' de 1984 y el 'Coudrage 101 A' de 1985, composiciones especialmente sobresalientes de su trabajo de estos años.
Tras esta corta etapa, retomó el collage, que utilizó hasta 1988, aunque ya iba intercalando sus primeras maderas ensambladas. En 1990, con motivo de la Expo 92, realizó para el Hotel Príncipe de Asturias de la Isla de la Cartuja, su primer gran relieve de madera, de 10 m de largo por 2,25 m de alto.
Durante casi tres décadas, la evolución de los relieves de madera fue constante. En los primeros años las composiciones poseían marcadas características geométricas y constructivistas, con una clara presencia de la simetría y un abigarramiento central. Más tarde aparecieron amplias cintas y gruesas cuerdas, que vemos emerger y volver a sumergirse en el plano.
En febrero de 2013 participó en los Escaparates de El Corte Inglés-Ámbito Cultural, con el relieve 'Nº 984-A'. Entre 2008 y 2016 realizó un buen número de piezas de pequeño formato, relieves elaborados con los restos de madera y cartón de otras obras anteriormente terminadas. De este formato contamos para la presente exposición con varias piezas, datadas entre 2014 y 2016.
Con noventa años, se planteó dejar escritos unos recuerdos que fueran su visión personal de una época ya pasada, de sus pintores, galeristas y otros personajes del mundo del arte. De este modo, en 2017 se editó 'De ayer y de hoy. Memorias'. Mucho se ha escrito sobre la obra de Farreras, a pesar de encontrarse desmarcado de lo imperante en cada momento, alejado y ajeno a reconocimientos, incluso a aquellos honores que le hubiesen podido ayudar en la difusión y perpetuidad de su quehacer. Aún así, llegó a realizar más de ciento veinte exposiciones personales, y su obra se encuentra en más de setenta museos y fundaciones públicas, nacionales e internacionales.