CASTELLÓN. La felicidad es el rasgo distintivo de un vestuario tras ganar un partido, pero lo es más cuando esa victoria llega después de una sequía tan prolongada como la del Castellón. Los albinegros consiguieron, el domingo, su primer triunfo en tres meses de competición liguera y el regreso a los entrenamientos, este lunes, revelaba un estado de dicha inédito en el presente curso. Había semblantes muy diferentes a otros días, como reconocía Kilian Morante, autor del gol que abrió el camino de la victoria ante el Alcoyano. “El ambiente no ha sido muy diferente a otros días, pero sí que hemos tenido la sensación de estar más liberados y de querer ir a por más en los próximos partidos”.
Y es que el valor de este triunfo va más allá de los tres puntos, pues hay un componente anímico que puede haber conquistado el conjunto albinegro de cara a sus siguientes compromisos. “Nos puede servir para desinhibirnos y liberar la mente. Ahora es momento de buscar una regularidad y salir de abajo”, afirma el guardameta Álvaro Campos.
En la misma línea se muestra el atacante David Cubillas, que espera que estos tres puntos hayan restaurado la confianza de un grupo que ha estado atenazado por las dudas en muchas fases de la competición. “A ver si es el punto de partida para empezar a mirar hacia arriba”, declaró el castellonense.
Los efectos reales a largo plazo se comprobarán en su debido tiempo, pero a corto plazo tenemos la referencia del último partido, cuando los de La Plana se situaron con dos goles de ventaja tras el trallazo de Muguruza. El Castellón pasó a jugar un fútbol con más aplomo y consistencia, evidenciando un cambio notable en su estado de ánimo. “Después del 2-0 el equipo se ha tranquilizado y hemos podido ver muy buenas acciones de los jugadores sin la presión de no ganar y estar observados con lupa”, reconoció David Gutiérrez, técnico albinegro, quien subrayó que la mejor fórmula para extraer el mejor nivel de los jugadores es ganar partidos, porque “cuando ganas, todo es más fácil y los futbolistas pueden sacar su mejor versión.
Los futbolistas creen firmemente en el impacto positivo de este resultado. Según Campos, la goleada ante el Alcoyano “nos da moral, fuerza y confianza en nosotros mismos”, mientras que, en opinión de Kilian, “una vez que nos hemos quitado el peso de ganar un primer partido, las victorias deben llegar solas”.
Aun así, los albinegros no pueden tirar cohetes porque su situación clasificatoria no ha cambiado tanto, lo que invita a no bajar la guardia, como reconoce David Gutiérrez. “No podemos permitirnos una euforia desmedida porque lo único que hemos hecho es ganar un partido”. El próximo sábado, ante el Ejea, se medirá el impulso orellut tras liberarse de una losa tan grande como la que ha arrastrado en este arranque de temporada.