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Elecciones sindicales, la electrificación y la salida del S-max y el galaxy marcan el nuevo año

Un agitado 2023 para Ford Almussafes

Foto: EDUARDO MANZANA
16/01/2023 - 

VALÈNCIA. La factoría de Ford Almussafes cerró el pasado año 2022 con el balón de oxígeno de ser la elegida para la electrificación de sus instalaciones, pero todavía sigue siendo una gran incógnita el detalle de la inversión. Un enigma que se resolverá en un agitado 2023 en el que, además, la fábrica afrontará otros importantes frentes como elecciones sindicales, la salida de los modelos S-Max y Galaxy y una previsible caída de la producción que abocará a nuevas negociaciones laborales sobre el empleo. Empieza un ejercicio frenético en el que la planta despejará varias dudas que quedaron pendientes en 2022. 

Y todo ello con el escenario de fondo de la crisis mundial por la escasez de suministro, que ha provocado continuos cambios en el calendario laboral y la prórroga cada trimestre de un Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). Unos vaivenes que se mantendrán este año ante la inestabilidad que sigue habiendo en el mercado. No obstante, la electrificación de la fábrica será la gran protagonista este 2023, ya que será a lo largo de estos meses cuando la multinacional desvelará los planes que tiene reservados para Almussafes tras ganar la batalla a la alemana de Saarlouis y adjudicarse los nuevos modelos eléctricos.

Ahora bien, aunque este anuncio es sin duda la noticia más esperada y la que fijará la ruta a seguir, todavía se desconoce cuándo llegará. Algunas voces ya apuntan a que la compañía podría desvelar las inversión antes de las elecciones de mayo, tras el trabajo de la Generalitat Valenciana por retener la planta, pero lo cierto es que todavía no existe una fecha concreta.  

Por tanto, a priori, la primera batalla que se librará en la planta será en febrero con las elecciones sindicales. Una convocatoria en la que UGT aspira a revalidar su mayoría en el Comité de Empresa. De hecho, el sindicato convocó a sus afiliados a una asamblea este pasado sábado 14 de enero para precisamente abordar la transformación que la fábrica valenciana experimentará en los próximos años debido al incierto futuro del automóvil.

Foto: EDUARDO MANZANA

De hecho, Almussafes ha iniciado 2023 con la producción a la baja en 400 unidades para el primer semestre debido a los paros en uno de los dos sistemas de fabricación. Y la previsión es que la producción anual de vehículos en la factoría disminuya este año ya que en abril dejará de fabricar los modelos S-MAX y Galaxy, por lo que lo más probable es que no se consiga superar los niveles registrados en 2022, cuando la producción aumentó un 45,6% respecto a 2021 hasta los 245.300 coches.

Precisamente, la despedida de estos dos modelos, anunciada por la compañía para abril, será otro bache que deberá afrontar la planta. En un principio, su ciclo final de producción estaba previsto para 2024, pero Ford finalmente adelantó su salida en el marco de la transición que la firma del óvalo está acometiendo hacia la electrificación. 

Una decisión que tendrá un claro impacto en la actividad de las instalaciones, ya que estos dos coches representan casi el 6% del volumen total de la producción anual en la factoría. De esta forma, Almussafes únicamente mantendrá el Kuga y parte de la Transit, mientras que hace solo dos años fabricaba hasta cinco modelos diferentes. 

El empleo, un nuevo caballo de batalla

Por tanto, esta pérdida abre la puerta al que sin duda será otro de los principales caballos de batalla este año en Almussafes: el empleo. Actualmente, la planta se encuentra con un ERTE vigente hasta el 30 de junio tanto en la planta de vehículos como en motores por la inestabilidad en la cadena de suministro por la crisis de los semiconductores. Un ajuste que afectará a una media de 700 personas diarias, aunque, con carácter general, ningún trabajador se verá afectado más de 70 días de ERTE, según las condiciones pactadas entre el Comité de Empresa y la dirección.

Pero no solo la situación laboral se complicará por el menor número de pedidos y la volatilidad del mercado, sino que, aunque se adjudiquen los eléctricos, este año no empezarán a fabricarse -la previsión es que la primera unidad salga de la planta valenciana en 2026-. Además, este tipo de coches precisa de un 30% menos de empleo que los de combustión. Esta suma de factores también conllevará la necesidad de un ajuste laboral en forma de ERE, una posibilidad que cobra cada vez más fuerza. 

Foto: EDUARDO MANZANA

Los propios directivos de Ford ya han expresado y dejado claro que la factoría tendrá que pasar "por un proceso de reestructuración y recualificación" y en el seno de la industria también tienen asumido que habrá profundos cambios. 

Una de las mayores incertidumbres es el futuro de la planta de motores, en la que trabajan cerca de un millar de trabajadores, de los cerca de 6.000 en Almussafes. En estos momentos, se suministran 2.200 unidades diarias de los motores 2.0 y 2.3 Maverik EcoBoost y 2.0 GDI, que se envían a las plantas estadounidenses de Louisville (para el modelo Escape) y Flat Rock (Lincoln), la canadiense de Oakville (Edge), y para los modelos Mustang y Transit Connect de Valencia. Ford ya ha dejado claro que su hoja de ruta pasa por producir y vender en Europa exclusivamente vehículos eléctricos a partir de 2030. Y, aunque la mayoría de motores se venden al mercado norteamericano, paulatinamente la producción irá descendiendo.

Los detalles de la electrificación, el gran hito de 2023

La llegada de los nuevos modelos eléctricos será el gran interrogante por resolver. Una inversión que garantiza carga de trabajo para la próxima década y, por ende, la supervivencia de unas instalaciones más allá de 2025, cuando únicamente se iba a quedar con la producción del Kuga. Por el momento, reina el silencio, pero ya se ha deslizado la posibilidad de que uno de esos nuevos modelos pueda ser la nueva versión del Mustang Mach-E, aunque también hay más opciones que estarían encima de la mesa. 

Y es que la plataforma GE2, que será la que llegará a la planta, es la segunda versión de la GE1, que precisamente se utiliza para el Mustang eléctrico. Por tanto, todo apunta que serán modelos de un tamaño grande como el Explorer o el mismo Mustang. Por otro lado, según avanzó el director general de 'Ford Model e', Martin Sander, será a partir de 2026 cuando se empiecen a ensamblar en la planta valenciana los nuevos modelos eléctricos.

Será, por tanto, este 2023 un año de mucha actividad en la planta porque se conocerán los planes concretos de Ford y su impacto en Almussafes. Pero también, se verán los efectos de la salida de los dos modelos y sus consecuencias en el empleo y qué organización guiará a los trabajadores en el camino para esa transición hacia la electrificación de las instalaciones.

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