grand place / OPINIÓN

"…under my skin"

30/06/2020 - 

“I’ve got you… under my skin!” La Tieta solía cantar esta canción clásica, la tarareaba mientras reía y sonreía mientras brindaba a su salud. No, ella no lo tenía bajo su piel, ni yo tampoco. El chip sólo fue obligatorio para los recién nacidos a partir del invierno del 2030, cuando el movimiento de LaResistencia que capitaneaban LosOtros logró hackear las aplicaciones móvile. Desde el otoño del 20, se habían ido implantando en todos los territorios del mundo llamados Naciones, alentados por sus gobiernos y por LasTec con la supervisión de LaGranFábrica.

Era un momento previo al GranCaos que llegó cuando cayó LaRed, precursora de ELLA. Había dos prioridades y ambas con las mejores intenciones: controlar el contagio y encontrar la vacuna. La primera prioridad fue cuestión de meses y se logró con una app en el teléfono móvil y, posteriormente, un microchip implantado en el cuerpo. 

-En cuanto, a la segunda prioridad, la GranHealth, antes llamada OMS/WHO estaba detrás… Te lo contaré en otro momento David, porque es muy largo y prefiero un encuentro en privado, dentro de nuestras posibilidades… Parece ser que fue la presidenta del Territorio-Europa quien encabezó una especie de Telemaratón para conseguir donaciones públicas y privadas. En su segunda emisión, superaron los 16 billones de euros. Junto a los líderes mundiales, estaban la Fundación Gavi, de Melinda Gates, y la Fundación Rockefeller.

-Me suenan mucho Laura… Creo que fueron los gurús de la NuevaNormalidad. ¿Recuerdas? Había una informe previo a la llegada del Covid-19 que anunciaba su llegada. Te lo pasó la Tieta en la SIM que te dejó en herencia. Y los Gates también avisaron años antes a toda la Humanidad del peligro de no estar preparados, al tiempo que pedían dinero para el almacenamiento y distribución de la vacuna a nivel mundial. Fueron nuestros salvadores, ¿no crees?

-Ya lo hablaremos en privado… Como te decía, la aplicación móvil quedó obsoleta muy pronto gracias a los amigos de la Tieta. Recuerdo que me hablaba de una amiga que tenía en la ZonaZero-BRX, Alícia…, también era de LosOtros. Fue la primera en rebelarse contra la Zero-App. Por aquella época, en el otoño del 20, ya se estaba implantando su uso, previamente a la implantación del microchip.

El primer avance tecnológico fue una app en el teléfono móvil interconectada con los sistemas de salud nacionales, que además era interoperativa en todo el mundo. Comenzó por ser voluntaria y compartida inter-naciones en el Territorio-Europa, antes de que deviniera una provincia de LaGranFábrica. Fue precisamente en una ciudad china donde se planeó hacer que la aplicación de seguimiento de la salud introducida como parte de la respuesta del coronavirus se convirtiera en un elemento permanente para su población de 10 millones, la ciudad de Hangzhou. Alipay, la nueva aplicación, mostraba un código QR con el estado del virus de un individuo, para controlar sus movimientos y el modo de vida.

 

Le siguieron la noruega Smittestopp, prohibida porque detectaba a los contagiados de coronavirus a través de tecnología Bluetooth y GPS controlando la localización y el comportamiento del ciudadano en caso de contagio. Noruega usaba una tecnología distinta a  la desarrollada por Google y Apple, y su aplicación no recibió una buena calificación en la base de datos “Covid Tracing Tracker” del MIT Technology Review.

Aquel verano también llegó la app a Alemania. Los desarrolladores, la compañía de software SAP y de Deutsche Telekom, crearon la Corona-Warn-App para intentar romper la cadena de contagios del Covid-19 tras un rebrote. En Suiza, el Parlamento aprobó la aplicación de rastreo de contagios Swisscovid, una herramienta gratuita y de uso voluntario, aunque el Gobierno recomendó su uso generalizado entre la población. 

Y en España se hizo una prueba piloto con la aplicación Radar, en la isla de La Gomera, utilizando la tecnología API (Interfaz de Programación de Aplicaciones) de Apple y Google. El desarrollador utilizaba un modelo descentralizado, basado en el protocolo Decentralized Privacy-Preserving Proximity Tracing (DP-3T), el más respetuoso con la privacidad del usuario.

-Sólo era el comienzo, David. Porque desde años antes LasTec estaban implantando un microchip intracutáneo en la mano para pagar, abrir puertas, comprar un billete de tren…, en sustitución de la tarjeta de crédito o el DNI. Ocurrió en Suecia poco antes de la llegada del virus. Varias empresas lo publicitaron entre sus empleados. Tenía el tamaño de un grano de arroz y el proceso del implante era casi indoloro, como un pequeño pinchazo. Les aseguraron que se lo podrían quitar cuando quisieran… 

-Por cierto, Laura, eHealth me ha citado para un control rutinario, algo sobre mi app, que dicen que se me desconecta… ¿Recuerdas que me aconsejaste que la pusiera en modo avión? Creo que se han dado cuenta y van a sugerirme la implantación del chip. Insistieron en la fecha exacta de mi nacimiento. Nosotros Somos la GeneraciónZero, en el 21 aún no implantaban el chip, no “under your skin”…

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