VALÈNCIA. La catástrofe ocasionada por la riada provocada por la Dana el pasado 29 de octubre arrasó miles de negocios, de los que muchos no han podido todavía restablecer su actividad y otros tantos deben acometer una fuerte inversión para poder afrontar de nuevo su rendimiento habitual. Locales inundados, muros destruidos, máquinas inhabilitadas a causa del agua, mobiliario o equipos informáticos, las pérdidas han sido estratosféricas, lo que ha supuesto un fuerte golpe a la economía valenciana.
En este contexto, un grupo de empresarios valencianos se ha unido para sumar más esfuerzos y dar continuidad a la ayuda en la labor de la reconstrucción. Para ello, han creado D_NA Valencia, un programa dirigido a empresas afectadas por la Dana cuya iniciativa ofrece préstamos participativos sin intereses de entre 50.000 y 200.000 euros junto con servicios como asesoramiento estratégico y acceso a redes de expertos para poder reflotar a las compañías afectadas. Un proyecto canalizado a través de la sociedad Dana Valencia Empresa Solidaria SA, presidida por el biólogo y cofundador de la gestora de capital riesgo Columbus, Damià Tormo.
Según se daba a conocer este miércoles en el Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme), en la sociedad le acompañan como consejeros la directora ejecutiva de Libertas 7, Agnès Noguera, el consejero de Coca Cola European Partners Álvaro Gómez-Trenor, el cofundador de Atalaya, Santiago Reyna y la familia Baringo a través de Aldebaran Global Investments SL. Unas caras visibles a las que se han unido otras compañías como Atitlan, Health in Code o Garrigues. La sociedad parte con un capital suscrito de 670.000 euros, que ha ido creciendo con el fondo destinado a las compañías.
"Los empresarios somos los que tenemos más capacidades para ayudar a otros empresarios", explica Ángela Pérez, portavoz del proyecto, VP Business Development en Health in Code y presidenta del Consejo Social de la Universitat de València."Queremos que las empresas esperen las ayudas de las administraciones sin perder la competitividad". Para ello, utilizarán como base de gestión la plataforma Atalaya, destinada a la supervisión de proyectos de inversión para family office. "Queremos decidir en qué proyectos afectados por la Dana podemos ayudar e invertirles con préstamos participativos para comprar maquinaria o stock, además de ayudarles a confeccionar un plan de viabilidad y asesorarles con contactos para tener la seguridad de que volverán a su actividad y así fortalecer el tejido industrial", recalca Pérez.
La directiva recuerda que muchos empresarios de 62 años en adelante no van a reiniciar su actividad. "Los que están en medio tienen que compensar las industrias que más compañías van a perder", insiste. Para ello, seleccionarán compañías con Ebitda positivo en los últimos dos años y que no tengan morosidad. "Queremos ayudar a las empresas que estén motivadas para reiniciar su actividad, a las que podamos ayudar a rehacer, y somos agnósticos de sector y tamaño", concreta.
Por lo pronto, con su iniciativa ya han invertido en seis proyectos ubicados en poblaciones afectadas. Para ello, han creado un fondo donde compañías grandes y cotizadas están destinando dinero de forma desinteresada. A la iniciativa esperan sumar a estudiantes que puedan ir sobre el terreno a explicar qué es un préstamo participativo a interés cero a los afectados. También han movilizado a profesionales probono de grandes compañías que han puesto perfiles financieros para ayudar al seguimiento de las compañías y la puesta en marcha de los planes de viabilidad.
"Para nosotros es muy importante el seguimiento para ayudarles a que salgan reforzados. También estamos ayudando a encontrar compañías grandes que les puedan hacer pedidos de sus servicios y productos", señala la presidenta del Consejo Social de la UV. "Buscamos que esta propuesta se mantenga en el tiempo y atender al máximo número de solicitudes que podamos. Dar ánimo, energía, y contactos", recalca.
Pérez también explica que, una vez que las compañías devuelvan los préstamos, éstos no se retornarán a los donantes, sino que se canalizarán a través de una fundación para invertir en acción social para las zonas afectadas por la Dana. "Esperamos que haya un porcentaje alto de devolución de dinero y que esto vaya acelerando la recuperación", insiste. Además, apunta a la parte de aprendizaje. "Queremos escribir tesis doctorales y hablar de cómo se avanza cuando ayudamos a otros empresarios. Tenemos poco procedimiento de cómo es hacer la reconstrucción", explica.
En una primera evaluación preliminar, realizada por la Cámara de València, se estimó que más de 8.100 los locales minoristas habrían resultado directa o indirectamente dañados y estarían tratando de reponerse. El coste de la reparación de los daños provocados por el temporal y la inversión necesaria para la reactivación de todo el comercio, según calcularon, alcanzaría unos 1.789 millones de euros.
En los negocios minoristas, el documento refleja que de los 8.106 comercios con tienda física situados en municipios afectados por la Dana y que, por tanto, han sufrido sus consecuencias en mayor o menor medida, un 64,5%, es decir, unos 5.228 locales, tendría daños directos. De esa cifra, el 67,6%, unos 3.534 locales, presentaría daños graves; otros 844 establecimientos, el 16,1%, los habría sufrido moderados; y el 6,3% restante, unos 850 negocios, habría padecido daños leves.