VALÈNCIA. El edificio de apartahoteles proyectado por el grupo empresarial de la familia Batalla sigue adelante en la avenida de Tarongers. El Ayuntamiento de València ha dado luz verde a la licencia municipal solicitada en 2018 para la construcción de un edificio con 81 apartamentos y una setentena de plazas de garaje.
Así consta en una resolución reciente de la concejalía de Actividades, que dirige la edil Lucía Beamud, a la que ha tenido acceso este diario. En ella, la concejala concede la licencia de obra de nueva planta y la implantación del uso de apartahotel tras los diferentes informes técnicos favorables. Se la otorga a la firma Área Desarrollo y Proyectos, cuyo administrador único es Simetría, la actual marca de Obinesa y la antigua Lubasa, del grupo castellonense propiedad de la familia Batalla.
Según consta en la documentación presentada en el Ayuntamiento de València en su momento, y adelantada por Valencia Plaza, el proyecto de apartahoteles se asienta sobre una superficie de 10.075 metros cuadrados de una parcela ubicada en la avenida de Tarongers, esquina con el Bulevar Serrería, muy próximo a la zona universitaria y al Tanatorio del Cabanyal.
La iniciativa presentada por la firma al consistorio contabilizaba un presupuesto estimado de unos 4,9 millones de euros. El edificio se compone de ocho plantas; dos plantas subterráneas (semisótano y sótano), planta baja y cinco alturas más para las estancias. Estas se repartirán a razón de 14 por cada planta (70 en total), mientras que las restantes 11 se ubicarán en la planta baja, donde compartirán la planta con espacios comunes.
Las plantas sobre rasante se organizan a través de los dos núcleos de comunicación proyectados que centralizan su acceso a través de la avenida de Tarongers, donde se ubica el acceso principal del edificio a través de un hall de entrada donde se ubica la recepción y el control de acceso.
La resolución fija que las obras deberán empezarse en un plazo de medio año desde la concesión del permiso y finalizarse en un período máximo de dos años. Aunque también contempla "interrupciones" puntuales y la posibilidad de otorgar prórrogas en los diferentes plazos. También limita las obras durante la noche -entre las 22.00 y las 8.00- y limita el ruido de la maquinaria.