CASTELLÓ. ¿Es un tranvía, un autobús eléctrico o qué es? Esta es la pregunta más repetida entre quienes llegan a Castelló y se encuentran con nuestro TRAM. Pese a que ya han pasado 14 años desde que se inauguró este peculiar -y en sus inicios polémico- transporte público todavía hay quienes lo miran extrañados preguntándose qué es exactamente. Por contra, para los y las castellonenses se trata de un medio de transporte cada vez más utilizado pero que con el paso de los años está quedando obsoleto... y pequeño.
Y es que el verano pasado, el entonces conseller de Obras Públicas, Arcadi España, ya avanzó que la red del TRAM tal y como la conocemos actualmente se modificará completamente antes de 2030. Y los cambios empiezan ahora a hacerse palpables. Esta misma conselleria, encabezada ahora por Rebeca Torró, ha sacado a licitación hace unos días el suministro de los vehículos eléctricos e inteligentes que irán sustituyendo, poco a poco, los actuales trolebuses.
En concreto, la Generalitat dotará la línea 1 del TRAM de Castelló de la Plana con cuatro autobuses eléctricos de transporte público que alcanzarán los 12 metros de longitud, frente a los 7,7 metros que miden los trolebuses actuales. Estos novedosos vehículos, totalmente eléctricos, funcionarán con un sistema de guiado óptico instalado y planos de implantación de la línea de guiado de parada, tal y como ha informado la conselleria de Obras Públicas a Castellón Plaza.
Respecto a cuándo estarán en funcionamiento, se trata de una actuación plurianual que contempla el año 2023 y 2024, por lo que la previsión es que esta primera renovación del transporte metropolitano de Castelló se vaya ejecutando durante los próximos dos años. Si hablamos de cifras, se trata de una actuación con un importe total de casi 4,5 millones de euros que están financiados por el plan de Recuperación Transformación y Resiliencia de la Unión Europea. En concreto para el contrato de suministro de los cuatro vehículos, el presupuesto asciende a 3,2 millones de euros para los dos próximos años.
Asimismo, el importe total incluye además el contrato de puntos de carga, que asciende a algo más de 1 millón de euros, y el contrato de servicios de coordinación y seguimiento (235.000 euros) y que también han salido a licitación. De esta manera, se instalarán puntos de carga rápida mediante pantógrafo invertido en las paradas del Grau (en ambos sentidos) y los equipos de potencia se instalarán junto a la línea de ferrocarril en los jardines del puerto.
Se trata de una actuación con la que la Generalitat Valenciana busca seguir avanzando en la estrategia de descarbonización y "alcanzar un modelo de movilidad sostenible en el que la electromovilidad tenga un papel clave", explican fuentes de la conselleria de Obras Públicas a este diario. Además, a raíz de las últimas iniciativas de la Generalitat como es la del transporte público gratuito para menores de 30 años, el uso del TRAM se ha incrementado en gran medida en los últimos meses, sobre todo en la zona que conecta el centro con la Universitat Jaume I.
Estos cuatro vehículos sustituirán a los tres trolebuses diésel que actualmente prestan el servicio de la línea 1 del TRAM, que discurre por la fachada marítima. Esta decisión pasa por intentar disminuir las emisiones de CO2 que esta línea genera. En concreto, se trata del tramo desde la parada del Grau por el camino del Serradal, camino del Mascarat (junto al aeródromo) y Avenida Ferrandis Salvador y que tiene una longitud total de 5,3 kilómetros.
Según ha explicado la conselleria a este diario, los cuatro vehículos eléctricos realizarán principalmente este recorrido de la fachada marítima pero uno o varios de ellos podrían asignarse al recorrido que va desde la UJI hasta el Parque Ribalta (para evitar la circulación de los diésel que circulan actualmente) y hasta el Grau (en caso de avería o mantenimiento de los 6 Solaris eléctricos alimentados por catenaria y con baterías que circulan actualmente).
Cabe recordar que el TRAM de Castelló se inauguró en el año 2008, aunque la línea solamente llegaba hasta el Corte Inglés. No fue hasta el 2014 que este transporte metropolitano llegó hasta el Grau de Castelló. Y es que, desde sus inicios, el proyecto del TRAM fue complicado y polémico. Este proyecto arrancó bajo la alcaldía de Alberto Fabra y ha sido muy criticado por la inversión que ha supuesto: alrededor de 80 millones de euros.
Aunque la polémica no acaba ahí. En sus inicios, el proyecto del TRAM contemplaba atravesar el parque Ribalta y estas obras se llevaron a cabo pese a tener los informes en contra, puesto que el parque está catalogado como Bien de Interés Cultural. De hecho, el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana y el Tribunal Supremo calificaron como ilegales estas obras -que además fueron muy criticadas por el vecindario-, y prohibieron el paso del TRAM por el gran carril central que se realizó en el corazón del parque Ribalta.