VILA-REAL. El Pleno del Ayuntamiento de Vila-real aprobará este martes un nuevo paquete de bonificaciones del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) para el comercio, la hostelería y los sectores más afectados por la crisis que tendrá un impacto de 111.844 euros. Se trata de un primer expediente que dará luz verde a 70 bonificaciones del total de las 381 solicitadas por los establecimientos de la ciudad este 2023. Una vez finalizado el plazo de presentación de peticiones, los técnicos han iniciado el proceso de revisión y el equipo de gobierno ha decidido elevar ya a Pleno las primeras 70 que han superado la criba. “Sabemos que es una medida que el comercio está esperando y hemos hecho todo lo posible, a pesar de que estamos en estos días festivos de Semana Santa, por aprobar cuanto antes en Pleno este primer paquete”, incide el alcalde, José Benlloch.
Cabe recordar que el Ayuntamiento de Vila-real mantiene este año su Plan de ayuda al comercio, que tiene como medida estrella la bonificación del 95% del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) a los establecimientos de comercio minorista y otras actividades económicas más afectadas por la crisis así como a los locales de hostelería sin terraza, y el 50% de bonificación del IBI para la hostelería con terraza, ya que estos establecimientos se benefician también de la supresión de la tasa de terrazas por cuarto ejercicio consecutivo. También se mantiene la supresión de la tasa de ocupación de vía pública en mercados y ferias y la eliminación de la tasa por intervención administrativa en actividades económicas.
Este Plan se tradujo en un total de 306 bonificaciones en 2021 y 367 en 2022. Así, la bonificación del IBI y la supresión de la tasa por ocupación de vía pública para terrazas, mercados y ferias ha tenido hasta ahora un impacto de 1.260.000 euros, que “hemos dejado de ingresar en el Ayuntamiento, un dinero que se ha quedado en los bolsillos de nuestros comercios y autónomos, y por el que además no han tenido que tributar, lo que demuestra el acierto de esta medida”, subraya el alcalde. Además, si se suman los 1,8 millones de euros en ayudas directas del Plan Resistir concedidas durante la pandemia gracias a la aportación de la Generalitat, la Diputación y el Ayuntamiento y los 200.000 euros de la tarjeta Fem poble, la cantidad económica inyectada por el Ayuntamiento al comercio local entre medidas fiscales y ayudas directas en los últimos tres años supera los 3,2 millones de euros. Una cantidad que de momento se incrementará con los casi 112.000 euros que se aprobarán ya este martes y, posteriormente, con el resto de bonificaciones solicitadas a medida que les den luz verde los técnicos municipales.
Así las cosas, de las 70 bonificaciones que se aprobarán en el Pleno del martes, 19 serán del 50% al corresponder a bares con terraza, mientras que el resto se beneficiarán de la reducción del 95% en la contribución al tratarse de establecimientos de hostelería sin terraza u otro tipo de comercios o actividades. Entre las primeras 70 bonificaciones del IBI de este 2023 se encuentran escuelas infantiles, gimnasios, establecimientos hoteleros, peluquerías, transporte de mercancías, servicios sanitarios, bares y restaurantes, comercio textil y deportivo, comercios de alimentación, papelerías, servicios de fotografía y vídeo, floristerías, zapaterías, joyerías, panaderías, locales de ocio, y academias, entre otros.
Benlloch recuerda que una de las prioridades del equipo de gobierno es “luchar por mantener la base comercial de nuestra ciudad, que cuenta con 1.895 establecimientos en activo, una cifra que demuestra la gran potencia de este sector, que afronta cada día importantes amenazas como la proximidad de centros comerciales o los cambios en los hábitos de compra”. Desde el Ayuntamiento de Vila-real, “seguimos haciendo todo lo posible por ayudarles y por mantener vivo este tejido comercial y productivo, a pesar de las dificultades económicas que este consistorio tiene, con más 60 millones de euros pagados de la ruina del urbanismo y la deuda del PP y con el impacto de tres crisis, la financiera, la de la covid y ahora la guerra de Ucrania”.