Foto: VILLARREAL CFVILA-REAL. El Villarreal cogió oxígeno el pasado sábado gracias a su victoria en el Lluís Companys. El Submarino, con remontada incluida, logró derrotar al Barcelona por tres tantos a cinco en lo que puede suponer el golpe de efecto necesario para cambiar la aciaga dinámica mantenida hasta el momento.
Y justo cuando llega febrero, un mes marcado en rojo en el calendario del conjunto amarillo. Lo es por dos motivos. Primero, porque el Submarino va a enfrentarse a varios de sus rivales directos en la lucha por el descenso. Segundo, porque es el último mes sin distracciones, ya que en marzo los de Marcelino disputarán las octavos de final de la Europa League. El objetivo, por tanto, es sumar buenos resultados que alejen al equipo de la zona de descenso.
El Cádiz, en La Cerámica, será el primer escollo de los de la Plana en el segundo mes del año. El conjunto gaditano acumula 18 partidos seguidos sin ganar, hecho que ha provocado la destitución de Sergio González y la llegada al banquillo de Mauricio Pellegrino. El Villarreal tratará de alargar la mala racha de su rival al menos una jornada más.
Alavés, Getafe y Real Sociedad serán los siguientes obstáculos a superar. Vitorianos y madrileños suman tres y seis puntos más respectivamente que el Villarreal y, aunque estén situados en una zona relativamente cómoda de la clasificación, su lucha es la de mantener la categoría. Los donostiarras, por su parte, llegarán al encuentro con la la vuelta de las semifinales de Copa del Rey en el horizonte, oportunidad que tratará de aprovechar el Submarino para conquistar el Reale Arena.
El Villarreal cerrará el mes de febrero recibiendo al Granada en La Cerámica. El conjunto nazarí tan solo ha sumado once puntos en lo que va de liga y fruto de ello ocupa el decimonoveno puesto de la clasificación. Además, ambos triunfos los han cosechado en su estadio, por lo que es el rival perfecto para que los groguets cierren una maratón de partidos clave con victoria.
Febrero, por lo tanto, es el mes en el que el Villarreal debe ahuyentar de forma definitiva los fantasmas del descenso. De conseguirlo, el Submarino podría centrar también sus esfuerzos en la Europa League y, por qué no, soñar con llegar lejos en la competición. Pero, para ello, los de Marcelino deberán antes hacer cada fin de semana los deberes hasta la llegada de marzo.
