CASTELLÓ. Algunas complicaciones obstétricas en el embarazo se deben a la existencia de algún tipo de malformación mülleriana, es decir, malformaciones anatómicas en el tracto genital femenino cuyas anomalías puede ser la causa de una gran propensión al aborto recurrente, incluso a la infertilidad.
Tal como explica la doctora Sandra Ortega, ginecóloga de Vithas Castellón, “las malformaciones uterinas son el resultado del desarrollo anormal de los conductos de Müller durante el desarrollo prenatal de la mujer y pueden afectar la fertilidad. Entre el 25 y 30 por ciento de los casos de pérdida gestacional recurrente se relacionan con la existencia de malformaciones uterinas”. La especialista subraya además que “la forma y la morfología de la cavidad uterina es importante para lograr un embarazo. Normalmente, el útero tiene que tener forma de triángulo con vértice hacia abajo, sin embargo, una cavidad tubular con tabiques, pólipos o adherencias puede provocar esterilidad, fallos en las técnicas de reproducción asistida, abortos o partos prematuros”.
La más común de las malformaciones müllerianas es el útero septado, consecuencia de una falla en la reabsorción del tabique útero-vaginal. Para tratar esta malformación, en el Hospital Vithas Castellón la doctora Sandra Ortega y el doctor Sebastian Ortolá, han llevado a cabo una cirugía de septoplastia histeroscópica con la técnica de acceso por vaginoscopia en una paciente con diagnóstico de infertilidad.
Actualmente afirma la doctora Ortega, “la septoplastia histeroscópica es la alternativa de tratamiento del septo uterino debido a su facilidad de realización en el consultorio por personal adiestrado, baja morbilidad, menores costos, rápida recuperación y excelente resultado reproductivo”.
En esta ocasión, la histeroscopia quirúrgica fue practicada con la paciente despierta, pero anestesiada de cintura para abajo. A través del cuello del útero fue colocada una cámara con un resector trabajando dentro de la cavidad con electrocoagulación. “No necesitó de ingreso, agrega la profesional. En este caso el útero tenía un tabique grueso que casi lo dividía en dos por lo que se realizó una septoplastia, es decir, resecar el tabique con electrocoagulación dejando una única cavidad globulosa y amplia”.
Además de la infertilidad o la pérdida gestacional recurrente, una malformación uterina puede llevar consigo síntomas como dolor pélvico crónico o durante las relaciones sexuales; periodos menstruales dolorosos; amenorrea (ausencia de menstruación); menorragia (periodos menstruales demasiado abundantes) e incluso inflamación abdominal, sobre todo durante la menstruación. Para la doctora Ortega, “es necesario subrayar que, a veces, es la causa de endometriosis, parto prematuro, complicaciones durante el parto o bajo peso en el recién nacido, pueden tener su origen en este tipo de anomalías. Por esta razón, hago siempre mucho hincapié en la necesidad de acudir a las revisiones ginecológicas anuales para comprobar que todo esté en orden y en el caso de tener alguno de estos síntomas acudir al especialista para su diagnóstico precoz”.