VALÈNCIA. Vox parece dedicido a no ponerle al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, una alfombra roja que alivie los clavos en el camino que está encontrando el jefe del Consell tras la catástrofe de la Dana, que hasta el momento se ha saldado con 222 víctimas mortales.
Si bien inicialmente los dirigentes del partido de Santiago Abascal en la Comunitat Valenciana se mostraron muy críticos con Pedro Sánchez y su gestión ante la tragedia, poco a poco fueron virando para señalar también la responsabilidad con el Consell de Mazón, del que formaron parte hasta el pasado mes de julio hasta que el líder de Vox provocó la ruptura con el PP en todos los gobiernos autonómicos por discrepancias con las políticas migratorias.
Precisamente esta es la razón que esgrimen de nuevo para anunciar que suspenden las negociaciones presupuestarias con la formación popular en todas las comunidades porque, a su juicio, el PP "planea negociar políticas migratorias con el PSOE".
"Nosotros no vamos a participar en el reparto de inmigración ilegal y de inseguridad que pretenden Feijóo y Sánchez. Si el PP quiere seguir impulsando las políticas del PSOE, que negocie los presupuestos con ellos", aseguró el secretario general de Vox, Ignacio Garriga, este miércoles ante los medios.
Un giro de tuerca más en la presión que el partido de Abascal pretende aplicar al PP y que, en la Comunitat Valenciana, se hace más delicado si cabe por la situación de debilidad en la que se encuentra Mazón tras la polémica gestión de la catástrofe. El presidente de la Generalitat, antes de la Dana, parecía tener, dentro de la incertidumbre habitual que envuelve a las decisiones de Abascal, buenas opciones para conseguir luz verde de Vox en sus cuentas.
No obstante, el planteamiento de Garriga de este miércoles -sea un farol o no- devuelve al PP a una situación de incomodidad en las comunidades autonómas donde son necesarios los votos de Vox, especialmente en la Comunitat dado que se hace más perentoria la aprobación de unas cuentas que estén reformuladas por y para la reconstrucción tras la Dana. Más aún cuando no parece que la formación popular se vaya a arredrar por el órdago recibido: el propio líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, replicaba las palabras de Garriga asegurando que su partido seguirá "defendiendo sus principios y convicciones" sin someterse a "chantajes de ningún tipo".
Así pues, las cosas se complican para la aprobación de los presupuestos valenciano, especialmente cuando la puerta con el PSPV y Compromís parece más bien cerrada a la negociación con las insistentes peticiones de dimisión que ambas formaciones están dedicando al presidente de la Generalitat.
Por si fuera poco, el portavoz de Vox en Les Corts, José María Llanos, también se mostró reacio -tras dudas sobre su posición- el martes a convalidar el decreto ley aprobado el Consell que incluía la supresión del tope salarial a los consellers y altos cargos, una medida que parece dirigirse a las nuevas incorporaciones al ejecutivo como la del vicepresidente segundo y conseller para la Recuperación,
Francisco José Gan Pampols.
Dos reveses en apenas 24 horas que auguran una posición distante de Vox con Mazón y su Consell en un momento clave para el presidente de la Generaliat, que de momento se queda sin aliado para los presupuestos y también para sacar adelante un decreto que le ha costado un fuerte disgusto mediático de alcance nacional.