VALÈNCIA. El Consell presidido por Carlos Mazón se enfrenta en las próximas semanas a su primer gran reto desde que gobierna en solitario tras la abrupta salida del ejecutivo valenciano el pasado mes de junio: la aprobación de los presupuestos de la Generalitat para 2025. Unas cuentas que, salvo sorpresa, dependerán por completo de la decisión que adopte Vox en Les Corts Valencianes, dado que parece difícil que el líder popular encuentre respaldo en PSPV y Compromís, las otras fuerzas políticas de la cámara.
Ahora bien, esos votos decisivos no parecen depender tampoco de los diputados valencianos de Vox, una formación con extrema dependencia de la dirección nacional presidida por Santiago Abascal. De hecho, cuando el máximo líder del partido anunció en julio la ruptura de los gobiernos autonómicos con el PP, incluido el valenciano, el sentir general de los altos cargos Vox integrados en el Consell era de desacuerdo e incluso estupor al considerar que, hasta ese momento, la relación había sido sostenible e incluso en algunos casos, fluida. Prueba de ello venía siendo la sintonía exhibida entre Mazón y el vicepresidente del Consell, Vicente Barrera, quien transmitió internamente su desacuerdo por la medida. Más lejos fue la consellera de Justicia, Elisa Núñez, que dejó el partido con un portazo pocos días después de la ruptura de gobiernos.
Unos hechos que ponen de manifiesto la escasa autonomía que poseen los dirigentes de Vox en la Comunitat Valenciana, que además ha disminuido de forma exponencial su visibilidad mediática tras perder sus cargos en el Consell, debido a la imposibilidad de gestionar pero también a la desaparición inmediata de referentes como los anteriormente citados de la escena pública. Una situación que ha provocado una evidente ausencia de protagonismo en el día a día político valenciano pese a ser la cuarta fuerza más votada en tierras valencianas en las elecciones de 2023.
Uno de los pocos dirigentes que todavía se erige como referencia de Vox es su portavoz en Les Corts, José María Llanos, dado que es en dicha institución donde la formación de Abascal todavía puede hacerse notar en la legislatura puesto que sus votos son necesarios. Precisamente el diputado, que fue entrevistado este jueves en À Punt, se pronunció sobre los presupuestos valencianos, dejando entrever que la última palabra sobre su aprobación la tendrá Madrid, o lo que es lo mismo, Abascal.
"Nuestras líneas rojas ya las manifestó nuestro presidente nacional, Santiago Abascal: si el PP va a seguir haciéndole el juego al PSOE en el reparto indiscriminado de no menores, sino muchos mayores no identificados por el territorio nacional y en concreto por la Comunitat Valenciana con las posibilidades del incremento de la inseguridad... por ahí no vamos pasar", comentó Llanos, para también insistir en otra condición básica para Vox: las señas de identidad. "Si el señor Mazón va a ceder a los intereses separatistas y catalanistas en contra de la identidad valenciana, ya sea en cultura, tradiciones, lengua.. tendremos que poner nuestra pica en flandes y decir por aquí no pasamos", subrayó, para recalcar que la cultura "tal y como hizo el señor Barrera en su año de mandato, debe seguir limpiándose de adjetivos ideológicos".
No obstante, el portavoz de Vox aseguró que la intención de su formación se dirige a apoyar la aprobación de los presupuestos, si bien advirtió que Mazón deberá "poner de su parte" para contar con su apoyo, a la vez que deslizó un reproche al actual Consell respecto a la información sobre las cuentas. "No se nos ha presentado ningún documento. Es evidente que esos presupuestos tienen que estar ya prácticamente elaborados y estamos esperando que nos los pasen. Cuando lo hagan y los estudiemos, podremos contestar", sentenció.
En esta línea, el diputado no descartó que se produjeran distintas decisiones en autonomías según los presupuestos presentados en cada una de ellas, por lo que envió la pelota al tejado de lo que pongan sobre la mesa los gobiernos 'populares'. No obstante, admitió el peso de la última palabra sobre las cuentas
de la dirección nacional de Vox, porque la política en su partido es "una" y "no 17". "Nadie se puede extrañar de que lo que diga Madrid sea lo mismo que decimos nosotros", subrayó, para apostillar: "En Vox todo el mundo sabe sin que nos llame el señor Abascal que todos tenemos el mismo mensajes". Una afirmación que deja pocas dudas sobre quién dictaminará si hay o no presupuestos valencianos.