¿Y si cuidamos ser potencia mundial?

Se cierra una nueva edición de Cevisama. Creo que podemos asegurar sin miedo a equivocarnos que ha sido la Cevisama de la supervivencia. No es ningún secreto que el sector vive uno de los momentos más críticos de su historia. Llevamos encadenando meses de amenazas que se convierten en problemas, una detrás de otra, casi sin descanso: buscar materias primas alternativas a la arcilla ucraniana, el conflicto diplomático con Argelia y producir a costes desorbitados por la crisis energética han supuesto una merma de competitividad y con ello la pérdida de ciertos mercados. Si a todo esto le añadimos la irrupción de una inflación global que ha provocado una bajada generalizada de la demanda… tenemos algo más que una tormenta perfecta.

Me atrevo a escribir sobre este tema con mucha humildad después de escuchar a los que más saben: empresarios y trabajadores del sector. No existe ningún tipo de duda de que hablar de cerámica es hablar de la provincia de Castellón. Una supuesta caída catastrófica del sector provocaría una crisis económica brutal para toda la provincia. Por lo tanto, el sector es vital para Castellón. Pero no menos cierto es que también es fundamental para la economía valenciana. Si no, que le pregunten a los compañeros del puerto de València (gran factor de competitividad para el azulejo por su inmensa conexión marítima) que también están sufriendo el mal momento cerámico.

¿Y ante ello qué hacemos? ¿Cómo respondemos cuando tenemos herido de muerto a un sector referente a nivel mundial? Pues, por una parte, el Gobierno central publica unas ayudas que, sinceramente, no ayudan; porque ni son ágiles, ni pueden acceder todas las empresas ni da respuesta a las necesidades. Y por otra parte, el cada vez más heterogéneo mundo empresarial cerámico se empeña en divergir paulatinamente y alejarse de la unidad del clúster tan necesaria actualmente. 

Encarar una feria que es la imagen del azulejo castellonense hacia el mundo con ausencias destacadas y miradas de reojo con las reivindicaciones no creo que sea, sinceramente, parte de ninguna posible solución. Desaparecer (aunque existan discrepancias) de una potente foto (con el consiguiente acuerdo de reivindicación) en la que aparecen alcaldes de todos los colores políticos, tampoco creo que sume a que las ayudas autonómicas y nacionales se aproximen a lo que el sector necesita.

Ha sido una semana en la que hemos pasado del escepticismo del resultado de esta Cevisama a un moderado optimismo. Ahora vendrán semanas para comprobar si las sensaciones se convierten en pedidos, no vaya a pasar como en Cersaie, donde las buenas sensaciones no se transformaron en nada productivo. Espero y deseo que sean semanas también de reflexión tanto para conseguir una mayor cohesión castellonense, política y empresarial, como para que el Gobierno atienda las justas demandas que estos días se han escuchado en todos y cada uno de los stands de feria València. Debería ser cuestión de semanas, no de meses. Nos jugamos mucho, nos jugamos demasiado.