TÚ DALE A UN MONO UN TECLADO  / OPINIÓN

¿Y si nosotros fuésemos los bárbaros?

16/09/2021 - 

Una de las cosas que más me fascina es la creencia de cada cultura en su superioridad respecto a otras. Ese español que se vanagloria del jamón en un restaurante tailandés. Ese francés que se niega a quitarse las zapatillas para entrar a una mezquita mirando a los musulmanes por encima del hombro. Ese estadounidense que se cree el adalid de la civilización y por ello no tiene problemas en imponerla, por el bien del otro, a la fuerza.

Pero, ¿nos hemos parado a pensar en cómo nos ven otras culturas? ¿De verdad somos el ejemplo a seguir o simplemente paletos y/o engreídos con cierta miopía al observar a los demás?

Durante la guerra del Vietnam (conocida por ellos como Guerra de la Resistencia contra EEUU), los vietnamitas consideraban a los estadounidenses bárbaros por el trato que daban a los ancianos. Para muchas culturas orientales los ancianos son casi sagrados pues unen el mundo de los ancestros con el de los vivos y en ellos está la sabiduría de la comunidad que será transmitida de los viejos a los jóvenes. Los ancianos son los garantes de que la cultura, las tradiciones y los saberes colectivos no se pierdan. Por eso no entendían que los americanos mataran ancianos sin ningún miramiento, como tampoco podrían entender que estos metieran a sus mayores en residencias en lugar de cuidarlos. Para los vietnamitas, los norteamericanos eran bárbaros inhumanos que destruían con Napalm y Agente Naranja la tierra. ¿Qué hay más sagrado que los ancianos y la tierra donde han vivido durante siglos y que les da todo lo que necesitan para subsistir?

Algo similar ocurrió con los aborígenes australianos cuya concepción del tiempo y el espacio es muy diferente a la nuestra. Para ellos, todos los tiempos (presente, pasado y futuro) conviven en el mismo espacio. Es lo que llaman el Tiempo del Sueño. Cuando los colonizadores ingleses comenzaron a construir sobre espacios sagrados -aquellos en donde había pasado (y por lo tanto seguía pasando eternamente) algo importante- se rebelaron pues atentaban contra los valores e hitos de su comunidad. ¿Qué clase de bárbaros construían centros comerciales en lugares venerados por la gente local donde la memoria del pueblo sigue viva?

Pensemos en la Reconquista. Muchos españoles se vanaglorian de haber tirado a los árabes de la península ibérica. Se sienten superiores por haber ganado la guerra. Sin embargo, la visión desde Al-Andalus fue diferente. Una civilización culta, refinada, respetuosa y avanzada en ciencias y medicina se vio atacada por una cultura bárbara de hombres incultos, primitivos y violentos. Lo que nosotros vemos como una virtud (¡Los echamos a la fuerza!) fue visto por los árabes como una barbaridad (Incapaces de convivir, nos echaron a la fuerza). Por decirlo de alguna forma, fuimos para ellos lo mismo que los vikingos para el imperio romano. Una civilización refinada atacada por humanos asalvajados.

Hoy día seguimos viendo a los árabes y musulmanes como una civilización atrasada, sin embargo para muchos de ellos los bárbaros somos nosotros. Por esa visión individualista que atenta contra los valores comunitarios y los vínculos sociales, principalmente. Una visión que nos hace egoístas y despiadados. Decía el filósofo iraní Hossein Nasr que la visión secularizada del Cosmos que tenemos en Occidente, donde no se tienen en cuenta el bien y el mal, es una visión aberrante. Que esa idea de que la ciencia no debe tener ética es una idea bárbara. Lo que a nosotros nos enorgullece: haber creado la bomba nuclear, coches más rápidos, fábricas más eficientes, etc. es visto desde otras culturas como algo decadente. ¿Por qué va a querer alguien inventar armamento más destructor? ¿Es eso bueno? Y si no lo es, ¿por qué hacerlo? ¿Solo por el orgullo de que puedo hacerlo? ¿Por qué fabricar coches más potentes que contaminen más y se carguen el planeta? De nuevo, aquello de lo que nos enorgullecemos (imponerse a los demás gracias a los avances científicos) es visto desde otros lugares como algo de lo que avergonzarse (imponerse egoístamente destruyendo todo a su paso). Una barbaridad.

Pensemos en Afganistán. Y en tantos Afganistanes. ¡Vamos a llevar la democracia y la libertad y los derechos a las mujeres!, decían los Estados Unidos. Pero la democracia no se lleva en portaviones y tanques. Hay otras maneras de convencer como el intercambio cultural, la educación y la ayuda. Es un proceso más largo pero pacífico y profundo. Estas eran las reflexiones que me transmitió Ihab hace unas semanas, dolido por lo que está pasando en el país centroasiático. Democracia significa “gobierno del pueblo”, siguió. Pero del propio pueblo que decide, no de un pueblo extranjero que te impone sus leyes. A eso se le llama colonización. Y la colonización ya sabemos cómo funciona: en nombre de la CIVILIZACIÓN y la salvación de los pueblos, se saquea y esclaviza a esos mismos pueblos.           

Ahora Afganistán paga nuestra barbarie y apenas ha calado nuestra gran civilización. Porque somos una gran civilización, no lo dudo. Pero también unos grandísimos bárbaros por mucho que nos creamos superiores al resto del mundo.

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