Zaplana y el franquismo, la criptonita contra Mazón de la oposición

VALÈNCIA. El pleno de Les Corts Valencianes celebrado este miércoles acogía la toma en consideración de las cinco leyes presentadas por PP y Vox semanas atrás, tal y como informó este diario, que provocaron un terremoto dentro de la agenda política autonómica y, por momentos, nacional. Los textos son diversos, pero en líneas generales atacan la línea de flotación de fundamentos ideológicos y de gestión abordados por las formaciones progresistas que lideraron el Govern del Botànic como PSPV y Compromís.

Así, la toma en consideración de todas las proposiciones de ley (Libertad Educativa, À Punt, Transparencia, Concordia y Antifraude) saldrá adelante este jueves con los votos de PP y Vox frente a las agrias respuestas de la oposición conformada por PSPV y Compromís. En esta línea, al margen de las críticas concretas a cada proyecto legislativo, dos lugares comunes planearon a lo largo de toda la sesión azuzadas por las fuerzas de izquierda: el juicio del caso Erial con el expresidente Eduardo Zaplana en el punto de mira y la supuesta revitalización del franquismo con la Ley de Concordia. Una estrategia que apunta a ser de larga duración.

De esta manera, las alusiones a la relación de Zaplana con el actual jefe del Consell, Carlos Mazón, quien formó parte de su gobierno como alto cargo, fueron constantes a lo largo del debate ya fuera mediante mención directa o como alusión al juicio que se está celebrando estas mismas semanas. De la misma manera, la Ley de Concordia impulsada por PP-Vox para sustituir a la de Memoria Democrática, provocó constantes referencias a la dictadura franquista por parte de los grupos de la oposición a lo largo de una jornada en la que no estuvo presente el presidente de la Generalitat por motivos de agenda.

 

Unas maniobras no casuales. Fuentes del grupo socialista admitieron a este diario que la consigna de atacar estos flancos se había dispuesto previamente a la sesión, algo que también ocurrió en Compromís. En este sentido, la efectividad de esta posición radica en que en ambos casos pueden ser posturas de largo recorrido. El juicio de Zaplana todavía va a prolongarse varios meses y, si finalmente hay condena al expresidente de la Generalitat, a buen seguro se convertirá en un mantra recurrente de la oposición contra Mazón, quien al fin y al cabo dio sus primeros pasos políticos bajo el paraguas del exministro.

A la vez, la vinculación de Vox con posturas cercanas al "blanqueo del franquismo" es otro estilete para la oposición donde el PP no se encuentra cómodo. La Ley de Concordia ha sido hasta ahora el paso más visible en la Comunitat Valenciana -si bien se ha reproducido en otras autonomías- y ha conllevado la inmediata réplica del Gobierno de España, que ha anunciado futuros recursos tanto en el ámbito nacional como en el europeo. Es decir, el asunto ofrece indicios de colear durante un tiempo considerable, por lo que la oposición está decidida a dar la batalla en esta cuestión.

De hecho, en cuanto a los socialistas valencianos, la estrategia viene orquestada directamente en coordinación con Ferraz y Moncloa, tal y como se ha visto en los últimos días con diversos actos de reivindicación de la Memoria Democrática. Unas posiciones fuertes -y útiles- para el PSPV, dado que le permiten separarse de cuestiones o reivindicaciones de gestión más complejas de defender para llevar la agenda política a asuntos ideológicos de referencia donde se encuentra más cómodo y puede, además, movilizar a su electorado.

Este punto, unido al juicio de Zaplana, que posee la ventaja de ser icónico en la Comunitat Valenciana pero también con impacto nacional puesto que fue ministro en la época de José María Aznar, contribuye a fortalecer una línea dura de oposición por parte de los socialistas valencianos -también de Compromís- que pueda ofrecer frutos en el corto, medio y quizá largo plazo.