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SILLÓN OREJERO 

'20th Century People': cómic de supersoldados en la Guerra Fría, pero ¿no era más delirante la realidad?

La Estrella de Hierro es un supersoldado soviético enviado a Afganistán en los 80. Como respuesta, Estados Unidos prepara una intervención también con sus supersoldados. Se trata de una historia de género de superhéroes, pero con el contexto histórico de una Guerra Fría, que se dice ahora que se cerró en falso, y una Tercera Guerra Mundial a modo de ucronía. Una historia emocionante de un argumento que podría parecer disparatado, pero la realidad histórica, si lo pensamos friamente, era otra locura

22/08/2022 - 

VALÈNCIA. La verdad es que no siento gran afinidad por el género de los superhéroes, perdí el interés desde muy pequeño, casi al mismo tiempo que aumentaba mi curiosidad por la Historia y la política. Sin embargo, echando un ojo a la interesante novedad que ha lanzado Image, 20th century people, que reúne esos elementos en un contexto histórico, lo que viene a la mente es otra cosa. Si lo piensas, los totalitarismos eran más del género superhéroes que los propios superhéroes. Tenían toda la parafernalia utópica y delirante de estas historias y la misma imaginación para idear inventos con los que conquistar a la humanidad. Entre Hitler con sus V2, Stalin metido a ingeniero agrónomo y Franco con su Brazo Incorrupto, Spiderman, el Capitán América e Iron Man parecen figuras concebidas desde la más estricta sobriedad. 

El formato de esta historia llega en clave de circo de tres pistas. Hay acción en Vietnam, así comienza el tebeo, de hecho. Con el aterrizaje en helicóptero de los protagonistas en un lugar donde se ha producido una terrible masacre. El dibujo en estas primeras viñetas es de un expresionismo de calidad extraordinaria. Luego viajamos a Rusia, allí se produce el rapto de un niño por parte de las fuerzas del orden. El chaval sabe perfectamente que nunca más volverá a ver a su familia, el soldado que se le lleva titubea al darle explicaciones, al final tiene un arrebato sarcástico y se sincera: "Rusia es más importante que la verdad". 

El siguiente salto temporal es a Kabul, en 1987, cuando empezaba a ser inminente la expulsión de los soviéticos, que ocupaban el país después de que el régimen comunista que habían apadrinado se hubiera radicalizado. Como dice el guionista, Deniz Camp, aquello ya era un Vietnam con "características soviéticas". Ese crío, Petar Fedorovich Platonov, había sido apartado de su madre porque estaba destinado a ser un supersoldado según un plan de I+D bélico. En Afganistán vuelve a aparecer ya de adulto. Cuando se presenta, dice que es un diplomático especial de la URSS y que se ha presentado en Kabul junto a las tropas de su país "para enseñaros cómo tenéis que vivir". 

En esta historia, la URSS es mucho más poderosa de lo que lo era en aquel momento, al menos militarmente, gracias a los supersoldados como Platonov y la supertecnología. La invasión de Afganistán estaba culminada gracias a la Estrella de Hierro, aka Platonov, pero el resto de potencias también cuenta con lo suyo y se ponen de acuerdo para expulsarles. 

Para contar esto, finalmente, la última parada es San Francisco en el mismo año. Allí, en unos laboratorios, el presidente de Estados Unidos se empeña en convencer a un científico para rescatar un polémico proyecto. Resulta que el líder del mundo libre también es un supersoldado. Su primera intervención fue contra los nazis. Ahora, recordando el mismo espíritu de unión entre naciones para acabar con el III Reich, pide lo mismo pero para entrar en Afganistán. 

Es muy emocionante cómo acaba la primera entrega con un discurso del presidente anunciando la guerra contra la invasión soviética de un tercer país. Se trata de una ucronía, una derivación de la Historia real, aunque en este caso se parte de premisas de fantasía con los supersoldados. En el segundo número, aparecerá un periodista que abrirá otra trama, la búsqueda de la verdad en la guerra. 

El presidente estadounidense es un personaje ciertamente arquetípico, pero el ruso la verdad es que no lo es tanto. Para empezar, tiene el encanto del hombre encerrado en una máquina. También, con la degradación del comunismo ochentero de fondo, aparece siempre en penumbras, en tonos ocres, comiendo sopas deprimentes. Su personalidad, encima es pausada y melancólica. Camp ha conseguido crear un personaje vulnerable y poderoso al mismo tiempo, es un hallazgo que mola y tiene recorrido. 

En cuanto al guión, destaca enormemente su densidad. El propio Camp ha explicado que sus tebeos favoritos eran aquellos a los que siempre podía volver y encontrar nuevos detalles. Los que más se podían releer. Por eso, con una historia tan elaborada, con diálogos complejos y un plantel de personajes bastante amplio, busca lograr exactamente lo mismo. 

No obstante, el verdadero protagonista es el dibujo de Stipan Morian. La parte de Vietnam, como se ha dicho, es de una belleza extraordinaria. Cada truco para centrar la atención en algún detalle es una genialidad. Luego destacan los dibujos de la Estrella de Acero. Especialmente su cara. También está muy bien imaginado el antiguo futuro, una tecnología robótica avanzada, pero dentro de los cánones estéticos del mundo analógico de entonces. 

La serie tendrá seis entregas. La mezcla de superhéroes es un contexto histórico en el que las superpotencias, con su carrera tecnológica y su propaganda, en realidad acabaron alimentando en buena parte la fantasía que dio lugar al género de las Marvel y DC. Son dos mundo que se retroalimentaron y aquí acaban de tener un hermoso hijo. Si la guerra fría se cerró en falso, según explican algunos analistas internacionales, en estas páginas tendremos la tan ansiada Tercera Guerra Mundial. 

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