En este mundo pleno de desvaríos es encomiable ver como una organización internacional cumple ya siete décadas de servicios a la Paz y a la Libertad en Europa y en todo el Atlántico Norte
Hace ya 70 años, y a pesar de los pesares de sepultureros nostálgicos de la hoz y el martillo de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), un grupo de naciones, en concreto un 4 de abril de 1949, firmaron en Washington el Tratado del Atlántico Norte, en el que se acordaba que “un ataque armado contra una o más de ellas... será considerado como un ataque dirigido contra todas ellas”, en base al “derecho inmanente de legítima defensa, individual o colectiva” del artículo 51 de la Carta de Naciones Unidas.
Pero ¿por qué la crearon?, se preguntarán ustedes (sobre todo los más jóvenes). En aquel entonces el tiránico líder Josef Stalin de la URSS manifestó, ya en febrero de 1946, la incompatibilidad de los dos sistemas, el capitalista y el comunista, en marzo de ese mismo 1946 Winston Churchill acuñaba la expresión “telón de acero” para hablar de la frontera creada en Europa por el ejército Soviético. En 1947 la guerra civil provocada por los comunistas en Grecia obligaba a los Norteamericanos a implicarse financieramente, también en aquel año se creaba el Plan Marshall (obra del General de 5 estrellas y Secretario de Estado George Marshall); después vino el golpe de estado comunista de 1948 en Praga, en el mismo año que se inició el bloqueo a Berlín oeste, ante esa continua escalada de tensión, en aquel 1948 se firmó el Tratado de Bruselas creándose la Unión Europea Occidental (UEO), precuela de la OTAN, y así a los pocos meses se constituyó la Alianza Atlántica, ante la amenaza de que los tanques soviéticos siguieran avanzando paso a paso hasta el Atlántico.
Y aquí estamos, 70 años después, celebrándolo, eso sí con perfil bajo, dado el francamente mejorable perfil-nivel de muchos líderes atlantistas , hiperactivos o excesivamente pendientes de las fotos (bastantes de ellos), y en demasiadas ocasiones sin bagaje profesional alguno previo a la política, además ante sus propias políticas tacticistas, aderezadas con poca comprensión estratégica, sienten como la crisis actual de la OTAN (que existe, no hay que negarlo), para unos les parece el fin de los tiempos o cuanto menos un futuro distópico (los que están más cerca del vecino ruso, claro), para otros (los más cercanos a ensoñaciones utópicas) el momento oportuno para alcanzar la independencia o al menos la autonomía estratégica de Europa.
A qué crisis nos referimos; pues aunque no es la primera, sí que está creando mucha inquietud entre los socios, pues el primus inter pares, es decir los USA, a través de su último presidente, cómo no, míster Donald Trump, ha vuelto a quejarse del poco compromiso presupuestario de sus aliados, pues mientras el líder del mundo libre gasta en Defensa alrededor de un 4% del PIB, la mayoría de los demás países de la OTAN no llegan al 2%, cifra a la que se comprometieron esos países en 2014 en la Cumbre de Gales con impulso del presidente Barack Hussein Obama II.
Ahora lo único que ocurre es que hay un Presidente en los Estados Unidos de América que exige responsabilidad a sus socios y exige que mantengan sus compromisos, sencillamente que sean mayores de edad en materia de seguridad, y no se quieran esconder bajo el manto protector de los USA, para inmediatamente pasar a criticarlos por ejercer de superpotencia a la menor oportunidad. En resumidas cuentas, los norteamericanos quieren que cada uno se pague su fiesta, que en nuestro caso ha sido otra historia de éxito (hasta ahora) como es la UE, y como buen hombre de negocios (aunque un poco agresivo) Trump es muy duro en las negociaciones, y en intentar persuadir a sus socios (fíjense como están siendo las de China y USA), por eso creo que es improbable que el futuro de la OTAN (sin USA) esté en cuestión, además las votaciones prácticamente unánimes de la Cámara de Representantes y del Senado USA a favor de la OTAN, a pesar de las tendencias aislacionistas siempre existentes en aquel país sobre todo en los republicanos, es una prueba de los deseos norteamericanos a la continuidad de la Alianza Atlántica, aunque sea transformada y adaptada a los nuevos tiempos, por cierto gran recibimiento desplegaron los representantes USA a Jens Stoltenberg, Secretario General de la OTAN, en una sesión conjunta que no se dispensa a todo el mundo sólo a pocos líderes mundiales.
Después está el plan B, la posible independencia/autonomía estratégica de Europa, en la mente de los previsores por si USA se va, o en la de los utópicos que les gustaría e intentarían que se produjera. Antes de ver la situación actual, ¿qué ha ocurrido hasta ahora?, pues que los deseos europeos de esa emancipación han venido desde tiempo atrás en paralelo a las múltiples iniciativas de estructuras de Defensa que no terminan de cuajar, desde la ya desaparecida UEO pasando por la malograda en 1954 por culpa de Francia CED (Comunidad Europea de Defensa), al segundo pilar de la Europa de Maastricht (1992) el de la política exterior y de seguridad común (PESC), pasando por la OCCAR Organización Conjunta de Cooperación en materia de Armamento creada en 1996 en vigor desde 2001, o la Agencia Europea de Defensa creada el año 2004, o la última (en base al artículo 42 del tratado de la UE de Lisboa de 2007) la PESCO o Cooperación Estructurada Permanente en materia de Defensa establecida por Decisión del Consejo en diciembre de 2017, después de que en junio de 2016 la italiana Federica Mogherini, actual Míster PESC, haya publicado su Estrategia Global Visión compartida, acción común: Una Europa más fuerte; y que por cierto son estructuras que en algunos casos son redundantes y superpuestas.
Pero, finalmente cómo estamos hoy en día, cuales son nuestras capacidades (sólo europeas) y las de los que nos desafían, desde la perspectiva presupuestaría, uno de los temas de debate, Rusia, gasta en Defensa (según el think tank sueco SIPRI en el 2017) unos 66.000 millones de dólares, mientras que los 4 principales países de la UE (Alemania, Francia, Italia y España, excluyendo a la dubitativa UK) gastamos unos 147.000 millones $, si incluimos al resto de miembros europeos de la OTAN (-UK) subiríamos entorno a los 200.000 millones $, por lo que nuestra superioridad es evidente; lo malo es que el dinero no lo es todo, y hay tres importantes puntos débiles en el balance con Rusia, serian, primero respecto a la superioridad de sus fuerzas estratégicas, principalmente las fuerzas nucleares (siempre sacando a USA de la ecuación, claro) y su alta capacidad de disuasión ante las exiguas de Francia y UK (los únicos que tienen armas nucleares en la UE), segundo la utilización (sin complejos) de estrategias directas o agresivas incluyendo la Hibrida o doctrina Guerasimov (por el General Valeri Gerasimov) por parte de los rusos, y tres su unidad de criterios y de acción dado que Rusia tiene sus propios y únicos objetivos políticos, mientras que en Europa hemos de consensuar siempre los objetivos ante cualquier acción, por lo que los rusos tienen mayor rapidez y flexibilidad a la hora de actuar. En fin, creo que sigue siendo necesaria y plausible la participación de los USA en la seguridad colectiva de Occidente, a pesar de los pesares y de las discusiones.
Porque realmente la historia de la OTAN ha sido una historia de contradicciones, una alianza dirigida por los norteamericanos para defender a los europeos, que finalmente son ellos, los USA, los que activaron el famoso artículo 5 (un ataque armado contra uno será considerado como un ataque dirigido contra todos) por el 11S, y los europeos salimos en su defensa y los apoyamos por ejemplo en Afganistán con ISAF. La Alianza debía defenderse de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas en un teatro de operaciones (TO) europeo y el único ataque, el ya mencionado 11S, ha sido en América y la mayoría de veces 3/4 que se ha utilizado el artículo 4 (sobre consultas porque un país se sienta amenazado) ha sido en el TO de Oriente Medio.
Por lo que es ése el paradigma de su éxito (las anteriores contradicciones), que es un modelo de defensa colectiva de un conjunto de naciones libres que quieren seguir siéndolo frente a cualquier tipo de amenaza, antaño soviética después yihadista ahora euroasiática, y que ha cambiado mucho desde que su primer secretario general Lord Hastings Ismay dijera aquello de que la OTAN se creaba para "mantener a la Unión Soviética fuera, a los estadounidenses dentro y a los alemanes abajo", pues ahora los alemanes están arriba, los estadounidenses con un pie fuera (en el Pacífico) y otro dentro, y lo que parece que se mantiene igual es eso de mantener a los rusos fuera, según lo manifestado por los ministros de exteriores de la OTAN, hace pocas horas en Washington.
Y mientras todo lo anterior ocurre, seguimos contado entre nosotros a miembros de 11 países de la OTAN, en el Cuartel General de Alta Disponibilidad de Valencia-Bétera OTAN (HQ NRDC-ESP), que celebraron discretamente con un desfile en Bétera este jueves el 70 aniversario de la misma, mientras se preparan y entrenan con el ejercicio Valiant Jackal 19 para su certificación como Mando Conjunto Aliado, para operaciones conjuntas predominantemente terrestres de la OTAN a partir de enero del 2020, tras superar la prueba en los ejercicios Trident Jackal 19 de este segundo semestre, y así ascender otro peldaño en la estructura y en la consideración de los países aliados, esperemos que la crisis Libia con el General Jalifa Haftar moviendo fichas en el jaque mate final a Trípoli, que parece iniciarse estos días, se haya resuelto para entonces.