VALÈNCIA. "Muchas veces las estrategias de los inversores son difíciles de leer y responden a cuestiones que tienen poco que ver con los valores de Bankia", advertía el 'número dos' del banco, José Sevilla, hace casi un mes; mientras reconocía que monitorizan la actividad de los inversores bajistas pero sin "especial preocupación" por ella.
Y unos días después la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) actualizaba las posiciones cortas de las cotizadas españolas, tal y como hace quincenalmente, que en el caso de la entidad domiciliada en València recogía un descenso de un punto porcentual, al pasar del 5,03% del 26 de octubre hasta el 4,01% al 9 de noviembre. Sin duda, todo un respiro para la entidad.
A esa fecha eran tres los bajistas en el accionariado del banco presidido por José Ignacio Goirigolzarri: BlackRock Institutional Trust Company, AQR Capital Management y Marshall Wace. La primera declaró tener en cartera el 0,60% frente al 0,50% de su anterior comunicación (27 de agosto); mientras las dos últimas han rebajado desde el 9 de noviembre su presión en el capital de Bankia (BKIA). Marshall Wace lo ha hecho simbólicamente -pero la ha reducido al fin y al cabo- desde el 0,60% del último día del mes pasado hasta el 0,59% a fecha 19 de noviembre y, muy especialmente, AQR Capital Management, el 'bajista de cabecera de BKIA' hasta el 1,19%.
Este hedge fund o fondo de alto riesgo, cuyo acrónimo AQR deriva de Applied Quantitative Research -en castellano, investigación cuantitativa aplicada-, viene aflojando su presión bajista sobre Bankia desde el pasado 17 de agosto, cuando declaró tener al supervisor español el 1,60% del capital. Desde entonces y hasta ese 1,19% -comunicado el 21 de noviembre- ha recortado sus cortos en un 25,62%.
Tal y como contó este diario a primeros del presente ejercicio, se trata de una firmada fundada en 1998 por cuatro ex Goldman Sachs (Clifford S. Asness, David G. Kabiller, Robert J. Krail y John M. Liew), que gestiona actualmente unos 150.000 millones de euros en activos. Y no solo se está dejando ver desde un tiempo a esta parte en BKIA sino que también lo ha hecho -o lo sigue haciendo- en una quincena de cotizadas españolas como Abertis, Acerinox, Banco Popular, Banco Sabadell, BBVA, CaixaBank, Ferrovial, Grifols, Mediaset y Telefónica. Casi nada.
Mientras tanto Bankia cerraba el pasado viernes cediendo un 0,25% en los 2,837 euros, lo que equivale a una pérdida anual del 26,66% y una capitalización bursátil de 8.752 millones de euros, tal y como se aprecia en el gráfico adjunto. Ni que decir tiene que BKIA -como el resto de la banca- cuenta los días que quedan para que el Banco Central Europeo (BCE) entierre su política monetaria ultralaxa y comience a subir los tipos aunque eso, tal y como viene advirtiendo Mario Draghi por activa y pasiva, tardará en llegar como mínimo en el otoño de 2019.
Todo ello mientras Pedro Sánchez desaconsejaba la semana pasada en el Congreso de los Diputados seguir vendiendo 'bankias' dentro del proceso de desinversión del Estado porque "hablemos claro, ahora mismo la cotización no permite ese objetivo. Por tanto, en estos momentos no se plantea por parte del Gobierno vender la participación de BKIA, que recordemos ronda todavía el 61% del capital.
Lo que sí deberá hacer la entidad pagar la multa impuesta por partida triple por el Banco de España, por un montante total de 2,1 millones de euros. Una sanción motivada por la comisión de infracciones de carácter 'muy grave' y 'grave' al saltarse determinadas normas relacionadas con la Ley de Economía Sostenible y la Ley sobre Disciplina e Intervención de Entidades de Crédito. Fuentes de la entidad han explicado que las multas están relacionadas con "deficiencias burocráticas en contratos" correspondientes al ejercicio 2014.