CASTELLÓ. (EFE). Un estudio alerta del elevado número de casos de enfermedad mental grave en las prisiones y propone un nuevo modelo de tratamiento, que contemple la creación de Unidades de Salud Mental Penitenciarias y su transferencia a los servicios autonómicos de salud.
Profesores del Grado en Medicina de la Universidad CEU Cardenal Herrera y del Hospital Provincial de Castelló, junto a sanitarios del centro penitenciario Castellón I, han llevado a cabo el estudio más amplio realizado en España sobre el abordaje real de los internos que son derivados a la consulta de psiquiatría penitenciaria. En concreto, se ha hecho un seguimiento de los 1.328 pacientes derivados a la consulta de psiquiatría penitenciaria por los servicios médicos de los centros penitenciarios de la provincia de Castellón y del centro penitenciario Valencia II, durante más de tres años, en un periodo de 40 meses (de julio de 2010 a octubre de 2013), según la Universidad.
El estudio, publicado en la revista científica estadounidense Journal of Forensic Sciences, se ha centrado no solo en analizar las variables clínicas y sociodemográficas de estos pacientes, sino también en detallar el tipo de seguimiento llevado a cabo, según los medios disponibles y sus características. Los pacientes derivados tenían una edad media de 36,8 años, el 88,1 % era de nacionalidad española, el 55,6 % no terminó los estudios primarios y su tasa de reincidencia fue de 1,7 entradas previas en prisión.
Los principales diagnósticos observados han sido, en un 81,4 %, casos de patología dual (enfermedad mental y consumo de sustancias), mientras que un 68,2 % de los pacientes presentaban trastornos de personalidad del grupo B, y un 13 %, trastornos del espectro de la esquizofrenia. En los casos analizados, se llevaron a cabo 3.701 valoraciones clínicas durante el tiempo de estudio, destacando un seguimiento largo (de más de 120 días) sólo en un 40,1 % de la muestra. La frecuencia habitual ha sido de cuatro consultas mensuales.
Los responsables del estudio han recordado que la sanidad penitenciaria está gestionada, excepto en Cataluña y País Vasco, por el Ministerio del Interior, con personal sanitario en los centros penitenciarios que se encarga de velar por la salud de los internos. Además, han añadido que el sistema de consultoría psiquiátrica en las prisiones dependientes del Ministerio "es muy heterogéneo, al quedar vinculado a acuerdos entre la administración penitenciaria y la provincia de que se trate".
Para paliar o afrontar las altas prevalencias de trastornos mentales en prisión, Interior creó el programa Paiem (Programa de Atención Integral al Enfermo Mental en prisión), un programa que, según los investigadores, supuso un gran cambio de modelo. Sin embargo, han señalado que a este "nuevo y actualizado abordaje no le siguió de un incremento de recursos humanos, por lo que el sistema tan heterogéneo de consultoría psiquiátrica se mantuvo con no más de cuatro asistencias por mes".
Tras la investigación, los autores del estudio proponen redefinir el Paiem como "un programa vinculado a un nuevo modelo más eficiente y de objetiva equivalencia de cuidados con la comunidad", algo que solo ven posible "con la transferencia a los servicios autonómicos de Salud" y con un incremento de recursos humanos.
La propuesta de los investigadores es la creación de Unidades de Salud Mental Penitenciarias, donde equipos formados por dos o tres psiquiatras (según el número de internos del centro penitenciario), psicólogos clínicos y profesionales de enfermería especializada en salud mental puedan llevar a cabo un manejo integral de estos pacientes.