VALÈNCIA. Les Corts Valencianes ratificaron este martes a Alfred Costa como nuevo director general de À Punt para los próximos tres años. Una jornada en la que el sucesor de Empar Marco expuso cuáles serían las líneas maestras del proyecto que pretende desarrollar al frente de la nueva radiotelevisión valenciana para demostrar ante sus señorías su idoneidad para ocupar este puesto, tal y como exige la ley de creación de la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació (CVMC) aprobada por el Parlamento en 2016.
El nuevo responsable de À Punt comenzó su intervención con un plato fuerte: el presupuesto que tiene la CVMC. A su juicio, los fondos con los que se cuenta anualmente la Corporació y la Societat son insuficientes si se quiere cumplir con la calidad de servicio público que exige la ley de creación del ente y si, además, se pretende también cumplir con los objetivos adquiridos con el sector audiovisual. No en vano, la norma del Servicio Público de Radiodifusión y Televisión del Ámbito Autonómico decreta en su artículo 29.2 que el ente debe reservar, "por lo menos, el 35% de su tiempo de emisión anual a la difusión de obras audiovisuales y cinematográficas de productoras valencianas independientes y producción original en valenciano". Un porcentaje que, por el momento, no se está alcanzando.
Con estos mimbres, la aspiración a medio plazo de Costa es ver incrementado el presupuesto de À Punt. Así, explicó que su intención en este ejercicio es trabajar con los 55 millones con los que cuenta la CVMC, pero a medio plazo estudiar todos los porcentajes que determina la ley que se deben destinar a producción en valenciano, a personal y a otras cuestiones, para, con este análisis, precisar los fondos que necesita realmente la Corporació.
Aunque no llegó a realizar una estimación de cuál sería la partida óptima que requerirían los medios públicos valencianos, sí pidió que el presupuesto se ajuste a la ley aprobada en Les Corts. Una normativa que establece que los fondos del ente se calcularán en base al Presupuesto de la Generalitat anualmente y nunca podrán ser inferiores al 0,3% ni superiores al 0,6%.
Esta reivindicación ha sido constante en los discursos de Marco durante su mandato, pues hasta el momento el presupuesto de À Punt se ha calculado basándose en las cuentas de la Generalitat pero restando la deuda. Si se tuviera en cuenta el pasivo financiero, sin embargo, actualmente los 55 millones incumplirían esa horquilla, pues las cuentas del Gobierno valenciano son de 23.021 millones de euros para 2020 y, por lo tanto, el mínimo de ese 0,3% se correspondería con 69 millones.
Durante la intervención de los grupos, y tal y como habían venido advirtiendo en los últimos días, Compromís empleó un tono receloso con el candidato. La diputada Mònica Àlvaro comenzó advirtiéndole que no les entusiasmaba su proyecto y lamentando que la radio fuera "minoritaria" en su propuesta. "Solo aparece en una de las 50 páginas", censuró la parlamentaria. Cuestionó también el perfil de radioyente que Costa contempló en este documento -hombre mayor de 50 años de la provincia de Valencia-, que incluyera el "emotainment" como el género con el que atraer al público femenino o la pretensión de incluir emisión en castellano en la parrilla. "Es necesaria una vertebración del territorio, no olvide a Castellón y Alicante, y cuide la lengua, el valenciano", añadió la parlamentaria.
Juicios que, sin embargo, Costa rebatió con que no es él el que determina el perfil de oyente que tiene la radio de À Punt en este momento, sino que es algo que analiza el Estudio General de Medios (EGM). También se preguntó por qué cuando se habla de contenidos de "entretenimiento" se entiende como algo peyorativo, ya que en él caben diversidad de géneros como los documentales, entrevistas o debates; y explicó que las emisiones en À Punt "obviamente" serán en valenciano porque así lo determina la ley.
"Tiene usted la ratificación por parte de mi grupo parlamentario, pero debe ganarse la confianza, no solo de Compromís, sino de toda la Comunitat Valenciana", zanjó la diputada de la coalición valenicanista que vistió una camiseta que ya fue toda una declaración de intenciones. En ella, se podía leer el siguiente mensaje: "La tierra es plana porque lo dicen los informativos de Canal 9". Una burla de la antigua RTVV y un aviso a Costa, ya que a juicio de los valencianistas "existen aspectos en su proyecto que recuerdan al modelo de Canal 9".
Por su parte, Unides Podem tampoco empleó un tono afable con el director general. La formación morada, de hecho, juzgó que el proyecto de Costa hiciera "demasiado" hincapié en la rentabilidad y no se planteara más desde el punto de vista de servicio público. "Es muy economicista", sustuvo la diputada y presidenta de la comisión de RTVV y del Espacio Audiovisual, Estefanía Blanes.
En este sentido, el nuevo responsable de À Punt replicó que pretende buscar la "máxima rentabilidad comercial" sin apartarse "ni un centímetro" de los códigos del ente, dentro de su "compromiso de servicio público con todos los esfuerzos promocionales". "Antes o después, confío en que con los productos de calidad llegará la audiencia a pesar de que jugamos con desventaja con megaempresas", aseveró.
Del mismo modo, aclaró que su intención no es crear una nueva marca más allá de À Punt, un apartado del proyecto que había generado dudas entre los grupos parlamentarios y que no tiene otro fin que hacer una "campaña potente de marketing que reposicione a la marca actual, a la ya existente" para que los espectadores se identifiquen con ella.
Ciudadanos, PP y Vox también se mostraron escépticos a lo largo de la jornada con el candidato propuesto por el Consejo Rector a Les Corts y el único grupo parlamentario que no le reprobó fue el PSPV, que le agradeció su proyecto "novedoso y valiente".
A pesar de todo, no hubo sorpresas en el sufragio: socialistas, valencianistas y morados votaron a favor, mientras PP, Ciudadanos y Vox lo hicieron en contra. No hubo fisuras ni división en el Botànic a pesar de que la coalición valencianista había jugado a la ambigüedad en los últimos días, ya que no les agradaba el perfil del aspirante por su vinculación con los socialistas -fue concejal del PSPV en el Ayuntamiento de Torrent- y hasta 24 horas antes excusaban no tener decidido el sentido de su voto porque debían analizar el proyecto presentado por el aspirante. Final feliz. Pero la forma en la que se desarrolló la comisión reveló que el mandato del nuevo director general no va a ser, ni mucho menos, un camino de rosas.