LOS JOVENES OCUPAN EL SANTUARIO DE VENENO STEREO

Anvil, la nueva sala de música que se atreve con todo menos con el reggaeton 

12/12/2019 - 

CASTELLÓ. Parecía que Castelló iba a quedarse sin otra sala de conciertos más. Después del cierre de la mítica Four Seasons, en verano del año pasado, ahora era el turno de Veneno Stereo que ponía fin a diez años de andadura con el anuncio de su traspaso y venta en diferentes páginas inmobiliarias, también en pleno mes de junio tras el fin de la temporada. Toni Porcar, dueño del mismo local, reconocía entonces sentirse ahogado y cansado de tirar hacía adelante un proyecto que, a su parecer, ya tenía "la batalla perdida" contra el tardeo, la cultura de la gratuidad o las "excesivas exigencias legales" para ofertar música en directo. Pero, sin demasiadas esperanzas de que la venta se produjera con demasiada rapidez -Four Seasons tardó tres años- organizó una programación puntual con la que solventar su supervivencia, al menos hasta diciembre. Sin embargo, la llamada se produjo pronto; solo bastaron unos meses para que una oferta -con nombres y apellidos en la música- llegará sobre la mesa. Anvil aparecía a finales de octubre para tomar el relevo. 

Reconocen Yanko Fernández y Jénnifer Heredia que -pese a lo rápido que atraparon el espacio- no tenían el ojo puesto en Veneno Stereo. Simplemente un día se levantaron y vieron su venta en la plataforma de Milanuncios. "Estábamos hartos de nuestra vida, no nos sentíamos realizados y por eso, queríamos cambiarla, aunque aún no sabíamos cómo", comenta Heredia, quien hasta el momento había trabajado como fotógrafa y peluquera. "No recuerdo ni la música que pusieron los djs en el día de la inauguración, estaba agobiada porque no había sido camarera en mi vida. La noche anterior buscaba en Google cómo hacer ciertas bebidas", confiesa ahora entre risas. Por su parte, Fernández sí que había fantaseado algunas veces con la idea de dirigir una sala de conciertos. Así que ambos se lanzaron al vuelo. "Somos jóvenes y tenemos ilusión porque es un trabajo con el que nos sentimos cómodos. A pesar de que íbamos a meternos en un mundo que no sabemos muy bien cómo funciona, es el momento de ponerle ganas a estos sitios. Además, tengo estudios en ingeniería de sonido y he tenido relación con la música en directo, la noche y los djs", asegura. 

Mantener los conciertos era uno de los deseos de Porcar, dueño de Veneno Stereo, y así se mantendrá. Pero Anvil tiene otro pilar importante, hasta la fecha inexplorado en el lugar: las noches de música con djs. Un abanico de posibilidades que quieren abrir principalmente desde el mercado más internacional. "Los primeros conciertos que hemos ido haciendo han funcionado bastante bien, y eso que los platos fuertes vendrá más adelante. Pero, nuestro interés está puesto también en enfocar la sala a la noche. En sus últimos años, el Veneno solo abría para conciertos programados a finales de la tarde. Por eso nos está costando que la gente cambie su chip en cuanto a esta parte que ofertamos", aseguran sus dueños. 

Igualmente, Anvil tampoco quiere centrarse únicamente en la música rock. "Sabemos que con la juventud no es fácil acertar con un único género. Hay pocas personas con un estilo muy marcado. Nosotros podemos escuchar de todo y nos gusta de todo (menos reggaeton, puntualiza Heredia)". Su apuesta, todavía en gestación, abarca pues actuaciones de blues, soul, indie, jazz y una pizca de electrónica. Alejándose también del género flamenco que tanto público cotiza en bares abiertos al tardeo. La fórmula que sí repiten en su pequeño bajo es la de recoger y dar cabida a música emergente y local. De hecho, este sábado les visitan grupos de los locales de ensayo Tetuán XIV. "Sabemos que es importante dar voz a quienes están empezando. Probablemente algunas de las formaciones que pasen por Anvil será la primera vez que toquen en público. Queremos que la gente valore esta sala por poder apreciar lo que hacen artistas tan dispares desde cerca. Que valoren las propuestas que traemos y que estén agusto". 

Un futuro incierto, ¿y qué más da?

Todavía es pronto para hablar en términos de futuro. Ni siquiera sabían los dueños de Anvil, hace más de dos meses cómo sería arrancar una sala de conciertos. "Dejé mi trabajo y al día siguiente estaba aquí pintando paredes. Ni de coña tenía referencias al abrir la sala", manifiesta Heredia. Pero este poco tiempo sí les ha valido para empezar a experimentar y contextualizar su idea de qué es la música en vivo. "Aquí van a llegar cosas muy interesantes, que nos colocarán seguro en escena. Aún no podemos descifrar nombres, porque no están todos confirmados, pero mucha gente con muchos estilos distintos se sentirán cómodos con el ambiente", aseveran. Entre la ilusión y la inconsciencia ambos dicen, además, no temer al cierre de las salas. "Pueden cerrar por muchos motivos y no significa que por eso la noche y las salas estén muriendo. Siempre hay público", opinan, a la par que hacen una llamada a la colectividad. "Somos los nuevos y no hemos tenido tiempo de presentarnos a todos, ya llegará, pero sabemos que hace falta unión para que entre todos hagamos un poco más de fuerza. La colaboración entre las salas es buena para crear cultura en la ciudad, sobre todo con la música en directo". 

Con las energías puestas en un proyecto que no ha hecho más que empezar, los dueños de Anvil han programado para el próximo 21 de diciembre al grupo de pop-rock castellonense Próxima; el día 22 al guitarrista madrileño Edu Big Hands, junto con el teclado de Cayetano Balfagón, así como una sesión de jam dirigida por la cantante Mayka Edjole. Por otra parte, la programación más nocturna se completa con Sr. Mezcal y sus sesiones de vinilo, este sábado 14; Miss Taboo el 20 de diciembre; Nacho Ruiz, dj residente de Sidecar en Barcelona, el día 28; y Charlee Dj desde Burriana cerrará el año la noche del 31. 

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