VALÈNCIA. Sin duda alguna, el fallecimeinto de los seres queridos durante el Estado de Alarma por el coronavirus está siendo de las situaciones más amargas que le ha tocado vivir a parte de la población. No poder dar el último adiós a una persona querida en el final de la vida y no poder acompañarla por estar aislada y la población en confinamiento obligatorio es uno de los trances más amargos de los que numerosos que se viven estos días.
Tras más de un mes pandemia y 796 fallecimientos por coronavirus, el Gobierno valenciano ha puesto en marcha un protocolo que va más allá de poder despedirse del familiar vía telefónica o por videoconferencia, tal y como se había establecido hace unos días con la llegada de 700 dispositivos entre smartphones y tablets que se han repartido a los departamentos de salud valencianos.
El protocolo determina que la despedida será presencial y en él se establecen dos posibles escenarios de despedida: antes de que el paciente entre en fase de agonía -un día o dos antes de la muerte- u horas antes de la muerte. Una decisión que quedaría en todo caso en manos de la familia. Éste tendrá que ser activado por el personal sanitario, quien debe realizar la llamada a los familiares en el marco de lo acordado. Previamente, si el paciente está en plenas facultades, informará al personal sanitario quién es la persona de referencia de su familia.
El documento será remitido a los departamentos de salud. Ahora bien, este protocolo no contempla las despedidas para pacientes ingresados en UCI al ser el riesgo "excesivamente alto" para la persona que acude. No obstante, Sanidad asegura que está estudiando alternativas para este tipo de contexto.
Como norma, la familia deberá elegir a una persona, que tendrá que acudir al centro cuando sea avisada y ciñéndose al acuerdo alcanzado y regulado por el escenario elegido. Ahora bien, de manera excepcional se valorará que puedan acudir de manera presencial más de un familiar "si existen lazos familiares que lo justifiquen y se garantice su seguridad".
Si esto no fuera posible, el hospital facilitará la presencia virtual del resto de familiares en la habitación mediante los recursos tecnológicos proporcionados que dispongan.
El estado del paciente será el que determine el tiempo de permanencia en la habitación de la persona o las personas acompañantes. Según indica el protocolo, no será en ningún caso superior a 16 horas -4 en el caso de pacientes con coronavirus-. Realizada esta visita, no será posible hacer más visitas y se mantendrá un contacto frecuente con el portavoz familiar para informar de la evolución y estado de la persona ingresada.
Que el paciente sea Covid positivo o negativo del paciente determinará los niveles de protección que se le proporcionará a la persona, así como la instrucción pertinente de su uso para garantizar su máxima seguridad. En el caso de no ser positivo se le proporcionará guantes y mascarillas. Si el paciente está contagiado por coronavirus entonces se le proporcionará un EPI. Para ello, ha sido necesario contar con el material de protección necesario, algo que hasta ahora imposibilitaba mantener el protocolo y que son los que permiten evitar los contagios.
Sanidad se reserva la posibilidad de analizar o investigar la historia clínica del familiar visitante por si fuera un posible Covid. De hecho, en el caso de ser positivo, tendrá que solicitar el relevo de otro allegado. Ésta persona no podrá abandonar la habitación en ningún momento y se establecerá un circuito seguro para su entrada.
El equipo asistencial podrá solicitar el apoyo del equipo de psicología del hospital, que podrá tener un papel relevante como apoyo en el manejo del duelo tanto del paciente como de la familia. Tanto la persona acompañante como el paciente, podrán recibir el apoyo psicológico durante la visita si es considerado necesario por el equipo asistencial.