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seguridad sanitaria, tecnología 'contactless', big data, control de aforo...

Así veranearemos en el futuro (o por qué no habrá playas con mamparas tras el coronavirus)

4/05/2020 - 

ALICANTE. El coronavirus va a cambiar nuestra manera de hacer turismo. Quizá no para siempre, como aventuran algunos, pero al menos sí a corto plazo. Y es un debate que, más allá de que la vicepresidenta del Consell lo utilice para colar el proverbial rechazo de su formación al modelo de sol y playa, o por mucho que su mera insinuación ofenda profundamente al lobby hotelero de Hosbec (cuyos asociados basan su estrategia empresarial fundamentalmente en la cantidad), hay que abrir ya. Y, de hecho, muchos destinos turísticos ya lo han abierto, para adaptarse a los nuevos tiempos con las claves de lo que se había dado en llamar 'destino turístico inteligente'.

Porque la realidad es que los destinos de costa necesitan reabrir cuanto antes sus playas. Y también lo es que, aunque alguno haya bromeado con ello (e incluso se haya sugerido medio en serio), no podemos parcelar las playas de la Costa Blanca con mamparas. Pero sí se puede reducir la afluencia, y controlarla, para garantizar el respeto a la distancia social. O reducir el contacto con superficies por delante de las cuales pasan miles de personas al día. Se puede mejorar la higienización de los espacios. Se pueden recopilar y analizar los datos que generan los visitantes y sus rutinas. Y se puede comunicar el resultado final de todo ello para ofrecer seguridad a los visitantes y a los vecinos.

La consultora turística alicantina Sien Consulting, especializada en el asesoramiento a destinos para convertirse en destinos turísticos inteligentes (DTI) ya está trabajando con varios de ellos para poner en marcha el PO:DS (Plan Operativo 'Destino Seguro'), en coordinación con los responsables autonómicos y el ICTE (Instituto de Calidad Turística de España) basándose en cinco claves: el control de la capacidad de carga (aforo), la tecnología contactless, la detección precoz de síntomas, la inteligencia a través del Big Data y la comunicación en tiempo real.

"La capacidad de carga se puede medir de distintas formas", explica su CEO, Mariano Torres. "con redes wifi en espacios abiertos, al conocer el número de móviles que hay en una zona, o con cámaras térmicas en espacios cerrados donde la wifi no sería eficaz. Y también se están creando herramientas para medir la distancia social con el dispositivo bluetooth". La tecnología también ayuda en el segundo eje, el contactless. "Esto es algo que de hecho ya existe, y que se puede extender: los lavapiés o duchas sensorizados en la playa, por ejemplo, para no tener que pulsar el botón".

Esta tecnología se está extendiendo rápidamente (gracias, entre otras, a la empresa cotizada alicantina FacePhi), y permite múltiples aplicaciones, según explica Torres. "Se puede hacer el check-in y el check-out de los hoteles sin tocar un mostrador, solo con biometría, igual que por ejemplo pagar en el parking o abrir la puerta de la habitación sin tocarla". La tecnología vuelve a ser clave en el tercer eje, el de detección de síntomas entre los clientes. "Ya se están utilizando cámaras térmicas que miden la temperatura del cliente, aunque en este campo falta desarrollar los protocolos; ¿qué hacemos cuando un huésped tiene 37,5 grados?"

Conocer el aforo en tiempo real para decidir

Los dos últimos ejes pasan por utilizar la inteligencia y el Big Data, para conocer la opinión del turista sobre el destino y actuar en consecuencia (por ejemplo, si echa en falta más limpieza o ve cierto descontrol de los aforos), y comunicar en tiempo real. "Ese será un aspecto determinante en la nueva normalidad, si comunicas la saturación de un espacio ayudas al turista a decidir dónde ir". Torres propone instaurar una señalética similar a la de un semáforo para organizar este sistema, como la que ya se aplica para informar del estado del tráfico o de las plazas libres en aparcamientos públicos en algunas ciudades.

Camareros robot en el centro de desarrollo de Accenture en Alicante. Foto: PEPE OLIVARES

Uno de los proveedores habituales de estas innovaciones tecnológicas para el sector turístico es Dinapsis. Fuentes del centro de innovación de Suez e Hidraqua explican que, tras la pandemia, están adaptando a las demandas del sector toda la experiencia en digitalización que acumula el centro (que el año pasado coordinó a distancia más de 600.000 órdenes de trabajo) para darle un enfoque 'post Covid'. Por ejemplo, con su herramienta para la gestión de emergencias, que estudia escenarios y coordina a los operarios que participan, "desde la Policía Local a la compañía telefónica". 

También se está adaptando al coronavirus la app móvil de comunicación ciudadana que Dinapsis mantiene en numerosos municipios clientes del grupo. "Sirve para comunicar incidencias, fomentar la participación y acceder a información municipal; desde comunicar una fuga hasta acceder al último bando del alcalde", destacan. Así, con el nuevo enfoque, que se diseñó a petición del Ayuntamiento de Benidorm, esta app sirve para coordinar el voluntariado (el usuario explica qué sabe o puede hacer y se ofrece a ello) y para notificar necesidades básicas, fundamentalmente de alimentación, para que los servicios sociales sepan dónde actuar. "Todo ello, además, con la ventaja de la geolocalización", explican desde Dinapsis. "Se puso en marcha de un día para otro y le incorporamos las notificaciones Push, que permiten comunicar a los usuarios instantáneamente decisiones del ayuntamiento, cambios de normativa..."

Cuatro años de avances en un mes

Otra aplicación, en la que de momento solo se está trabajando, también 'reutiliza' el trabajo previo de Dinapsis enfocado a la distancia social. "Lo íbamos a probar en El Postiguet: determinar la ocupación de la playa con visión artificial", con unas cámaras lo suficientemente alejadas para respetar la privacidad de los bañistas. "Estaba pensado para ayudar a decidir al Ayuntamiento sobre los servicios que presta en cada momento en la playa, pero se está pensando en adaptarlo al control de la distancia social". Las cámaras no pueden medir si hay un metro y medio entre bañistas, pero sí calcular si con la cantidad de gente que hay en la zona es posible respetar dicha distancia. "Y por tanto, ayudar al control de aforo", al menos en playas urbanas y pequeñas.


"Evidentemente, los destinos tienen mucho interés en que las playas funcionen ya este mismo verano", explican desde Dinapsis. Aunque el turismo sea el nacional. El CEO de Sien Consulting, por su parte, considera que la crisis abre una oportunidad para destinos menos potentes. "La limitación de aforo va a desviar turistas desde los grandes núcleos clásicos hacia otros puntos de la costa", por lo que hay que estar preparado, aún asumiendo que quizá la innovación sea 'de usar y tirar'. "Hemos acelerado la digitalización del turismo en España por necesidad, en unas semanas se ha avanzado lo que igual íbamos a tardar tres o cuatro años en poner en marcha". Porque el destino tiene que ofrecer seguridad en una triple hélice: al turista, al vecino, y al empresario local.

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