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de hacer repartos en solitario con la moto a encabezar una empresa con 1.000 empleados

Autónomos que acaban liderando una empresa

28/06/2021 - 

VALÈNCIA. A los autónomos habría que mimarlos. No solo porque representan un colectivo que supera a los 3 millones de personas, sino también porque a veces, sin apenas darse cuenta, acaban liderando una empresa de interesante magnitud. Numerosas pymes en nuestro país tienen su origen en un freelance o un profesional que optaron por trabajar como personas físicas por cuenta propia como solución de autoempleo.

Es la facturación lo que les hace dar el salto a la forma jurídica, preferentemente en la modalidad de Sociedad Limitada, cuando ven que el riesgo que asumen con el respaldo de su patrimonio personal a la empresa es excesivo.

Inmaculada Juárez es una alicantina que, desde los 8 años, tenía claro que “quería tener un despacho de abogados en Madrid”. Así que, después de acabar la carrera de Derecho y trabajar durante cuatro años como responsable de exportación en la empresa de su padre, traslada su residencia a Madrid. Aquí empezó a trabajar en un pequeño bufete donde permaneció menos de un año, dispuesta a independizarse y montar su propio despacho. Lo hizo en su domicilio particular, ella sola, como profesional. Un año después ya se había comprado otro piso y constituido un despacho bajo la marca Juárez y Asociados en el que acabarían trabajando 15 abogados más.

A día de hoy, Inmaculada Juárez está al frente del Grupo Empresarial Juárez y Asociados, con sede en pleno centro de Madrid. Bajo el paraguas de la marca figuran  un centro de formación (Juárez Centro de Formación Empresarial); una empresa que ayuda a otras extranjeras a constituirse en España (Gestiona in Spain); una Asociación de Defensa de la Nueva Abogacía y los nuevos Autónomos (Asodena), el despacho de abogados (Juárez International) como empresa que cabecera, y su última aventura empresarial: BECCA Software, un proyecto tecnológico con el que ha desarrollado “la primera” plataforma de venta de servicios profesionales. 

“El crecimiento se fue produciendo como algo orgánico, nos fuimos expandiendo por necesidades colaterales”, explica esta experta en Derecho Internacional Privado. Juárez todavía recuerda los comienzos de la empresa, aparentando tener un gran despacho, cuando en realidad era ella quien lo hacía todo. “Cuando venía algún cliente al despacho engordaba las carpetas con papel en blanco para dar la impresión de que tenía un importante volumen de trabajo”, dice. 

Cuatro cuentas de correo para departamentos inexistentes

También Gregorio López Martos, fundador de la empresa de logística Mox, empezó haciendo cosas por el estilo. Licenciado en ADE y técnico superior en Hostelería y Turismo, López Martos decidió montar un negocio de delivery en Granada con los 20.000 euros que tenía ahorrados. Se dio de alta en autónomos y se compró una moto en la que adaptó un cajón para hacer él mismo los repartos. Abrió también 4 cuentas de correo distintas para simular varios departamentos inexistente de la empresa. Así estuvo durante 4 meses, en seco, hasta el día que recibió el primer servicio para trasladar a un perrito atropellado a una protectora de animales. Se puso tan nervioso que hasta se olvidó de cobrar los 4,90 € del servicio. Acabados los 20.000 euros que tenía ahorrados y a punto ya de darse de baja en autónomos, le comunican la concesión de un préstamo participativo de Enisa que había solicitado. A raíz de esto, las cosas toman otro cariz y la empresa empieza una progresión que, todavía hoy, parece imparable. 

Actualmente López Martos figura como CEO y fundador de MOX, una empresa de logística para el reparto de última milla que cuenta con más de 1.000 repartidores asalariados que ofrecen servicio en más de 50 ciudades de España. La empresa logística se integra en lo que ya es el Grupo Mox, el cual esperaba cerrar el año pasado con 12 millones de euros facturados.

De telefonista de El Corte Inglés a proveedora

Distintos fueron los comienzos de Paloma Jaúdenes, hoy al frente de la marca de moda Pequeña Moma. Después de trabajar un tiempo como auxiliar de clínica y en la centralita de El Corte Inglés de Cartagena, su ciudad natal, Jaúdenes se animó a abrir una franquicia con la marca de ropa infantil NeckNeck. Lo hizo como solución de autoempleo, pero al tiempo se dio cuenta de que el negocio había dejado de funcionar. Tuvo que cerrar y prestamizar una póliza de 130.000 € que había pedido. Fue con la que entonces era su suegra con quien decidió asociarse y abrir otra pequeña tienda en Cartagena, primero de ropa para niños, luego de moda para mujer y ahora, también, para hombre.

Quién le iba a decir a Jaúdenes, madre de cuatro hijos, que después de mucho esfuerzo y trabajo acabaría vendiendo su ropa y sus accesorios en el mismo centro en el que antes había trabajado como telefonista. La marca Pequeña Moma llegó a estar presente en 13 centros de El Corte Inglés, ahora en menos, a consecuencia de la crisis y de un cambio de estrategia empresarial. Se suman a estos otras 3 tiendas que tiene repartidas por distintos puntos de playa, una tienda en la capital murciana y a la que se refiere como “el buque insignia”, que sigue estando en Cartagena. Con ella trabaja un equipo de 37 personas, en su mayoría mujeres, a las que ha ido rescatando del ERTE que tuvo que aplicar a raíz de la Covid. 

Quien empezara su carrera empresarial como autónoma ha ido creciendo poco a poco hasta constituir una empresa que, antes de la pandemia, superaba ya los 2 millones de facturación. Ello le ha convertido en merecedora de numerosos distintivos como el Premio E-Woman en la categoría negocio online o figurar entre las finalistas del Premio Nacional Joven Empresario.

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