Ser malo, en muchas ocasiones, tiene recompensa. En el colegio, por ejemplo, los niños malos suelen recibir más atención que los buenos. De hecho, muchos niños son desobedientes y traviesos por esa razón. Se sienten solos, poco cuidados, invisibles en casa… y descubren que si se portan mal se convierten en el centro de atención. Y la atención es un contacto bastante íntimo. Los maestros los riñen, hablan con ellos a solas, a veces hasta se muestran más amables y comprensivos que con el resto de niños, en un intento de llegar a ellos por la vía emocional y así cambiar su actitud. Pero, ¿qué actitud van a cambiar si portarse mal es su forma de existir, de ser importante, de recibir esa consideración especial? Todos se fijan en él (o ella) y para los compañeros se convierte en un ejemplo a seguir. A veces incluso los imitan y hacen las cosas mal para que los maestros se acerquen también a ellos. El niño malo es la envidia de la clase. El centro de interés.
En la adolescencia sucede algo parecido. Algunos niños buenos que poco a poco tienen problemas para seguir la clase y empiezan a quedarse por detrás del resto, se hacen malotes de pronto. Lo he visto mil veces. Si no pueden destacar por su inteligencia, o por alguna otra cualidad, pues destacarán por pelearse con otros, por fumar porros o por su rebeldía adolescente. Se convertirán en gilipollas pero de esa forma volverán a ser alguien.
Además, mejor que parezca que no quieres estudiar y por eso suspendes que dejar en evidencia que te cuesta, que no eres tan inteligentes o trabajador como la mayoría.
Todos queremos ser alguien. Destacar. Como sea. Algunos adolescentes no llegan a convertirse en rebeldes pero, seamos sinceros, los penes dibujados en la pizarra nunca pasan de moda. Incluso las Converse tienen épocas bajas que los penes pizarreros nunca tienen. Todo adolescente quiere en el fondo llamar la atención y la forma más fácil es atentar contra la autoridad. Penes y, en los últimos años, la llegada de VOX ha puesto de moda dibujar esvásticas nazis (a veces mal hechas). Porque saben que a los profesores les molesta. Y eso ya es suficiente razón para hacerlos.
Pero yo quería hablar de Ayuso.
Como yo lo veo, Ayuso es una niña