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Bely Basarte: "Los artistas tenemos que adaptarnos al mercado sin dejar de hacer lo que nos gusta"

12/05/2019 - 

VALÈNCIA. De una pantalla a llenar conciertos. Bely Basarte (Madrid, 1991) comenzó subiendo covers de sus artistas favoritos a Youtube intercalados con alguna composición propia. Corría el año 2009 y acababa de comenzar a estudiar Administración y Dirección de Empresas. Nada podía vaticinarle que una década más tarde tendría una de las carreras musicales más prometedoras del momento: varias recopilaciones de covers, un EP, un álbum (Desde Mi Otro Cuarto, 2018, con Universal), y cifras tan escandalosas como los millones de reproducciones de su canal de Youtube y el cerca de medio millón de seguidores que atesora en la plataforma.

Sus logros y su inconfundible voz la llevaron a protagonizar algunas de las canciones del remake de la Bella y la Bestia de 2017, donde se encargó de hacer cantar a su protagonista. Su dulzura, sin duda, es uno de los factores que la hizo idónea para el papel, así como su particular estilo. Dicen que hacer fácil lo difícil es tremendamente complejo y, echando un rápido vistazo a su canal (o deteniéndonos en sus canciones en Spotify), no cabe duda de que Basarte lo consigue. Una habilidad innata para moverse en el universo digital, donde compagina su faceta musical con la de influencer, es otro de los factores que la ha catapultado a la lista de nombres más reconocidos del panorama musical. Ayer pisó las tablas de la Sala Jerusalem de València y aprovechamos para hablar con ella. Esto es lo que nos contó.

-A lo largo de tu carrera has compaginado las covers de otros artistas con tus composiciones propias. ¿Cómo es la experiencia, por un lado, de poner voz a las canciones de otros y, por otro, a las tuyas propias?
-Me considero bastante empática, así que creo que siempre he sabido meterme en la canción para expresar lo que quería el autor o lo que yo podía interpretar de la letra. Sí que es verdad que mis canciones propias, al final, las siento mucho más, pero al mismo tiempo me provoca un enorme respeto sacarlas a la luz. Al subir una versión de otra canción asumes que, si no gusta, no gusta; pero cuando es algo tuyo te muestras más a ti misma, te abres un poco en canal y que haya un rechazo da más miedo. Pero bueno, hasta ahora la acogida ha sido muy satisfactoria.

-En este sentido, ¿qué tiene que tener una buena cover? ¿Cómo se puede diferenciar de las tantísimas que ya existen en Internet?
-Cada uno tiene que aportar su esencia: ofrecer algo nuevo. Para hacer una canción igual que la original ya está su autor que, posiblemente, lo haga mejor. Tienes que averiguar cuál es el puntito que tú puedes dar, esa cosa que puede hacerla diferente.

-Hoy existen muchos formatos televisivos que pueden convertirse en un trampolín de visibilidad en el sector musical. Operación triunfo o La voz son algunos de ellos. ¿Por qué apostaste por Youtube y no otra vía?
-No hay un camino que sea el correcto: solo que estés dispuesta a trabajar. Igual que decidí estar en Youtube podría haber escogido otra cosa. También, por ejemplo, salía a la calle y tocaba. Vi más posible esta opción porque estaba estudiando al mismo tiempo, y lo que estaba al alcance de mi mano era la cámara del móvil y el ordenador para subir los vídeos.

Estos programas me parecen una vía tan buena como cualquier otra. Me parece muy bonito que ahora haya tantos enfocados a la música en la televisión. Hemos dejado atrás una época en la que todo eran realities que pasaban por alto eso. Ahora, a través de Operación Triunfo, por ejemplo, estamos aprendiendo y conociendo a autores nuevos. Zahara, Rozalén o el Kanka de repente son lo más escuchado gracias a programas como este.

-Mencionabas en una entrevista que existe una “dictadura de lo visual”, que ya nadie “se tumba en la cama” para escuchar un disco. ¿Cómo te has enfrentado como artista al tremendo cambio que ha habido en cuanto a consumo musical?
-Siempre he hecho vídeos en Youtube. Algunos me decían: “Eres youtuber”. Pero yo siempre me he considerado cantante; una cantante que comparte su música en Youtube como puede hacerlo en Spotify o en Apple Music. Si el vídeo es original y demás, apoya y enriquece la música: si no tira uno, tira el otro.

No sé si, en ese sentido, hay claves para “enganchar” a que te vean. Supongo que hacer algo original. A mí en su momento se me ocurrió hacer un vídeo que fuera lo más normal posible, pero grabando la música al doble de velocidad para poner la imagen a la mitad de velocidad y que fuera una cámara lenta; o aprenderme la letra al revés y grabarlo todo así. Tienes que buscar una manera, incluso aunque sea difícil llamar la atención a partir de algo sencillo. Siempre hay que estar pensando en cosas nuevas y creando. 

-En un momento en que toda persona que se dedica a la música puede convertirse en un fenómeno con fecha de caducidad, ¿cómo se lucha contra lo efímero?
-Es algo que me da rabia: el tener que desarrollar algo (una idea, un concepto) para justificar un disco porque ahora la música se consume en singles y de una semana para otra. Como artistas, tenemos que adaptarnos al mercado sin dejar de hacer lo que nos gusta. Por eso, primero puedes hacer un single, luego recopilar varios y crear, luego, el disco. Al final todo es adaptación, y nosotros estamos viviendo ese cambio.

-Tu carrera ha nacido en el ámbito digital y ha acabado alcanzando el más tangible a través de discos y conciertos. ¿Qué has aprendido de pasar de un territorio a otro?
-Ha sido muy natural, por mucho que parezca ir “al revés”. Como decía, yo estaba estudiando, y lo que tenía al alcance era una cámara y un ordenador. Cuando he podido permitirme un concierto, lo he hecho gracias a la gente que había visto mis vídeos. Y, cuando el concierto ha sido grande, una discográfica se ha interesado y he podido hacer el disco. Ha sido todo un proceso en el que valoro mucho haber podido ir despacio y disfrutando de cada pasito.

-No han sido pocos los youtubers que han reclamado la poca transparencia y remuneración de la plataforma e, incluso, algunos la han abandonado y han dirigido sus contenidos a otras redes sociales. ¿En qué momento se encuentra Youtube para ti en estos momentos?
-Ahora solo subo vídeos cuando tengo tiempo. Se lo transmití a mis seguidores, que sentía si los estaba volviendo locos con esa subida de vídeos intermitentes, pero todo el mundo lo está entendiendo. Ven que hay un cambio de “Bely está en una pantalla” a “Bely viene a mi ciudad” y comprenden que, por tanto, no puede haber vídeo si esa semana estoy de gira. Nadie me ha dicho que me he vendido. No ha habido malos comentarios.

-¿De Youtube se puede vivir económicamente hablando?
-No, Youtube paga poco a no ser que tengas muchas visitas. A mí, más bien, me servía como una ventana para dar a conocer mi música, para que la gente me escuchara después en Spotify o se animara a venir a los conciertos. Era mi manera de aproximarme a ellos.

-Fuiste la voz cantada de Bella en la película de La bella y la bestia de 2017. Recientemente, las declaraciones de Nerea Rodríguez, Blas Cantó y Chenoa por su participación en Ugly Dolls: Extraordinariamente feos han levantado ciertas ampollas en el sector del doblaje. ¿Cualquier cantante puede doblar una película?
-El trabajo de los actores de doblaje es una pasada: me parece admirable. Su trabajo es que nadie se dé cuenta de que están ahí y hace falta mucha preparación. Sí que es verdad que para mí supuso todo un reto porque es algo que no había hecho nunca, pero también estuve rodeada de profesionales que me lo hicieron muy fácil dentro de lo complicado que es. Al final, yo hice las canciones, no estaba doblando la voz de Bella hablada, solo cuando cantaba, por lo que, dentro de lo que cabe, sí estaba más o menos en mi mundo.

-A unos días de que empiece Eurovisión: ¿qué opinas del festival? ¿Te plantearías ir? 
-No. Eurovisión no me ha llamado nunca la atención, no lo tengo en mente por ahora. Me parecen muy interesante ver las diferentes propuestas, pero molaría que cada uno representara lo que realmente se escucha en su país o algo más relacionado con su cultura en lugar de aquello por lo que podría ganar, que suele ser más comercial y asociado con un espectáculo más grande.

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