CASTELLÓ. La primera vez que Matías Fernández, dueño del videoclub Sensal, habló con Castellón Plaza dijo que no temía a Netflix ni a ninguna otra plataforma de streaming, porque estas le "robaban" un público concreto en días puntuales, pero todavía quedaba en Castelló mucha gente interesada en ver, por ejemplo, los últimos estrenos de cine. Un plus que les hacía a estos establecimientos competir con más fuerza. Ahora, unos meses después y con una crisis sanitaria de por medio, ni la situación ni su perspectiva es la misma. Como dice Matías, ahora sí se les teme y "hay más respeto". Y es que es innegable el boom de suscriptores que ha supuesto el confinamiento para las plataformas de vídeo. Solo en abril se hablaba de que el consumo había crecido una de media de un 210%.
Mientras tanto, el dueño del Sensal no se atreve a hacer un cálculo sobre la cantidad de films que tendría que alquilar para recuperar los días perdidos. "No lo he hecho porque prefiero pensar que esto han sido dos meses de vacaciones, aunque realmente han sido dos meses de negativo, perdiendo dinero", explica en el primer día de su vuelta. La fase 1 se instaló ayer en Castelló y por ello, muchos espacios culturales han abierto sus puertas tras dos meses de parón. En su caso, cuenta Fernández que no había mucha cosa por hacer. Su primer día ha consistido básicamente en colocar las películas devueltas en las estanterías y atender a unos usuarios que en la mayoría de los casos no sabían ni siquiera si se podía entrar. Lo que sí ha preparado este establecimiento son 20 nuevos estrenos. Películas que no pudieron ver la luz entre marzo y abril y que pedían a gritos ser vistas.
A partir de aquí, el videoclub funciona con total normalidad, dentro de la nueva 'normalidad' en la que vivimos. Es decir, las mamparas están, la incertidumbre también, pero en su caso el local no puede someter a cuarentena cada una de las películas que se alquilan. Así como muchas bibliotecas mantendrán custodiados los libros o films que presten durante 15 días, en el caso del videoclub esto es sencillamente inasumible. "No puedo alquilar una película solo dos veces al mes. Si hago esto ya puedo cerrar. Confío en que cada uno limpie el film individualmente en su casa, como cuando compras algo en el supermercado. Pero si yo hoy alquilo Bad Boys for Life y no puedo volver a hacerlo hasta junio, el material se queda anticuado", explica. Así mismo, entre la estrategia de estos negocios está recurrir a ofertas como 2x1 para "reenganchar" a la sociedad. "Es darle un poco más de lo que antes les dabas, sino algunos no volverán".
No solo es prestar libros, "en una biblioteca siempre hay cosas que hacer aunque la gente no se lo crea". En el caso de la biblioteca de Almassora, sus trabajadoras aseguran que ayer fue un día de no parar, aunque en realidad no han dejado de hacerlo durante estos más de 50 días. Desde elaborar bibliografías hasta expurgar todo el fondo infantil y juvenil o desinfectar las películas, libros o cómics que hay en el fondo. Ahora en concreto se encargan de atender llamadas, revisar el mail, depositar los libros que se devuelven y gestionar los nuevos que se piden, pero también siguen siendo las "asesoras" para muchos lectores que no saben qué novela escoger, más ahora que no pueden rebuscar entre las estanterías. "Aunque no ha habido largas colas, sí ha habido mucha afluencia porque el horario se ha concentrado a la mañana. Además, siguen habiendo personas que entran por la puerta pidiendo consejo y nosotras se lo damos".
También la biblioteca Rafalafena de Castelló ha definido su primer día de la vuelta como "intenso". En su caso, el centro cultural abría este lunes con 3.400 materiales pendientes de devolución. Y aunque no todos se hicieron de golpe, también se generaron nuevos pedidos por mail. "Hemos trasladado toda la actividad a la primera planta y la cola se hace desde fuera. Solo dejamos pasar dentro de uno a uno. También los libros los sometemos dos semanas a cuarentena hasta devolverlos al estante", señala su directora Rosalía Cantero.
Y si las bibliotecas tenían ansia por abrir, no eran menos las ganas de las librerías que por diferentes motivos no pudieron hacerlo, como el resto, hace dos semanas. Es el caso de Babel, que no pudo abrir en la Fase 0 de la desescalada por ser su interior de más de 400 metros. Un espacio que, como cuentan sus dueños, ni en los mejores de los tiempos lograrían llenar. "Nuestro aforo permite la entrada de más de 90 personas. Lamentablemente ni antes de la pandemia esto se cubría. Pero es cierto que ahora encima tenemos que sobrevivir con la entrada de mucha menos gente." Es por eso que los dueños de Babel piden ayuda institucional. Solos -dicen- no van a poder tirar hacía adelante. "Los ERTE nos han parecido muy válidos, pero necesitamos que se alarguen las ayudas, con estado de alarma o sin, sino las empresas del sector cultural no podremos sobrevivir. Ahora es el momento de demostrar que la cultura importa. Debemos ir acompañados de una puesta de verdad. Y aunque se han hecho medidas muy acertadas no pueden desaparecer en un mes", mantienen.
Para los museos el día de ayer era de doble emoción. Por un lado, porque cada 18 de mayo se conmemora su día, y por otro, porque su reapertura significaba que muchas de las exposiciones que quedaron colgadas con el estado de alarma, ahora tienen la oportunidad de ser por fin vistas. Desde el Museu de Belles Arts de Castelló la celebración se gestó con la recuperación de Històries, mirades, dones. Visions de la diferència, una muestra comisariada por Irene Gras Gruz y que no tuvo mucho recorrido por haberse inaugurado a principios de marzo. En ella, la historiadora realiza una reinterpretación de la colección del centro a fin de conseguir establecer una lectura más inclusivas sin el influjo patriarcal. Así mismo, ha regresado al ente la muestra Il·luminades. Il·lustrant la història del feminisme, donde artistas locales recopilan las citas textuales que diferentes pensadores célebres han hecho a lo largo de la historia menospreciando a la mujer.
Y también abre sus puertas, aunque un día después, el Museu d'Art Contemporani de Vilafamés (MACVAC), que se unió ayer al Día Internacional de los Museos por la red y hoy lo hace de forma presencial. Además de su colección, el espacio cultural ofrece la muestra En el Museu. En la terra basada en la obra de un grupo de artistas vinculadas al museo o al pueblo castellonense y que actualmente no tienen sus piezas en el ente.