Sobre las acciones en el diario 'Mediterráneo' y la compra-venta de Televisión de Castellón: "Da la sensación de que se quiere crear un monopolio mediático al servicio de un partido y de unos intereses".
VALÈNCIA. El PPCV, tras una época muy complicada, ha recibido buenas noticias en estas últimas elecciones generales. Un ascenso moderado en el ámbito autonómico -también nacional- que ha permitido sacar pecho a la formación que lidera Isabel Bonig (Castellón de la Plana, 1970), más aún con el horrible resultado de su hasta ahora rival directo, Ciudadanos.
Cierto es que el hundimiento de la fuerza naranja ha propiciado un ascenso meteórico de Vox. Sin embargo, este escenario parece más cómodo para Bonig y los suyos, tal y como afirma la líder popular en la entrevista concedida a Castellón Plaza. De esto, de su labor de oposición frente al Botànic II y de la actualidad política, habla en su encuentro con este diario.
-¿Cómo lleva la resaca postelectoral?
-Estamos relativamente contentos. Hemos subido en votos y el centro derecha ha ganado en la Comunitat Valenciana. Se ha producido un retroceso del Botànic (PSPV, Compromís y Unides Podem), el PP ha empatado en escaños con el PSOE en el Senado y tenemos un diputado más en el Congreso en la provincia de Valencia. Creo que seguimos en el camino de la remontada, así que se abren muchas posibilidades.
-Aunque Vox ha crecido, la caída de Ciudadanos es importante para el PPCV porque se habían quedado muy cerquita en las autonómicas. ¿Prefiere de competencia a Vox o a Ciudadanos?
-Sinceramente, temía más y temo más a Ciudadanos que a Vox. Creo que Vox es un voto más de sentimiento y España es un país muy de sentimientos. Creo que era Machado el que decía una frase que me encanta: "De cada diez españoles, nueve embisten y uno piensa". Es decir, somos muy viscerales y apasionados, por eso somos un país muy pendular. Yo le tenía más miedo a Ciudadanos porque le había quitado un espacio importante al PP, especialmente en la Comunitat Valenciana, centrado en la clase autónoma de profesionales liberales de las grandes ciudades o áreas metropolitanas. Así que es muy importante para el PP porque era complicado recuperar ese voto.
-¿Considera que Vox es un partido de extrema derecha?
-Hay algunas afirmaciones de sus dirigentes que me parecen de extrema derecha. Ahora bien, calificarlo como un partido de extrema derecha y, con ello, a todos sus votantes, me parece un insulto. Por ejemplo, no se puede decir que Vox es de extrema derecha porque quiera acabar con las autonomías. Al final, el título octavo de la Constitución se puede reformar, siempre y cuando sigas el procedimiento previsto. Entonces, hay afirmaciones en las que yo no puedo estar nunca de acuerdo con ellos, pero hay otras que me parecen acertadas o que se podrían negociar. Así que lo dejaría en que son de derechas, muy de derechas. Pienso que en algunas cosas están equivocados y en otras están pagando la inexperiencia de un partido que no tiene mochila y no ha gobernado nunca.
-Ustedes coincidirán con Vox en muchas votaciones en Les Corts. ¿Siente la necesidad de distanciarse por aquello de que no se les meta en el mismo saco?
-Creo que a Vox quien le ha hecho la campaña es la izquierda. Es una creación de ellos para polarizar el voto y dividir a los electores del PP. Nosotros podemos coincidir con ellos en cosas como la defensa de la unidad de España o en algunas cuestiones económicas, pero en otras no estaremos de acuerdo y votaremos en contra. Debo recordar que nosotros hemos votado aquí muchas cosas con el PSOE y con Compromís y no por ello somos afines a esos partidos.
-¿Cómo analiza lo que ha pasado con Ciudadanos? ¿Cómo puede haber ocurrido una caída tan brutal casi sin precedentes excepto la de UCD?
-El espacio de centro político siempre es el más difícil de conquistar porque es el más volátil. Ahora no hay una tendencia clara del bipartidismo como ha existido en los últimos años: hay diversidad y una gran oferta electoral que no habíamos vivido en este país; es un momento de cambio y de poco sosiego. Creo que en la vida en general y en la política en particular, se buscan resultados demasiado inmediatos y hay cosas que requieren tiempo. Lo hemos visto con UPyD, lo hemos visto con Ciudadanos, también con Podemos... Al final la incoherencia pasa factura y la gente castiga mucho los bandazos.
-Tanto en el ámbito estatal como en la Comunitat, el PP siempre ha tenido cierta habilidad y suelo para defenderse. Por ejemplo, consiguió en su día absorber a Unió Valenciana. ¿Cuál es la estrategia con Vox para recuperar el votante para el PP?
-Evidentemente, la oferta electoral ha cambiado. La fragmentación del centro derecha es evidente, como también ocurre en la izquierda. Hay que seducir a los votantes porque una masa importante de los mismos ya no tiene un componente tan ideológico ni son electores tan fieles al 100% de PP o PSOE y a esos es a los que hay que seducir. Por eso a mí me preocupaba más Ciudadanos que Vox, porque a estos últimos los veo más bien como Podemos, que surgieron como una reacción contra una crisis económica y contra la corrupción. En cuanto a los primeros, crecen como contestación social a la situación política de Cataluña. Por eso surge un voto de sentimiento que hay que respetar y no insultar a sus votantes. Así que el PP tiene que trabajar para ampliar su base social y volver a los 11 millones de votantes, pero esto no se hace en un año. Requiere una renovación, que estamos en ello, y en eso nosotros somos una avanzadilla. Necesitamos cuajar liderazgos tanto en la Comunitat Valenciana como en España, pero pienso que con tiempo todo volverá a su cauce.
-Después de cuatro meses de bloqueo, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias llegan a un pacto en apenas 48 horas. ¿Qué pensó cuando lo vio?
-Pues me extrañó, supongo que como a todos los españoles, y me pregunté por qué nos habían hecho pasar por esto. Pedro Sánchez ha demostrado que es un jugador nato de la política y pienso que le gusta el poder por el poder, no como instrumento para cambiar las cosas y conseguir avances. Así que simplemente pensó, como jugador, que le iban a salir mejor las elecciones y, en cuanto vio que no, retrocedió porque sabe que no se puede permitir unas terceras elecciones. Es increíble que llegara a un acuerdo en poco más de un día y me parece que dice muy poco de esa persona.
-Es un acuerdo que necesita a los independentistas catalanes y quizá también a los vascos. La alternativa es que el PP se abstenga o ir a otras elecciones. ¿Qué debería hacer su partido?
-Siempre digo que, para que España pudiera parecerse a cualquier país europeo democrático, los dos grandes partidos que hemos contribuido a la construcción de toda la arquitectura española con nuestros aciertos, y también errores, deberíamos ser capaces de pactar. Pactar cómo mantener el sistema de pensiones, cómo mantener el Estado del Bienestar o, por ejemplo, cómo llegar a un acuerdo en financiación autonómica. Creo que el problema es este PSOE, que sigue creyendo que hay que expulsar al PP y a la derecha del juego democrático.
-¿Considera que si fracasara el intento de Sánchez con Unidas Podemos y los independentistas habría una oportunidad para una abstención del PP?
-Yo aquí, en la Comunitat, le ofrecí en febrero de 2016 un pacto a Ximo Puig y me dijo que eso era muy complicado. Que nadie se crea que ganó las elecciones por su magnífico proyecto político: las ganó por nuestros errores y nuestro agotamiento. De la misma manera, Pablo Casado le ofreció en su día once pactos a Pedro Sánchez y tampoco fueron aceptados. De hecho, tampoco le cogió el teléfono la noche electoral, así que pienso que el líder del PSOE no quiere pactar con el PP, simplemente. Porque si esa noche Sánchez le dice a Casado: "Necesito tu apoyo", habría puesto en una situación complicada al PP. Pero es que ni llegamos a esto, porque no contestó la llamada ni dio ningún margen. Lo tenía absolutamente claro, igual que lo tuvo claro para pactar en la Diputación de Barcelona y en 40 ayuntamientos con los independentistas o para desestimar un acuerdo con Navarra Suma.
-El Botànic ha comenzado la legislatura con no pocas tensiones internas. Ustedes, por su parte, parecen haber pisado el acelerador en las visitas a los tribunales. ¿Va a ser esta la estrategia central de su oposición?
-Lo que no vamos a hacer es utilizar la justicia y los instrumentos públicos para judicializar toda la vida política. A mí esto no me gusta pero también digo que nosotros no empezamos esta forma de hacer política, sino que fueron Compromís y el PSPV. Algunos casos, efectivamente, han acabado en condenas pero otros muchos estamos viendo que se están archivando. Y ahí la labor de la Abogacía de la Generalitat habría que revisarla, sobre todo en algunos casos que la propia Fiscalía pedía el archivo de las cuestiones. ¿Todo esto les sirvió a ellos? Perfecto. Nosotros no lo vamos a convertir en el eje central de nuestra oposición pero cuando creamos que haya motivos, como por ejemplo con las presuntas irregularidades en las ayudas al hermano de Puig, por supuesto que acudiremos.
-Sobre este asunto que comenta del posible fraude en las subvenciones del hermano del presidente, ¿cree que es un asunto realmente grave para Ximo Puig?
-Es una situación poco ética y estética, utilizando las mismas palabras que en su día usó la señora Oltra, porque no es una persona alejada de su familia, hablamos de sus hermanos. Hay una persona que ha declarado ante la Fiscalía que les escuchó decir a personas de estas empresas: "Cuando Puig sea presidente nos vamos a forrar". Eso no lo dice el PP, lo dice una testigo que ha aportado diversa documentación. Ahora bien, yo no voy a ser como ellos ni voy a acusar a nadie, aunque pruebas indiciarias me parece que hay y debemos dejar actuar a la Justicia, porque a estas empresas se les daba un dinero y cuando llega el presidente Puig se les da casi un 300% más.
-Como jefa de la oposición, ¿qué le aconseja a Ximo Puig que haga con sus acciones del periódico Mediterráneo?
-Sin ningún género de dudas, venderlas. No estamos hablando de un banco ni de una empresa que se dedica a fabricar calzado. Estamos hablando de un medio de comunicación. O al menos, por ética y estética, cuando se aprobó el decreto del IVF de la famosa condonación, haberse abstenido en el Pleno del Consell, porque tengo la sensación, además, de que varios miembros del Consell no sabían para qué iba destinado eso y él se lo debería haber explicado a todos. Al final, el señor Puig es el presidente de la Generalitat y maneja una cantidad de dinero público importante, pero además es accionista del mayor grupo de comunicación de la Comunitat Valenciana o al menos del periódico que ha comprado ese grupo. Medios que ensalzan la labor del gobierno, que también critican y critican la labor de la oposición, que me parece bien, esto es la libertad. Ahora han comprado también la Televisión de Castellón y da la sensación de que se quiere crear un monopolio mediático al servicio de un partido y de unos intereses. Por otro lado, Puig recibe dividendos, legales, yo no lo lo cuestiono, pero hombre, en conjunto, muy ético y estético no es.
-La gestión de la estafa de la EMT ha conllevado que se ponga el foco en el ente público y, con ello, se han descubierto otras situaciones no demasiado fáciles de explicar para Ribó y su grupo municipal, como la relación laboral de su cuñado con el ya ex secretario de la EMT. ¿Qué pide el PP que haga el gobierno municipal?
-Primero, debo agradecer la labor de oposición constructiva y responsable que está haciendo la portavoz María José Catalá y todo el grupo municipal. Segundo, creo que en cualquier otro sitio habría dimitido el concejal Grezzi o habría sido cesado. Ahora hemos descubierto lo del cuñado de Ribó. ¿Se acuerdan cuando se hablaba del cuñado de Rita Barberá? En mi grupo hay gente que habla del karma, y yo, que soy católica, hablo de justicia divina. Lo único que les pido es que las mismas responsabilidades que le exigían al PP se las apliquen a ellos mismos. Y luego otra reflexión: debemos dignificar la política para que al frente de las empresas públicas y organismos haya gente preparada. Por nuestra parte, en el caso de la EMT vamos a llegar hasta el final porque nos parece muy grave.
-Pasando a presupuestos, en concreto a la Ley de Acompañamiento, ¿el PP está dispuesto a negociar con el PSPV una enmienda para ampliar el número de empresas que puedan beneficiarse de la bonificación del impuesto sucesiones dado que no hay acuerdo en el Botànic?
-Nosotros estamos dispuestos a dialogar sobre todo lo que sea bajar impuestos y especialmente a las empresas en estos momentos dado que hay una situación de desaceleración económica. Así que en ese punto, podríamos llegar a acuerdos con la formación socialista y, de hecho, yo creo que lo que propone el PP también encontraría el apoyo de Ciudadanos y de Vox.
-También quieren quitar las ayudas directas que se suele poner Puig cada año en el presupuesto. ¿Tienen decidido dónde propondrán destinarlas?
-Planteábamos destinarlas el año pasado a cuestiones sociales y haremos lo mismo. Cuanta menos discrecionalidad haya en esto creo que es mucho mejor.
-Otro asunto local importante que traspasa las fronteras municipales es el de la ampliación del Puerto, al que ahora Compromís está poniendo pegas. ¿Cómo lo ve el PP?
-Sin ningún género de duda, a favor de la ampliación. Más aún cuando la ampliación ya está y solo hay que rellenarla por dentro. Por otro lado, quiero aclarar que todos los proyectos que se hacen llevan sus correspondientes informes medioambientales, que son tan costosos o más de tramitación como los proyectos de obra. Así que, aquí, barbaridades medioambientales no se hacen. En esto España ha evolucionado mucho. Yo siempre pongo el ejemplo de Porcelanosa, que tiene una depuradora más grande que la de Villarreal con 50.000 habitantes. Eso es inversión empresarial en el medio ambiente que contribuye a combatir la emergencia climática. Luego se dice que las empresas vierten y vierten, que algunas hay, sí, pero otras están invirtiendo mucho. Me preocupa la ampliación del Puerto porque si no nos ponemos de acuerdo al final MSC se irá al Puerto de Barcelona, que es nuestra competencia.
-Pues Esteban González Pons, escribió recientemente en contra de la ampliación...
-Bueno, esa es una opinión suya, aunque él firmó la DIA en su momento por cierto. Este no es un partido de pensamiento único, tenemos nuestras discusiones, pero yo les digo que la presidenta regional del PPCV está a favor, siguiendo, eso sí, todos los trámites legales.