VALÈNCIA. Ciudadanos se enfrenta el próximo 15 marzo a una Asamblea General decisiva para su futuro. Tras la salida de su máximo referente desde su fundación, Albert Rivera, el partido naranja debe elegir quién pilota la nave después del desastre electoral sufrido el pasado 10 de noviembre, cuando esta fuerza política pasó de 57 escaños en el Congreso a tan solo una decena. La favorita, sin duda, es Inés Arrimadas, aunque todavía no se descarta que pueda enfrentarse a una candidatura alternativa.
Una cita para la que la Comunitat Valenciana contará con 37 compromisarios, de los cuales 19 corresponden a la provincia de Valencia, 13 a Alicante y cinco a Castellón, según se confirmó este domingo. Una cifra muy lejana de los 70 delegados con los que contó en 2017 y que reflejan que el partido ha perdido un basto número de afiliados respecto a entonces.
No en vano, el número de representantes para el congreso nacional se concede en función del peso de militantes. En esta ocasión, por cada 100 militantes en cada provincia se obtiene un compromisario, y a la suma final se le añade uno más. Por ejemplo, si a Alicante le corresponden 13 delegados es porque hay en torno a 1.200 afiliados. Y lo mismo sucede con las otras dos circunscripciones.
En este sentido, si se tiene en cuenta el delegado de más que se concede a cada una de estas tres provincias, esto significa que el número de militantes actual en la Comunidad Valenciana se encuentra en torno a los 3.400. Una cantidad significativamente inferior a la que ofreció el partido hace ahora ya tres años: entonces el número de afiliados al partido naranja era de 4.763, por los que obtuvieron casi el doble de representantes en la Asamblea General.
En definitiva, el partido habría bajado en torno a 1.300 afiliados respecto a entonces, lo que le ha hecho perder casi la mitad de compromisarios. Huelga apuntar que en aquel momento el número de delegados se concedía por cada 80 personas afiliadas a Ciudadanos y no por cada 100, por lo que la reducción de compromisarios de cara al futuro cónclave era previsible. Ahora bien, la merma que se esperaba teniendo en cuenta el distinto criterio para hacer el cálculo era de en torno a un 20%, y no de casi el 50% como ha terminado sucediendo.
Por otra parte, este martes el síndic de Ciudadanos en Les Corts Valencianes y previsible futuro coordinador autonómico, Toni Cantó, matizó significativamente su posición respecto a la que venía manteniendo en los últimos días en lo que se refiere a la apertura del partido.
Cantó había ido deslizando en las últimas semanas algunos de los cambios que aspiraba a que se acometieran en la formación a partir del cónclave. Reformas que le estaban haciendo llegar los afiliados, tal y como explicó en una entrevista concedida a Valencia Plaza, como más voz de la militancia sobre quiénes les organizan a nivel interno, una mayor democracia interna o capacidad de decisión de los territorios.
No tanto en cuanto al temido debate en la formación de las baronías, sino en cuestiones tales como que el portavoz en el Parlamento valenciano cuente con "herramientas para tomar decisiones en el partido" a nivel autonómico y no solo se dedique a cuestiones institucionales. Una fórmula que, entre otras cosas, facilitaría la coordinación de mensajes entre la formación y las instituciones en las que se encuentra Ciudadanos.
Ahora bien, el tono empleado por el portavoz hace unas semanas para hablar de todas estas pretensiones en aras de un mayor aperturismo del partido o autonomía territorial viró este martes de forma considerable. Preguntado sobre si se siente cómodo con que la ponencia de estatutos de Ciudadanos aprobada este fin de semana recogiera que será la dirección nacional la que elija "a dedo" a los representantes territoriales en la nueva etapa que afronta la formación, el síndic naranja fue contundente: "Sí. De lo que se trata es de hacer todo lo posible para darle a Inés Arrimadas el mejor partido posible para que ella pueda hacer su trabajo".
Sin embargo, hace unas semanas el propio Cantó se mostraba partidario de modificar la excesiva jerarquización para que los afiliados tuvieran mayor capacidad de decisión y también los territorios. "Hay muchas formas de cambiar eso. Que yo me presente y diga luego quién sería mi equipo, o que todos los cargos se puedan presentar y decirle a los afiliados qué pretenden. O igual presentar una lista. Creo que uno de los grandes debates va a ser ese, porque no vamos a hablar de ideología, sino de cómo nos organizamos como partido. Hay muchas cosas que debemos mejorar", explicó en una entrevista reciente en este diario.
En definitiva, el síndic de Cs venía a reclamar una mayor independencia en las estructuras autonómicas para nombramientos de cargos y toma de decisiones, así como un incremento de la presencia de los territorios en la cúpula nacional para poder intervenir en igualdad de condiciones o, incluso, que se estudiara la posibilidad de hacer primarias a los líderes autonómicos y provinciales (no sólo a los candidatos) o que aumentara la transparencia. Este martes, no obstante, se limitó a reconocer que estaría "encantado" con la posibilidad de que los afiliados del partido puedan, a partir del próximo congreso, "examinar a los cargos" orgánicos. Un cambio de tono que en la interna atribuyen a su futuro dentro de la formación, donde Cantó aspira a ser nombrado coordinador de Cs en la Comunitat a partir del cónclave de marzo.