El exvicealcalde se enfrenta a seis años de prisión y una multa de 75.000 euros
VALÈNCIA. Este próximo lunes las puertas de la Ciudad de la Justicia se abrirán como todos los días al público. Pero en esta ocasión, el 1 de abril de 2019, el banquillo de los acusados de la sala Tirant (la de las macrocausas) espera a un procesado ilustre. Ni más ni menos que el que fuera mano derecha de la exalcaldesa Rita Barberá, el exvicealcalde Alfonso Grau, será juzgado por un delito de blanqueo de capitales y otro de cohecho pasivo impropio. El fiscal, en este caso Ricardo Olivares, solicita para él seis años de cárcel y una multa de 75.000 euros como principal acusado de la Operación Clepsidra.
Junto a Grau compartirá banquillo el empresario concesionario de varios contratos municipales Urbano Catalán para el que se pide un año de prisión por un delito de cohecho pasivo impropio. Según explica el escrito de acusación, redactado en su día por el ahora magistrado Vicente Torres, en las Navidades de los años 2010 y 2012 fue cuando presuntamente se cometieron los delitos que ahora serán juzgados.
El escrito asegura que en 2010 el empresario compró un reloj Breuguet Classique y que, al día siguiente, Alfonso Grau fue a la misma joyería y devolvió ese mismo modelo de reloj y se llevó otro de oro cuya diferencia con el que había devuelto pagó con dinero en metálico. Una diferencia que "no se justificó ante la Agencia Tributaria". Al año siguiente, en las Navidades de 2011, el empresario compró un Piaget Polo 45 MM Tic AC Cromo y, doce días después de esa adquisición, Grau volvió a la joyería y cambió "el regalo" por un Vachever Patrimony Contempor que costaba 16.825 euros. Según el fiscal esa era la mecánica que utilizaba Grau para blanquear dinero negro.
En cuanto a las explicaciones dadas por Grau durante la instrucción, expuso el Ministerio Público que "pese a haber sido requerido por la AEAT (Agencia Tributaria) para que acreditar los medios de pago utilizados para la compra del reloj Lange, no dio razón del origen del reloj Breguet, ya que éste tenía un origen ilícito, ni de los 12.160 euros que pagó en metálico. De estos últimos no declaró a la AEAT cuál era el origen de una cantidad tan elevada de dinero en metálico". Sin embargo, en octubre de 2014 presentó una declaración complementaria del IRPF de 2010 donde se incorporaba como ganancia patrimonial no justificada justamente los 12.160 euros que pagó en metálico cuatro años antes.
El fiscal del caso aseguraba que desde el grupo de empresas contratistas dijeron que según consta en el expediente de la AEAT, el empresario "adquirió los dos relojes señalados en la Joyería Rabat de Valencia, con la finalidad de regalárselos a Alfonso Grau en consideración a su función como teniente de alcalde y concejal del Ayuntamiento de Valencia", como consta en el escrito presentado por una de sus empresas y también por registro de entrada en contestación a un requerimiento en el que manifiestan: "Los objetos adquiridos a la entidad Rabat corresponden a artículos de regalo de empresas que la entidad realiza según los usos y costumbres".
La sombra de la corrupción que siempre había acosado al PP valenciano había pasado de largo por el PP municipal. Sin embargo llegó el día en que una acusación empañó la larguísima trayectoria de Grau junto a Barberá en el Ayuntamiento de València. Tres son los casos vinculados a Grau. El primero fue el caso Noos del que el exvicealcalde salió absuelto al igual que el resto de los procesados de la Comunitat Valenciana. Pero su imputación en el caso que ha terminado con un miembro de la familia real en prisión le obligó a dimitir de su cargo en 2015.
Ese mismo año, una grabación a su mujer, la exconcejal María José Alcón, y una denuncia anónima en la Fiscalía Anticorrupción abrían en canal el melón de los gusanos en el PP municipal. En marzo de 2015 comenzó la investigación por blanqueo de capitales a todo el grupo municipal. Cincuenta personas entre concejales y asesores estaban bajo la lupa de los investigadores. En enero de 2016 se reventaba la Operación Taula y todo saltaba a la luz.
En un principio, el único que había salido ileso era Alfonso Grau pues ya había dimitido cuando presuntamente se blanquearon 50.000 euros para financiar la campaña de Barberá. Pero unos meses después Valencia Plaza entregaba a la Fiscalía los papeles (facturas originales) que supuestamente demostraban que el dopaje electoral venía desde, al menos, ocho años antes de las elecciones de 2015. Así, gracias a estos papeles, Alfonso Grau pasó de no estar metido en la causa a ser, junto a la secretaria del grupo municipal Mari Carmen García-Fuster, el principal acusado.
Pero mientras el caso Taula sigue en instrucción, el que fuera mano derecha de Rita Barberá tiene a partir de este lunes su segunda bola de partido. Por el momento, ninguno de los dos acusados se ha planteado llegar a un acuerdo de conformidad con la Fiscalía, pero hay tiempo hasta que empiece el juicio. Este caso es de suma importancia para los investigadores de Taula, pues una condena de seis años podría ablandar, y mucho, al hombre de hielo que dirigió junto a Barberá el tercer ayuntamiento de España.
La Audiencia Provincial expone las trampas del partido para financiar las campañas de 2007 y 2011. En esta última no se ha podido demostrar el origen de los fondos