AL OTRO LADO DE LA COLINA / OPINIÓN

De canículas, revoluciones y decepciones

De nuevo este inevitable cambio climático, en el que periódicamente estamos inmersos, nos recuerda que el mes de julio es un mes tórrido, no sólo en las temperaturas  sino también en la vida social

20/07/2019 - 

VALÈNCIA. Dicen los entendidos que el organismo a elevadas temperaturas empieza a dejar de funcionar bien (de forma disfuncional que dirían los eruditos), sobre todo las meninges y sus células neuronales que empiezan a fallar a partir de los 40º Celsius y a encontrar la muerte al pasar de los 42º, por eso no es de extrañar que cuando se alcanzan las mayores temperaturas, del 15 de julio al 15 de agosto (la canícula) se reproduzcan tanto en el cuerpo individual como en el social comportamientos diferentes incluso alterados del devenir cotidiano.

Y no vamos a hacer aquí y ahora un largo recorrido por la historia, pero recordemos que en estas fechas se iniciaron nuestras dos últimas guerras civiles, con ese componente centrifugo separatista siempre presente en nuestra piel de toro, en que desembocaron las dos Repúblicas, y que por ejemplo tuvo para el caso de la rebelión Cantonal de 1873 (12 de julio en Cartagena) un adelanto en nuestra Comunitat con la revolta del petroli de Alcoy tres días antes, aunque con un mayor carácter social; ademas existieron otras muchas batallas y guerras en este mes, como la del río Guadalete, la de Bailén, las Navas de Tolosa, la de Alarcos, la de Santiago de Cuba, o la del Ebro en España, pero de fuera también podemos citar varias Stalingrado, Waterloo, Gettysburg, etc.

Pero el hecho, a nivel internacional, que quisiera rememorar es de 1979, cuando hace justo 40 años, un 19 de julio, triunfaba el alzamiento Sandinista contra la dictadura de Anastasio Somoza, al quedarse sin el apoyo norteamericano por decisión del presidente Jimmy Carter, y contar el FSLN con el apoyo de la Cuba de Fidel Castro, contradiciendo los principios de Augusto César Sandino que repudiaba la intervención extranjera en su patria nicaragüense.

Después en Nicaragua ocurrió algo que ha pasado en la historia otras muchas veces, sobre todo en Hispanoamérica, sus libertadores acabaron siendo liberticidas, por eso hay que tener mucho cuidado con los salvadores de la patria, sobre todo si provienen de ideologías totalitarias y sectarias. Y lo ocurrido en este país centroamericano es que fue incapaz de recorrer ese camino hacia la democratización y normalización institucional, encontrándose en un bucle histórico, y su controvertido presidente Daniel Ortega ha visto como ha ido siendo abandonado sistemáticamente por sus seguidores, como por ejemplo Vilma Núñez De Escorcia su vicepresidenta de la Corte Suprema de Justicia al inicio de su gobierno en 1979, que declaraba respecto al cruel inicio de ese periodo revolucionario “los más culpables, los poderosos, huyeron con el dictador Somoza y fueron a los pobres, los guardias de base, a los que se persiguió, encarceló y juzgó al margen de las garantías del debido proceso”, ademas de los ya muy conocidos de sus camaradas como el Comandante Edén Pastora.

Por eso después de años de gobierno prácticamente un cuarto de siglo, con algún paréntesis de 1990 a 2006, a los sandinistas se les recrimina el no haber sabido transformar su sociedad, creando una clase media que permitiera su democratización (como se hizo en España), y se entra en la contradicción de que en su cuadragésimo aniversario de su victoria sobre el dictador Somoza, se ven acusados de ocupar su posición de tirano y de haber creado su propia oligarquía alrededor de su líder Ortega, provocando la represión y la división de su pueblo, a la par de su miseria.

Aún así, la revolución es muchas veces ese mal necesario que permite hacer que las sociedades progresen, y como toda enfermedad hace del paciente (el cuerpo social) que la sufre y logra sobrevivir, ser un ente más fuerte. Y esto el Capitalismo o establishment lo ha entendido muy bien, y lo ha sabido canalizar perfectamente, ya ven aquellas revoluciones proletarias terminaron cuando se les otorgo a esa nueva clase social la posibilidad de ser también propietarios, en este caso de su vivienda (incluso 2ª vivienda) y del coche (como el entrañable seat 600), y de disfrutar del Estado del Bienestar; de la revolución sexual de los 60s, la igualdad de la mujer y su empoderamiento y la revolución LGTBi frente a la familia tradicional, el Capitalismo supo transformar esas concentradas unidades de ahorro en múltiples unidades de consumo, con todos los errores que supone generalizar.

Por eso las revueltas de hoy en día ya no son como las de antes, existe mucho revolucionario de salón que lo que pretendía, por sus obras los conoceréis, era alcanzar el “estatus de Casta”, comprarse un casoplón para formar una familia numerosa y tener hasta servicio doméstico, todo un estereotipo burgués, entiendo la decepción de los votantes y la agonía de querer tocar sillón ministerial, así como la aversión de su coaligado a que entre en el gobierno, pero lo que no entiendo es eso de amenazar o tener miedo a unas nuevas elecciones estando como estamos en un !!!Estado Democrático!!!.

Lo malo de todos estos desencuentros, con el permiso de la posible estampida de elefantes del artículo de la compañera del Valencia Plaza, Pilar Vicente, es que la casa sigue sin barrer, y aunque las previsiones de crecimiento para España de todos los organismos internacionales son positivas, nadie en este mundo tan competitivo se puede permitir el lujo de estar quieto y hay que seguir tomando decisiones, parece que tras las  últimas elecciones la mayoría de gobiernos sufran de parálisis, y decisiones que beneficien los intereses generales de la ciudadanía; animo!!!

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