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la historia de éxito que surgió de un antojo

Del Poble, pizzas valencianas que plantan cara a las italianas

11/12/2020 - 

VALÈNCIA. No es italiana ni hecha por italianos pero las pizzas Del Poble se han hecho un hueco en el sector e incluso se han colado en el top ten de “las mejores pizzas artesanales”. Una historia de éxito escrita desde la humildad que surgió de un antojo. Sí, una tarde Rubén Santos pidió una pizza en su casa del Real de Gandia y no solo le costó encontrar una abierta —que no fuera una cadena— sino que debía hacer una consumición mínima. Claro, él estaba acostumbrado a la frenética vida de Brasil donde todo está abierto 24 horas y le llamó la atención. ¿El resultado? Se quedó con las ganas y lanzó la pregunta a su mujer, Isabel Fayos: ¿Y si montamos una pizzería en el Real de Gandia? 

Y así fue. Rubén Santos e Isabel Fayos invirtieron todos sus ahorros para adquirir un local en el Real de Gandia. No eran muchos pues acaban de llegar de Brasil y estaban pasando por un momento delicado pero las ilusiones podían con todo. Con ese impulso y el local escogido buscaron el nombre, con el que querían reflejar el hecho de que la gente del Real pudiera disfrutar de una pizza sin tener que desplazarse o limitarse al servicio a domicilio de las grandes cadenas: “ahora la pizza era ‘del poble’”. Y en julio de 2015 empezaron a escribir la historia de Del Poble para “dar de comer a los pueblos de alrededor sin que tuvieran que realizar un pedido mínimo y sin el extra por realizar el envío a domicilio”. 

- Unos valencianos abriendo una pizzería y sin experiencia, ¿no es una locura?

- Quizá sí pero siempre tuve en la mente emprender y hacerlo en el sector de la hostelería porque me viene de familia. Los primeros meses fueron muy duros porque no vendíamos ni una pizza pues hacíamos lo mismo que los demás: una pizza. Claro, éramos tres personas sin experiencia compitiendo con las pizzerías de Gandia y sin aportar nada nuevo. No queríamos renunciar a ello así que decidimos pararnos a pensar y desmarcarnos de la competencia. Para ello, optamos por hacer la masa con aceite de Oliva Virgen Extra de Jaén y luego buscamos una masa ecológica —la adquieren de Zaragoza— y más tarde optamos por una mozzarella de vaca pura —se la compra a Ricardo—.

- Diferenciarse de la competencia con productos de calidad… ¿Salían los números?  

- ¡Claro que no salían! Juntando el precio de todos los ingredientes perdíamos dinero al vender una pizza. Pero preferimos eso y ayudar a nuestros vecinos que seguir haciendo lo mismo que la competencia, así que todos los ingredientes son de kilómetro cero: La carne, las verduras… Eso nos permite conseguir una pizza deliciosa, con un perfil nutricional deseable y de mejor digestión. 

- Con vuestras pizzas sorprendisteis a Juan Roig

- Sí, fue toda una sorpresa que Juan Roig se interesara por Del Poble, pero creo que no se enamoró de las pizzas sino de nuestro entusiasmo. Recuerdo todavía cuando, en octubre de 2018, Toni Paños vino al local de Benimaclet y no le hice caso porque, tan joven y trajeado, pensaba que me iba a vender alguna moto, pero volvió a insistir y le llamé para cerrar una entrevista. Yo no he estudiado así que cuando fui allí y me dieron un currículum para rellenar lo dejé en blanco. Recuerdo que me dijeron: “Termina de rellenarlo”, y les dije que no tenía nada más que poner. Por eso creo que se enamoró más de nuestra persona, de nuestro entusiasmo y de la proyección que tenía Del Poble. 

- ¿Qué esperabas de Lanzadera? 

- Por aquel entonces tenía ya siete locales así que solo quería aprender. Así se lo dije Toni, quien me ha ayudado mucho en estos años. Lanzadera ha sido un antes y después para Del Poble porque he aprendido mucho pues, como te he dicho, no tengo estudios y ellos me han ayudado a profesionalizarme; a saber gestionar mi negocio. También nos ha ayudado a hacer sinergias y en cuestiones de marketing. De hecho, hace poco renovamos un año más con Lanzadera y, a partir de entonces, ya se verá qué hacemos porque también hay que dejar paso a las nuevas startups.  

- Comenzasteis en el Real de Gandia pero al poco ya estabas en otras localidades de La Safor y en su capital de comarca, Gandia.

- Exacto, comenzamos a expandirnos en Ròtova, Bellreguard… porque eran el nicho de mercado que tuve siempre en mente. Quería llegar a esos habitantes que tenían que marcharse a otra ciudad para poder tomar una pizza. En cambio en Gandia fue diferente porque allí quería tener un restaurante en el que servir a los clientes pero también para hacer cosas diferentes, como pastas frescas, ensaladas de primera calidad… El restaurante de Gandia fue una apuesta personal. 

- ¿En València también habéis seguido esa filosofía? 

- La diferencia es que ya tenemos dos años de experiencia y mucha confianza. Es cierto que hemos ido a la ciudad pero nos hemos implantado en los barrios, porque Del Pobre es así, de barrio. De ahí que nos implantáramos en Benimaclet primero. Ahora son ya seis los locales que hay en València y en 2021 acabaremos con doce. La idea es doblar el número de locales en la capital. Este año abrimos también en Castellón y seguramente abramos otro más allí, al igual que en Alicante. 

- ¿Qué planes tenéis más allá de la Comunitat Valenciana? ¿Y fuera de España? 

- En Madrid ya estamos implantados con dos locales —el segundo lo acaban de abrir— y la verdad es que estamos muy contentos con la respuesta porque pensábamos que no iba a cuajar, por eso de ‘Del Poble’, y ha ido muy bien. La previsión es abrir dos locales más en Madrid y establecernos en Murcia, Zaragoza y Barcelona. En cuanto a la internacionalización, no lo contemplamos porque preferimos apostar por los barrios españoles. 

- Una persona tan inquieta como tú seguro que ya está pensando en emprender de nuevo… 

- Pues sí, ya estoy sumergido en otro proyecto personal: Wingz Chicken Factory. El primer local lo inauguramos en octubre en València y está funcionando bastante bien. Es una cocina ciega en la que próximamente ofreceremos más productos a través de distintas marcas —una dedicada a la pasta, otra al mexicano…— y que sigue la esencia de Del Poble: materias primas de primera calidad. También seguiremos con la inercia del delivery.  

- Vosotros seguisteis trabajando durante la covid-19 

- Exacto. No cerramos ninguna pizzería durante el estado de alarma y, como ya  teníamos el delivery implantado, nos ayudó a aumentar nuestras ventas. Fue toda una sorpresa porque día tras día hacíamos récord de ventas. De hecho, este año vamos a terminarlo con una facturación de tres millones de euros —en 2019 no llegaron al millón de euros—. Sin embargo, lo que me llevo de la covid-19 son las muestras de agradecimiento de todas aquellas personas a las que ayudábamos durante la pandemia a través de iniciativas como Food 4 Heroes o con ONG como Cruz Roja.

- Ahora el delivery lo realizáis a través de Uber Eats, ¿en qué consiste esa colaboración?

- Exacto, recientemente firmamos un contrato en exclusividad de dos años con Uber Eats para que fuera partner de comida a domicilio en exclusiva. Un acuerdo que nos va a llevar a mejorar el servicio a domicilio porque las pizzas solo serán transportadas con motocicletas por la estabilidad y seguridad que tienen frente a las bicicletas. 

- Y si tuvieras que pedir ahora una pizza… ¿cuál sería? 

- Nuestra pizza estrella es 'a la Mel', con nuestra mezcla de mozzarella y emmental, pollo al horno, queso brie, mostaza y miel. Pero a mí me gusta más la mallorquina (Mozzarella, emmental, sobrasada mallorquina curada, queso de cabra y cebolla confitada). De todas maneras, estamos preparando una pizza muy especial dedicada a un plato tradicional de Gandia y algunas novedades, como la del esmorzaret (mozzarella, emmental, berenjena, pimiento rojo asado en aove y aceitunas negras). Eso sí, siempre sin perder la esencia del producto local.

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