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Para algunos es la evolución natural del 'ecommerce', acelerado por la pandemia 

De las 'dark kitchen' a las 'dark store', el comercio electrónico oscurece la economía

23/08/2021 - 

VALÈNCIA. Se trata de cerrar establecimientos físicos de atención al público y convertirlos en centros de almacenamiento, preparación de paquetes y distribución. Se ahorran así parte de los costes de personal, de mantenimiento e infraestructuras. Algunos, como Adrián Pena, CEO de Deelivers, entienden que es la evolución natural del ecommerce adelantada varios años a raíz de la pandemia.

Aunque la denominación de estos nuevos modelos de negocio puedan tener connotaciones que los relacione con la economía sumergida, poco tienen que ver con ella. Grupos tan conocidos como el de Inditex o la cadena de supermercados Dia se han sumado ya a lo que se conoce como las dark store que no es otra cosa que una tienda que se dedica a vender productos 100% online. Es decir, que carecen de servicio directo de atención al público y convierten el espacio a una especie de almacén para la preparación de paquetes, organización logística para el reparto de los mismos y, en algún caso, el desempeño de tareas administrativas.

De Inditex se ha publicado que planea el cierre de hasta 1.200 tiendas, las menos rentables. En contraposición, invertirán más de 1.000 millones en el negocio online, según declaraba su presidente, Pablo Isla, en una conferencia con analistas. Dentro ya los supermercados, Dia ha sido la cadena de distribución que antes y más ha apostado por esta fórmula. 

Pero no todo son reconversiones. También hay muchas empresas nativas dark store que han conseguido hacerse hueco en el mercado de forma casi inmediata. Es el caso de Blok, la startup nacida en Barcelona y adquirida a los 6 meses de su nacimiento por el delivery turco Getir. Entre las claves del éxito de Blok se hallan la entrega ultrarrápida -10 minutos-, precios similares a los supermercados y amplio surtido, un fallo que suelen cometer muchos de estos dark stores, con menos referencias de lo habitual.

Las 'dark kitchen', sus antecesoras

Aunque sin mucha diferencia en el tiempo, antes que las dark store surgieron las dark kitchen o cocinas fantasma. En principio se concibieron como una salida a los negocios de hostelería y restauración afectados por las restricciones de aforo, pero el tiempo ha demostrado que llegaron para quedarse.

También aquí las ventajas son evidentes. No necesitas un local a la altura de un público concreto, cualquier ubicación puede valer y permite la convivencia de varias marcas en un mismo espacio. Con acondicionar un local como cocina industrial, es suficiente. El reto está en el producto y en darte a conocer.

Tampoco en este caso ha de asociarse el concepto siempre a tugurios oscuros donde se cocinan platos a destajo. El chef tres estrellas Dani García es un ejemplo de ello. Al amparo de esta tendencia, lanzó su enseña La Gran Familia Mediterránea con un modelo concebido en su totalidad para el reparto de comida a domicilio y contando con la colaboración de Just eat. Prueba del fuerte acento tecnológico del proyecto es que el chef ha contratado como CEO a Sandra Manresa, procedente de Google.

Otro tres estrellas Michelin, Dabiz Muñoz, decidió también subirse a la ola. A su restaurante DiverXO ha añadido un servicio de reparto de comida a domicilio cuya cocina sitúan algunos en el barrio de Prosperidad (Madrid).

Pero, igual que sucede con las dark stores, tampoco las dark kitchen son todas consecuencia de un viraje empresarial para sobrevivir. Pioneros en España en preparar y repartir solo comida a domicilio fueron Efrén Álvarez y Andrés Casal, los fundadores de Wetaca, fundada en 2015 y, a día de hoy, una de las startups que más crecen con el reparto de sus tuppers saludables.

Las empresas de logística ganan

Y en mitad de esta euforia de comercio digital en consumo de masas, se aprueba la Ley Rider con el propósito de acabar con el dark work. Aliados indiscutibles en el progreso de esta tendencia, empresas de logística con mucho peso en la economía nacional, como Glovo o Deliveroo, reacciona cada una a su manera. Defendiendo el modelo de autónomo, la primera, y abandonando el mercado español, la segunda. 

De Glovo y otras compañías de logística de última milla se informó también de la intención de sumarse al negocio de las dark stores, como meros centros de distribución. Cuanto más cerca esté el centro de recogida, más cerca está el cliente y más fácil cumplir con esa entrega ultrarrápida por la que todos pugnan ahora.  Oscar Pierre, CEO de Glovo, contó a Financial Times que planeaban abrir hasta 100 nuevas dark store durante 2021 en Europa, Oriente Media y África. Falta ahora saber si continúan con esos planes o deciden posponerlos hasta aclarar la situación de sus riders.

Mientras tanto, ganan las que tenían los deberes hechos, es decir, las que siempre han contratado a sus repartidores. No solo no tienen por qué temer sino que además tienen motivos para frotarse las manos. Compañías como Deelivers reconocen crecimientos exponenciales, pasando de los 4.3 millones facturados el año pasado a los 12 millones con los que esperan cerrar este año. Las causas que aducen, apuntan a cambio de tendencia en el consumo ocasionado por la pandemia y la entrada en vigor de la Ley Rider. También Mox, otra empresa logística de última milla, se habría visto favorecido por la nueva legislación y la expansión del comercio electrónico.

El problema es que, con tanto negocio zombie, es el repartidor la primera y única persona física que ve el cliente final. En este papel de imagen de marca, conviene contar con repartidores profesionalizados y tenerlos alineados a los intereses de la empresa a la que representan por lo que, se entiende, habrá que empezar a mimarlos un poco.

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