VALÈNCIA. Talleres de mecánica, escuelas de idiomas, conservatorios, gimnasios, comedores... estos son algunos espacios municipales que, a falta de superficies en algunos centros educativos una vez analizadas todas las alternativas, se han convertido en opciones plausibles para la Conselleria de Educación con el objetivo de albergar al máximo número de estudiantes y velar así por la docencia presencial durante la pandemia. Todo ello de cara a la vuelta a clase prevista para el próximo 7 de septiembre, es decir, en tan solo dos semanas.
Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, afirmó este lunes en rueda de prensa que el objetivo principal es "intentar", siempre y cuando las condiciones lo permitan, "el inicio de las clases de manera presencial". Un objetivo que, para la Comunitat Valenciana y el resto de autonomías, supone un reto en el que han estado trabajando mediante sus respectivos protocolos de protección y prevención ante la covid-19 para evitar, no solo un 'parón' educativo, sino también un problema de conciliación familiar. No obstante, y a falta de las dos reuniones que se realizarán esta semana entre el Gobierno y las Comunidades autónomas, la sensación es de que todavía quedan muchos obstáculos por sortear.
De esta manera, y para garantizar el retorno a las aulas con todas las medidas sanitarias aseguradas, fuentes del departamento que dirige Vicent Marzà admiten que, en casos "excepcionales", se recurrirá a espacios adicionales municipales para los centros educativos -cedidos por los ayuntamientos- si estos necesitan más instalaciones para sus alumnos y alumnas una vez examinadas todas las opciones prioritarias, entre las que se encuentra el uso de todas las salas disponibles de las instalaciones de enseñanza.
Ejemplo de ello es el Instituto De Educación Secundaria Les Alfàbegues de Bétera (Valencia), un instituto donde, tal y como confirma a Valencia Plaza el presidente del AMPA Eric Gielen, se van a trasladar estudiantes a la Escuela Oficial de Idiomas del municipio, de la misma forma que van a emplearse las instalaciones del ciclo formativo FP de Electromecánico de Vehículos Automóviles para dar clase a los alumnos de Bachillerato. A su vez, el centro ya ha tenido, al igual que otros, que despejar zonas comunes como el salón de actos, la biblioteca o el comedor para poder acoger en ellas a clases de máximo 20 alumnos o a grupos burbuja.
En Alicante, siguiendo con otros ejemplos, varios colegios han trasladado a la conselleria la falta de espacio, pero por ahora se recurre también a la utilización de instalaciones no educativas como los comedores o gimnasios, a la vez que al establecimiento de turnos vespertinos. En concreto, en Torrevieja y Orihuela los Ayuntamientos han cedido un conservatorio y una escuela infantil sin uso, respectivamente, para dar cabida al alumnado.
Ante este despliegue de opciones, los sindicatos valencianos abogan por la máxima presencialidad frente a la educación online, ya que consideran que esta última agravaría las desigualdades y los cambios de ritmo entre los matriculados. Por ejemplo, el responsable de STEPV, Marc Candela, remarca que, en el supuesto de realizar la mayoría de las clases a través de internet, se tendría que "reforzar la parte digital" y "mejorar la adaptabilidad del temario". A su vez, la presidenta de la Confederación Valenciana de APAs/AMPAs Covapa, Sonia Terrero, señala que no ve "con seguridad" el regreso a las aulas al ver las medidas propuestas "escasas".
¿Y qué pasaría si no hay espacios municipales para solucionar el problema de espacio en los centros educativos? No se descarta la instalación de aulas escolares provisionales prefabricadas, es decir, barracones. Una medida en otros tiempos muy criticada pero que ahora se presenta como el recurso final para conseguir la asistencia a clase deseada.
De hecho, la nueva versión del documento de preguntas frecuentes relacionadas con la organización del curso 2020-21, publicado por la Conselleria de Educación el 17 de julio, especifica que esta solución se adoptará en función de las propuestas realizadas por algunos colegios e institutos ante la escasez de superficie.
En esta línea, en el caso de Bétera ya se habían solicitado dos barracones, antes de la pandemia, para paliar el problema de masificación de alumnado que presenta -es un centro para 500 alumnos y asisten 1.000-. Sin embargo, ante las necesidades de espacio adicional sobrevenidas por la covid, solicitan la aceleración de su instalación, prevista para noviembre o diciembre, para el mes de septiembre. Otros institutos alicantinos como el IES Cabo Huertas, IES Radio Exterior e IES La Almedraba también tenían previsto el montaje de barracones antes de la crisis sanitaria.
En este sentido, el Gobierno presentará el jueves a las comunidades autónomas un documento base de reducción de riesgos. Desde la conselleria, por su parte, se sigue trabajando con los ayuntamientos y las solicitudes de los centros para poder 'exprimir' todos los recursos a disposición y garantizar una vuelta a las aulas de la forma más normal posible, segura y de manera mayoritariamente presencial.