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BALONCESTO | ENTREVISTA

Diez años del segundo anillo de Pau Gasol: "Acabé casi en estado de shock"

Foto: EFE/Michael Ivins
16/06/2020 - 

MADRID (EFE/Antonio Martín Guirado). Es el año 2010. Séptimo partido de la Final. Lakers y Celtics, las dos mayores dinastías de la NBA, con el cuchillo entre los dientes. El partido más intenso que jamás disputó Pau Gasol. Y un final feliz: “Acabé casi en estado de shock”, aseguró el español a Efe.

Pintaban bastos para los californianos aquel 17 de junio: 14 tantos en el primer cuarto (récord negativo en la historia de las Finales) con 6/27 en tiros de campo, un Kobe Bryant muy errático y 13 abajo en el tercer periodo.

Pero hubo remontada, con acciones inolvidables como el triple de Ron Artest o la canasta del propio Gasol por encima de Rasheed Wallace, Kevin Garnett y Paul Pierce a falta de 1:30.

“Creo que en esos momentos sale a relucir la identidad, el carácter y la unión de ese equipo”, confesó el catalán. “Mostramos una cohesión enorme; una entereza, una convicción en nosotros mismos, y no nos rendimos pese a que las cosas no nos estaban saliendo bien. No estábamos nada acertados”, agregó.

Las piernas pesaban como una losa tras una serie durísima. Los nervios, más aún. Y sobrevolaban los fantasmas del pasado, cuando en 2008 los Celtics sometieron a su gran rival en la Final. Sin embargo, llevados por el aliento de las 20.000 almas del Staples Center, el corazón de los vigentes campeones (frente a Orlando en 2009) volvió a palpitar.

“Las emociones eran muy intensas y la presión muy grande. Estábamos abajo en el marcador, pero seguimos trabajando, luchando cada posesión y conseguimos ganar un partido épico e histórico para todos”, afirmó. “Recuerdo esa sensación de satisfacción, alegría, euforia y emoción máxima. No he competido nunca en un partido tan intenso como aquel”, sostuvo.

La alegría era plena. El cansancio, extenuante. Y la emoción, por las nubes

“Después de aquel partido, tardé horas en poder dormir y no era por estar fuera celebrando… Estaba casi en estado de shock, absorbiendo y digiriendo lo que acabábamos de vivir”, señaló.

A pesar de que Bryant acabó con 6/24 en el tiro, fue elegido mejor jugador de las Finales. No obstante, el 24 siempre tuvo muy claro quién posibilitó aquel desenlace.

“Durante la pandemia he visto el partido por primera vez al completo y me emocionó mucho porque Kobe me dirigió unas palabras al final, cuando le dieron el premio, que yo no escuché en aquel momento”, explicó Gasol.

Bryant se refirió a él de la siguiente manera: “No tengo palabras suficientes para el español. Ese tipo es increíble. Es un escándalo de jugador. No habríamos ganado sin él”.

El mítico escolta repitió ese reconocimiento público en numerosas ocasiones a lo largo de los años. Incluso dijo a Efe en 2018: “Cuando Pau se retire, tendrá su número en lo alto del pabellón. La realidad es que no habríamos ganado esos dos títulos sin él”.

Gasol aún se quiebra al recordar al fallecido Bryant. “Es muy difícil explicar con palabras nuestra conexión y transmitir lo que fuimos capaces de desarrollar tanto dentro como fuera de la pista. Fue más allá de una amistad”, valoró.

Una pareja sublimada

El segundo anillo de Gasol y el quinto para Bryant. Una pareja sublimada para siempre en la psique angelina. Un nivel estelar, el alcanzado por el español, que, argumentó, debe a la exigencia de compañeros, entrenadores y preparadores físicos.

Desde las charlas motivadoras e inspiradoras de Phil Jackson, hasta los retos de Bryant (cuando le coloca la medalla de oro en la taquilla tras perder España la final olímpica contra EEUU en Pekín 2008) y los cuidados de sus fisios.

“Al final estoy orgulloso de haber sido capaz de dar un paso más, a nivel físico y de concentración, y dominar al más alto nivel. Hay un cambio desde 2008 para ser un jugador determinante y hacer mi papel en esos dos títulos que quedarán ahí para siempre”, finalizó.

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