CASTELLÓ. La victoria del Castellón ante la Ponferradina ha supuesto el debut soñado en el fútbol profesional para ocho jugadores de la plantilla albinegra que hasta el pasado sábado no habían competido más allá de la Segunda División B.
Y es que el técnico albinegro, Óscar Cano, recurrió para este partido a un equipo formado en un cincuenta por ciento por novatos en la categoría de plata del fútbol español: Álvaro Campos, Joseba Muguruza, Adrián Lapeña, Carles Salvador, Jorge Fernández y Rubén Díez como titulares, y David Cubillas y Álvaro Fidalgo como suplentes.
Estos jugadores se conjuntaron a la perfección con los ocho integrantes de la plantilla que sí contaban con minutos en esta categoría: Eneko Satrústegui, Rafa Gálvez, Marc Mateu, Josep Señé, Juanto Ortuño, Jordi Sánchez, Gus Ledes y Óscar Whalley.
Pese a su inexperiencia en estas lides, los ocho futbolistas que debutaron rindieron a buena altura y demostraron sus aptitudes para formar parte de esta categoría. Algunos fueron decisivos, como Cubillas, que entró en el terreno de juego en el minuto 88 y anotó, en colaboración con Lapeña, el tanto del triunfo orellut.
Otros cuatro jugadores sin bagaje previo en Segunda División estuvieron en la lista de convocados, aunque no tuvieron la oportunidad de debutar. Fueron Iago Indias, Jesús Carrillo, Guillem Jaime y el portero del filial, Felipe Galvis, mientras que, entre los no citados para esa jornada inaugural, hay futbolistas que también sueñan con participar por primera vez en un partido de Segunda División. Son Jairo Cárcaba, Alfredo Gutiérrez e Iñigo Muñoz. Estos tres lo tienen difícil para lograr esa meta con la camiseta albinegra, pues no cuentan en los esquemas de Cano y tienen todos los números para salir.
Otro jugador que no entró en la primera convocatoria y que tampoco ha jugado en Segunda División es Paolo Fernandes, aunque este futbolista sí ha estado en una categoría similar en Italia, así como en la liga principal de Países Bajos.