VALÈNCIA. Desde 2014, las inversiones orientadas a la digitalización del sector energético -básicamente el desarrollo de software específico y el diseño de infraestructuras eléctricas digitales - han crecido un 20% en todo el mundo. Este dato, recogido en el Informe de Digitalización del Sector Energético Español presentado el pasado mes de junio, pone en evidencia el importante camino que queda por recorrer en este ámbito, revelando un importante panorama de retos y oportunidades en los que la transformación tecnológica de las redes será determinante para la descarbonización de la economía.
Lo digital ocupa ya un papel incuestionable y omnipresente en nuestras vidas y se configura como una herramienta clave dentro de los planes de reactivación que, desde los más diversos ámbitos, se están poniendo en marcha para atajar las consecuencias negativas de la crisis del coronavirus en la economía.
En el sector energético las tecnologías digitales son absolutamente fundamentales para esa ansiada transición hacia el modelo energético que demandan las líneas recogidas por la agenda 2030, marcadas por un aumento en el uso de las renovables y la reducción de la huella de carbono. La tecnología se ha convertido ya en la mejor aliada de la eficiencia motivo por el cual, en el campo de la energía, no se puede concebir ese cambio si no es a través de procesos digitales.
Recientemente, Raúl Suárez presidente de FuturRed, manifestó durante la presentación del estudio “Visión FutuRed hacia 2050” que las redes eléctricas se configuran como la columna vertebral del nuevo ecosistema eléctrico, “invertir en ellas -señaló- debe ser uno de pilares de la recuperación económica en la era post COVID19”. A su juicio, uno de los grandes retos a los que se enfrenta el sector de las energías es el de la tecnificación de las redes y la digitalización de su explotación como “condición imprescindible para una transición energética real”.
Conscientes de esta realidad, el Instituto Tecnológico de la Energía (ITE) tiene en pleno funcionamiento un proyecto absolutamente pionero en España consistente en un demostrador de gestión digitalizada de energía, bautizado como GAMMA. Esta plataforma de digitalización energética desarrollada junto a las empresas del sector y con el apoyo del IVACE tiene como objetivo permitir a las comunidades energéticas, empresas y usuarios un mayor aprovechamiento de sus propios recursos energéticos (autoconsumo, movilidad eléctrica, almacenamiento), así como analizar en tiempo real la eficiencia del sistema energético.
En líneas generales, la digitalización de los sistemas energéticos tiene, además de un importante componente social en la media que hace al ciudadano partícipe de nuevos paradigmas en los que prima su empoderamiento, la capacidad de contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible desde varios frentes como son: la mejora de la eficiencia energética, la integración de energías renovables y generación distribuida, el fomento de la economía circular, la mejora de la transparencia, trazabilidad y seguridad y el desarrollo de transporte sostenible.
Este proyecto del ITE trabaja en todas esas áreas y funciona como un entorno demostrativo y de validación en el que poder comprobar todas las herramientas innovadoras en el marco de una comunidad energética. A través de este proyecto demostrativo de digitalización energética se aprovechan al máximo los recursos energéticos propios, se reduce el coste de la energía que se consume de la red general, los costes por ineficiencias energéticas (reduciendo el tiempo de detección y de actuación), teniendo un mejor control de coste energético que se repercute cada una de las unidades de venta así como de su huella de carbono. Por este motivo, se convierte en el entorno tecnológico perfecto para que las empresas desarrollen sus propias soluciones y colaboren de este modo al impulso de un futuro sostenible.
Las empresas, a través de GAMMA podrán integrar todas las herramientas y tecnologías de la industria 4.0 centralizadas en una única instalación, combinando la gestión energética inteligente con tecnologías facilitadoras (data analytics, tecnologías IoT, BigData). Además, GAMMA incorpora un gemelo digital energético capaz de replicar virtualmente los elementos más significativos que forman parte de la instalación, permitiendo predecir el efecto que pudiera derivarse de cambios en la política energética de la empresa o en la estructura de aprovisionamiento energético. A los consumidores les permitirá conocer información sobre la huella de carbono del producto que compra, generará nuevos puestos de trabajo dedicados a la rama del desarrollo sostenible e impulsará el uso del almacenamiento energético ofreciendo una solución para la segunda vida de las baterías.
Aunque las compañías energéticas llevan años trabajando para desarrollar sus proyectos de digitalización con éxito, para que la digitalización sea exitosa, los expertos han identificados los siguientes puntos clave en los que hay que seguir trabajando: establecer métricas para conocer los avances e impacto real de la digitalización; identificar y evaluar los diversos retos que conlleva la digitalización (sobre todo aquellos que hacen referencia a la seguridad y privacidad de los sistemas); responder a las expectativas de ofrecer a los clientes una información sencilla y transparente de sus consumos; situar a la cultura digital en el centro de los recursos humanos y desarrollar un marco político y regulatorio estable que permita a las empresas energéticas llevar a cabo las inversiones en capacidades digitales necesarias para el cambio de modelo energético.