El continente cuna de la humanidad está sometido constantemente a desafíos de los que muchas veces ni nos enteramos, con tanta actualidad e incertidumbre mundial, y este es otro caso
Antes de comenzar a tratar el tema que inspira este artículo es inevitable, por la posible escalada, citar tres noticias de las últimas horas protagonizadas por un mismo personaje, que a base de codazos se está haciendo un hueco en la historia, y que se llama, como ya se habrán imaginado, Donald Trump. Este protagonismo del Mister America First se debe, en una parte importante, al abandono de sus responsabilidades como líder global de Barack Hussein Obama II que hizo de la retirada un Leitmotiv en la política internacional USA.
En un primer momento, la noticia de la continuación del pulso en esa, por el momento incruenta, guerra comercial entre los Estados Unidos y la Republica Popular China, con el anuncio de la administración USA de la subida de aranceles a los productos chinos a pesar de las “hermosas cartas” (Trump dixit) que el presidente Xi Jinping envía al norteamericano. Este incremento impositivo de un 25% va a suponer unos 200.000 millones de dólares de mayor coste de las mercancías chinas, por lo que permitirá que la economía americana siga creciendo, así en el primer trimestre del 2019 el PIB subió un 3,2%, mientras que sus tasas de paro han disminuido al 3,6% dato que no se lograba desde 1969. Estas medidas y consecuencias económicas están reconfigurando el orden económico existente en la Globalización, sin saber donde acabará aunque se puede intuir, eso desde una perspectiva internacional, pues desde un punto de vista doméstico USA hace cada vez más viable la reelección de Trump para un segundo mandato, dada la bonanza económica existente.
En segundo lugar, la escalada con Corea del Norte, sí la de Rocket man (según Trump) Kim Jong-un, porque después de estar dialogando bajo el ruido de los misiles de corto alcance que hace una semana dispararon los norcoreanos, los USA se levantaron de la mesa de negociaciones tras otro un nuevo lanzamiento de dos misiles, con un posible alcance de unos 1.300 km, al colmar la paciencia norteamericana y que han provocado el apresamiento del barco norcoreano Wise Honest, que había violado las sanciones impuestas por la Comunidad Internacional; por lo tanto, escalada habemus.
Y tercero, el anuncio del asesor de Seguridad Nacional de Trump, John Bolton, tras las amenazas del presidente iraní Hasan Rohaní sobre su programa nuclear, que sólo los ingenuos o maliciosos pueden creer que es exclusivamente de uso pacifico y civil, respecto al despliegue de un grupo de combate norteamericano con su portaaviones al frente el USS Abraham Lincoln CVN-72, más un grupo especial de bombarderos en el Oriente Medio, quedando cada vez más en entre dicho el pacto nuclear entre el Grupo 5+1 (Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia más Alemania) e Irán firmado en 2015, con el incremento de tensión que ello supone, y la aparición de un posible fallo, error o incluso ataque terrorista contra esos buques, que derive en una escalada.
Finalmente y retornando al motivo del artículo, ya saben que la actualidad manda, el problema de la epidemia del ébola, que tristemente ya me hizo tratar el tema cuando se produjo el brote hace casi una año (junio de 2018) y hoy es la peor epidemia que ha vivido el Congo y la segunda peor del mundo. La preocupación es muy grande pues el director de emergencias adjunto de la OMS (Organización Mundial de la Salud) Michael Ryan ha afirmado hace pocos días que “anticipamos un escenario de transmisión continua e intensa”, y según los datos del Ministerio de Sanidad congoleño, del 2 de mayo, el número de muertos supera el millar (1.008 muertes, 942 contrastadas) y las personas contagiadas llegan a los 1.529 (1.463 confirmadas), recordemos que la epidemia acaecida entre 2014 y 2016 en África Occidental dejó unos 11.300 muertos.
De hecho el secretario general de la ONU, António Guterres, ha publicado un comunicado pidiendo la colaboración internacional para contener la epidemia, que ademas cuenta como aliado para su propagación las múltiples guerras existentes en el centro del continente africano, y que por ejemplo se han cobrado la vida del epidemiólogo camerunés de la OMS Richard Valery Mouzoko Kiboung en un ataque de elementos sin identificar contra un hospital de Butembo, ciudad congoleña fronteriza con la región de los grandes lagos y que es foco actual de la epidemia, por lo que pueden imaginarse lo complicado de la situación, y que además formaba parte de una de las “10 de las cuestiones que requerirán la atención de la OMS y de sus asociados en el ámbito de la salud en 2019” según informe de la propia organización.
En ese informe también se incluía la enfermedad X, una hipotética enfermedad representada por un patógeno aún desconocido que podría causar una epidemia grave, y que puede provenir tanto de una resistencia a los antibióticos ( y la aparición de superbacterias) como de una transmisión zoonótica de una enfermedad infecciosa que pase de los animales a los humanos, y frente a la que deberíamos estar preparados con algún tipo de simulacro general de los servicios públicos de seguridad, sanidad, protección civil e incluso defensa si me apuran, acuérdense de la alarma social del contagio de aquella enfermera en Madrid de un sacerdote contagiado por el Ébola; cuando precisamente tenemos en Valencia, y concretamente en Paterna el único regimiento bacteriológico de España, el Regimiento de Defensa NBQ "Valencia" nº 1, más vale prevenir que curar.
No puedo acabar el articulo sin recordar a un héroe anónimo, como ha sido Kendrick Castillo, de 18 años a punto de graduarse de bachillerato, y que en Highlands Ranch Colorado-USA ha salvado a sus compañeros de una nueva masacre colegial entregando su vida a cambio. Descanse en Paz este nuevo ciudadano heroico.
No es la primera vez que el ruido mediático nos impide ver otros problemas más allá de los titulares, este es el caso de Etiopía