Entrevistamos a Ós gat, una artista valenciana de 21 años que ilustra los conflictos del amor propio a través de su perfil en Instagram
VALÈNCIA. ¿Cómo es ser anónima en la red social más popular del mundo? Ella es Ós gat, un perfil artístico que enmascara a una valenciana de 21 años que no usa las redes precisamente para darse a conocer. Hablamos con ella sobre su arte y su percepción de las redes.
La creadora comenzó en el mundo del arte urbano y fue entonces cuando creó su alter-ego para disociarse de su persona pues, asevera, "en el mundo del arte urbano es necesario tener un alias cubra tu identidad". Se abrió su cuenta de Instagram con el objetivo de subir su arte en la calle, pero pronto dio el salto a su libreta y más tarde al dibujo digital. No descarta nunca volver al arte urbano, pero actualmente le va bastante bien con el digital.
"En el arte urbano todo el mundo tiene un alias, algo que no se asocie a ti"
El amor propio y el crecimiento emocional son las principales temáticas que trabaja la autora.... justamente dos temas que en Instagram están 'de luto'. Así, Ós gat utiliza su perfil artístico como una especie de diario sentimental en el que refleja su estado de ánimo y sus pensamientos a través de personajes femeninos y algunas fusiones con la fauna animal.
En su perfil encontramos generalmente desnudos del cuerpo femenino, algo que no ha pasado por alto para la censura de Instagram. Le retiraron una ilustración que mostraba una mujer sujetando un conejo por la zona del pubis, un sencillo juego de palabras que resultó demasiado explícito para la red social.
Otra de sus herramientas de expresión es la comparación de sus personajes con los animales. Nos explica que le resulta mucho más sencillo hacer ciertas equivalencias emocionales gracias a nuestro instinto animal. Para ella es una buena manera de expresar las emociones de una forma mucho más natural y visual.
Cuando le preguntamos por su relación con su público ella lo tiene bastante claro: cuando publica ilustraciones es para soltarse a si misma.
“A VECES MIRO MIS VIÑETAS ANTIGUAS Y PIENSO: "QUE MAL QUE ME SIENTA ASÍ", PERO CUANDO PASA EL TIEMPO ME ALEGRO DE SUPERAR CIERTAS ETAPAS”
La cuestión del anonimato le permite separarse de su persona, por un lado está la artista y por otro está Ós gat. De esta forma le resulta mucho más fácil trabajar sus emociones y sus pensamientos. Le resulta también una buena forma de deconstruirse, verse desde otro punto de vista y utilizarlo como algo terapéutico incluso. Según declara: "A veces miro mis viñetas antiguas y pienso: "que mal que me sienta así", pero cuando pasa el tiempo me alegro de superar ciertas etapas".
El fin de su perfil es la expresión propia, no gustar los demás. Aunque si que es verdad que le mueve ver que sus 6.000 seguidores se suelen sentir conectados con su estado emocional.
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