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pau gómez y una treintena de cineastas repasan su filmografía

El cine español ajusta cuentas con Martin Scorsese

4/06/2020 - 

VALÈNCIA. Al cine español se le dan muy bien muchas cosas, y una de ellas es el cine negro. Urbizu, Monzón, Barroso, Calparsoro, o Alberto Rodríguez, por nombrar algunos nombres actuales (la tradición guarda una lista mucho más larga). Ahogados de referentes estadounidenses, que es el casi único cine que llegua a la cartelera, tal vez haya que buscar ahí los referentes y las influencias de las que beben nuestros cineastas. Y ahí, aparece sin duda Martin Scorsese.

El director de raíces italoamericanas es el autor de algunos de los films más influyentes de la historia del cine en las últimas décadas: Taxi Driver, Uno de los nuestros, Toro Salvaje o Casino, hace ya años; El irlandés, El aviador, Shutter Island o Infiltrados, hace menos. Pero, si su saber hacer va más allá de su obra y se cuela en las películas de los demás, las lecciones de cine se vuelven enseñanzas, y Scorsese se convierte en maestro. Este el punto de partida de Maestro Scorsese. Retratos de un cineasta americano, en el que el valenciano Pau Gómez coordina a una treintena de realizadoras y realizadores españoles hablando de gran parte de la filmografía del director.

El proyecto arrancó hace 5 años, cuando Gómez leyó que Cesc Gay confesaba, en una entrevista, que al cine español le había influido "Scorsese tanto como Buñuel". El valenciano, que ya tenía en el horizonte hacer un estudio sobre el realiador, cambió la perspectiva y cedió la voz a los alumnos del estadounidense en este país. Rodrigo Cortés, Mariano Barroso, Paula Ortiz, Gracia Querejeta, Daniel Calparsoro o Rodrigo Sorogoyen son algunas de las personas que se han prestado a contar algo de un film de Scorsese. Cada artículo tiene un tono diferente, desde el testimonio personal hasta el análisis fílmico.

¿Cómo abordar entonces estas 200 páginas? "Aunque hay películas como Taxi Driver que habrá visto el 95% de las personas que tienen interés por el cine, hay otras menos conocidas, como ¡Jo, qué noche! que pueden descubrir gracias a este libro y animarse a verlas. Para las personas que conozcan mucho del cine de Scorsese, también es interesante, porque ofrecen un punto de vista diferente. Yo mismo me encontraba con detalles en los que no había reparado y me ha hecho volver a ver esa película", comenta a este diario Gómez.

El propio coordinador del proyecto se encarga de introducir, con un artículo, algunos de los pilares de la filmografía del director Scorsese. Y, cómo no, el punto de partida es el sueño americano, siempre incumplido. "El abuelo de Scorsese emigró desde Sicilia a Estados Unidos en busca de prosperidad, y se encontró, como todos la gran mayoría de italianos a principio de siglo, con otra realidad que les encarcelaba en guetos y en una vida muy humilde. Esa traición a sus expectativas, que Scorsese vivió en sus propias carnes a través de su familia, es el material del que se sirve en sus películas", explica Pau Gómez. En las calles de Little Italy, Scorsese vio asesinatos, charcos de sangre, peleas, mafia... Y su refugio de ese mundo hostil era el cine. Años después, convertiría el dispositivo en su salvoconducto para contarse a él mismo y a su familia la decadencia de, o bien gente humilde que explota, o gente que pasa de la cúspide al fango de un momento a otro.

Sin embargo, a Scorsese no le interesa ofrecer una alternativa. ¿Qué solución tiene un país depredador inmerso en el sistema económico más individualista posible en el que solo existe el éxito o el fracaso? Según el director, seguir sobreviviendo en esa hostilidad. "Esto ocurre independientemente de que hayan alcanzado de manera momentánea ese sueño americano. Los matones van a morir porque han perdido toda ética, pero es muy interesante cómo trata el final de Howard Hughes, Jake Lamotta o Jordan Belfort. Le gusta ver cómo sus personajes tienen una mínima redención, aunque siempre sea ajustada a sus orígenes", analiza el coordinador.

Paula Ortiz firma el último capítulo del libro, el dedicado a El irlandés ("el resto del libro estaba terminado hace un año, pero quería esperarme a este film", confiesa Gómez). En el último año, tres de las películas más destacadas de toda la temporada tienen un sello claramente scorsesiano: El irlandés -obviamente-, Joker y Diamantes en bruto. Sin embargo, aunque dos de estas tres películas no sean del propio realizador, ¿no ha perdido cierta entidad y diversidad en su filmografía? Al principio de esta, Scorsese contaba con personajes protagonistas masculinos y femeninos y hablaba del fracaso a través de la comedia, de la tragedia, del musical incluso... ¿Y si ahora, a sus 77 años y con una popularidad mainstream desbordante, solo gira sobre sí mismo? Los personajes femeninos se han desdibujado, el crimen y el éxito ciegan subtramas más diversas... Su manejo de la cámara y el guion no ha perdido excelencia, pero ¿y todo lo demás? "El irlandés es más guion que riesgo. No creo que haya perdido su voz propia, pero sí que ha cambiado la perspectiva encarando el final de su carrera. La última película 100% Scorsese fue El lobo de Wall Street", sentencia Gómez.

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