El comercio inicia las rebajas de verano con la esperanza de finiquitar la peor fase de la covid-19

VALÈNCIA (EFE). Buena parte del comercio grande y pequeño prepara para la semana próxima el inicio de unas rebajas de verano singulares por la esperanza que alberga el sector de finiquitar la peor fase de la covid-19, de reducir la caída de las ventas en tienda física y de afianzarlas por el canal electrónico.

Este optimismo para el verano lo comparte la Confederación Española del Comercio (CEC), pues prevé que el volumen de ventas para la campaña de rebajas que se inicia en mayor medida el próximo día 24 en el sector de la moda y el calzado se reactivará con respecto al año pasado.

La patronal, no obstante, subraya que la mejoría será "ligera" respecto a la campaña de 2020 y alerta de que se quedará lejos de las cifras de 2019 (la facturación aún podría caer entre un 20 % y un 30 % con respecto a ese año).

Además, la CEC es crítica con el calendario indeterminado del comienzo de las rebajas desde la liberalización de 2012.

Cada comercio, cada cadena, inicia las rebajas cuando lo estima oportuno y por ello la patronal pone en duda el impacto de la campaña sobre el consumo. Es más, opina que el incremento de las ventas va a estar ligada a la relajación de restricciones, a la mayor movilidad y al avance de la vacunación.

Aun con todo, los artículos que se van a colocar en breve en los escaparates físicos y cibernéticos ofrecerán un abanico de atractivos descuentos. Las calles ya son un ir y venir de personas, a diferencia de lo que ocurrió el verano pasado, y con el tránsito llegan las ventas.

Un estudio elaborado por Sensormatic revela que para las tres cuartas partes de los españoles (74 %) ha sido "liberador" poder comprar en persona en vez de por Internet.

El directivo de esta empresa de soluciones para el "retail" Carlos Gómez señala que "a pesar de la cautela, los compradores han vuelto a dar la bienvenida abrumadoramente a las compras físicas".

Las grandes marcas se adelantan

La tradicional fecha del 1 de julio, en donde las cámaras captaban las carreras para llegar el primero a las gangas, ha pasado casi a la historia como el día de apertura de la campaña de rebajas de verano.

Las marcas madrugan. También los "marketplace" de renombre. En ambos casos algunas compañías ya se han lanzado con la gama de descuentos, como Decathlon, H&M, Mango, Springfield, Tendam (Cortefiel) Amazon, AliExpress o ebay, estas últimas por tiempo limitado e interesantes en el apartado de la tecnología.

Otras grandes compañías como El Corte Inglés, Primark o las marcas del grupo Inditex (Zara, Pull&Bear, Massimo Dutti, Bershka, Stradivarius, Oysho, Zara Home y Uterqüe) esperarán hasta el martes, miércoles y jueves próximos para abrir sus respectivas campañas de descuentos, tanto en sus plataformas de Internet como en tienda.

La fuerza del canal electrónico

La pandemia del coronavirus ha acelerado la transformación del sector del "retail" hacia la omnicanalidad y ha aumentado las compras electrónicas entre los consumidores, una tendencia que se espera mantener durante la temporada de rebajas de los grandes grupos textiles y plataformas digitales, concluye el último informe de Oliver Wyman.

Las ventas de moda en julio del año pasado descendieron un 22,5 % en tasa interanual, según los datos de la Asociación Empresarial del Comercio Textil, Complementos y Piel (Acotex). El estímulo de las rebajas para el sector se diluyó y solo se compensó este desplome con el auge del comercio electrónico.

Tras recopilar la opinión de 2.700 empresas y 9.000 consumidores de 10 países, entre ellos España, un estudio de la compañía tecnológica Experian revela que las transacciones en línea aumentaron un 20 % desde que comenzó la pandemia de la covid-19 y precisa que la compra de ropa, electrónica, belleza y bienestar muestran una tendencia al alza.

Incluso desde el punto de vista de la sostenibilidad, el comercio electrónico gana enteros ya que reduce entre 4 y 9 veces el tráfico que genera la tienda física, que es responsable del 11 % del tráfico total en zonas urbanas, según el estudio de Oliver Wyman.

En concreto, en España el comercio electrónico provoca un impacto promedio de 897 gramos de CO2 por cada compra, mientras que en la tienda física asciende a 1.916 gramos, añade el informe, por lo que este canal conserva su ritmo en términos de ventas, sostenibilidad y promociones.