El derecho a jugar

La ONU en su Convención de los Derechos del Niño de 1959 declaró que “El niño tiene derecho al esparcimiento al juego y a participar en las actividades artísticas y culturales". Treinta años después, el artículo 31 de la Convención de los Derechos del Niño (CDN) en 1989 reconoció el derecho de la niñez al descanso, al esparcimiento, al juego, las actividades recreativas y a la plena y libre participación en la vida cultural y de las artes. Un derecho que no es universal. 

En estas fechas sólo pensamos en los juguetes. Detrás de los juguetes está la acción de jugar y sus beneficios. Jugar contribuye al desarrollo físico, es un medio de socialización, herramienta de comunicación social, fomenta la autoestima, enriquece la creatividad e imaginación, el desarrollo intelectual, adquisición de valores, ejercita la atención y la concentración… y así un largo etcétera. Pero vamos a recordar que hay niñas y niños que no juegan y no tienen ese derecho al juego. 

Los juegos no tienen que ser elaborados ni complejos. Este es uno de los puntos más bonitos de la infancia… que la creatividad se desarrolla hasta tal punto que hace prescindibles los juguetes físicos y materiales.

Mi vida en la isla de Lamu, en Kenia, y mi experiencia por algunos países en desarrollo ha hecho que lo haya vivido en primera persona. He sido testigo de cómo de la nada se crean mundos imaginarios donde las niñas y los niños juegan y se entretienen horas y horas. Cómo con palitos de madera del campo levantan un castillo, cómo unas rama de árboles crean casitas donde jugar, cómo las ruedas y neumáticos inservibles se convierten en motores del juego infantil… cómo de la propia naturaleza o de objetos inservibles se crean instrumentos para jugar.  

La infancia y la necesidad de jugar van unidas y en ocasiones cuando la pobreza azota la infancia, el juego y el derecho de jugar pasan a un segundo plano o dejan de existir.

Existen menores que no tienen derecho a jugar, que no juegan, que no tienen infancia por las necesidades y los contextos donde nacen y de crían. Son infancias en familias extremadamente en situación de vulnerabilidad y pobreza. Desde bien pequeños han de realizar tareas de adultos. Es importante no olvidar esta otra realidad que nos parece muy lejana pero en ocasiones está más cerca de lo que pensamos. 

En este punto es interesante separar los juguetes materiales del derecho a jugar. No siempre se tiene que jugar con juguetes, el placer de jugar y los juegos físicos no tienen que estar directamente relacionados. Se puede jugar al aire libre pero es cierto que los juguetes educativos también tienen su función y son importantes para el desarrollo de los niños y niñas.

El derecho a jugar no implica el derecho a tener juguetes, pero en esta sociedad y en este sistema la ausencia de juguetes crea una desigualdad tremenda especialmente en estas fechas.

Los juguetes se han convertido en la vara de medir y por ello existen varias organizaciones y entidades que se movilizan para que ningún niño ni ninguna niña se queden sin su juguete. Hay familias que son muy vulnerables y que guardan estos regalos para cumpleaños u otras celebraciones. 

Cruz Roja

Me gustaría destacar la campaña de Cruz Roja que nace con la premisa de “Sus derechos en juego”, porque incide en le derecho al juego y el derecho a jugar como parte de derecho de la infancia. No hay niñas ni niños de primera ni de segunda y por eso los juguetes son nuevos y con carácter educativa. Sin ser sexistas ni bélicos.

El departamento de Cruz Roja Juventud lleva a cabo la campaña “El Juguete Educativo” este año con el lema “Hay muchos juguetes. Una manera de ayudar”. Esta campaña se lleva a cabo desde 1992.

La campaña de recogida de juguetes en Valencia bajo el lema “Hay muchos juguetes. Una manera de ayudar”. Los juguetes han de ser nuevos, no bélicos y no sexistas. ¿Por qué tienen que ser nuevos? ¿Y si no son nuevos pero están en buen estado? 

Desde Cruz Roja defienden que tod@ niñ@ tiene derecho a estrenar un juguete al menos una vez al año y, además no hay niñ@s de primera y niñ@s de segunda, y que así al menos por día se sientan como cualquier otro.

Además hay otra razón muy importante y es el control de calidad, ya que esta es de la única manera de garantizar que los juguetes, no solo están en perfecto estado aunque no sea lo más importante, sino que también son adecuados para la edad del niño que lo vaya a recibir y que cumplen con unas exigencias sanitarias, ya que un juguete aunque a pesar de encontrarse en buen estado, no se encuentran esterilizados y podrían causar problemas a niños que tienen una salud frágil.

La Asamblea Local de Valencia espera cubrir este año las necesidades de 150 niñ@s en riesgo de exclusión social. La campaña de recogida de juguetes #NingunNiñoSinJuguete se inició el día 10 de diciembre y terminó el día 3 de enero.

Otras campañas

La campaña de recogida de juguetes para familias sin recursos 'Métele un gol a la pobreza', puesta en marcha por el Instituto Valenciano de Pedagogía Creativa, en colaboración con la Fundación del Valencia Club de Fútbol, también ha sido otro ejemplo de campaña de recogida de juguetes exitosa. 

Además las entidades financieras más potentes en ocasiones realizan acciones en esta línea. Este año Bankia también destina una parte de su aportación a la adquisición de juguetes para que los Reyes Magos los repartan entre los niños escolarizados en las Escuelas Infantiles de Casa Caridad.

En cualquier caso con muchos los gestos de generosidad en estas fechas y relacionados con la infancia, imposible de destacarlos todos pero importante para valorar, tenerlos en cuenta e intentar mantener esta sensibilidad y las acciones solidarias el resto del año. 

La semana que viene… más!