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opinión

El desempleo en Estados Unidos y las consecuencias que acarrea

El analista advierte que es clave que haya un consenso para ir hacia adelante con el nuevo estímulo fiscal en un momento donde la covid-19 vuelve a apretar... y mucho

26/10/2020 - 

MADRID. Las solicitudes por subsidio por desempleo en Estados Unidos disminuyen. Sin embargo, el no acuerdo para aumentar el gasto en ayudas sociales supone una gran preocupación para el ciudadano norteamericano que todavía atraviesa por serias dificultades. Recordemos que los subsidios por parte del Gobierno federal terminaron el mes pasado y aún no hay un acuerdo en el Congreso; mientras el auxilio provisional proporcionado por el Gobierno de Trump parece no haber llegado de manera eficiente a los estadounidenses con problemas.

La recuperación es real, pero mucho más lenta de lo que las previsiones iniciales estimaban; y aún muy lejos de una mejoría total de una fuerza laboral tremendamente alejada a los niveles anteriores a esta crisis. Debemos analizar con lupa los últimos datos, ya que los estadounidenses que han agotado los beneficios de desempleo se han adherido a la ayuda extraordinaria, y ésta ha mostrado un incremento en las últimas cifras presentadas.

La cuestión es que una nueva oleada sería desastrosa para una situación laboral lo suficientemente dañada como para recibir otro varapalo. Por ello es clave que haya un consenso para ir hacia adelante con el nuevo estímulo fiscal, que parece no llegar a su fin por la tirantez de las negociaciones entre demócratas y republicanos. Los desempleados están incrementando sus solicitudes al fondo de compensación de desempleo de emergencia por pandemia, lo que provoca que las cifras se eleven.

Un crecimiento económico prácticamente nulo

El grave problema de estos datos mixtos dentro del empleo estadounidense es que ratifican la idea de que actualmente el crecimiento económico es leve o prácticamente nulo; y que una nueva ola provocaría serios estragos solamente drenables por parte de los organismos económicos y políticos competentes.

Una cosa es lo que reflejan los datos y luego otra la cruda realidad. Ver que los estadounidenses que lucharan contra el hambre se incrementará durante este año un 45% llegando a alcanzar más de 50 millones es más que relevante. También hay datos que muestran que uno de cada diez hogares estadounidenses no llegaron a tener suficiencia alimentaria durante semanas de la primera ola. Unos problemas que parecen del tercer mundo, pero que se están viendo en el mundo desarrollado y es que esta crisis está tocando en lo económico pero más en lo social; es cierto que una sin la otra no funcionan pero se necesita un sobre esfuerzo por parte de los responsables políticos.

Lógicamente la situación de la economía norteamericana no es comparable con el tercer mundo, pero es destacable las dificultades por las que están pasando algunas familias por esta crisis. La gran diferencia es que las ayudas sociales y la humanidad de la empresa privada hace un efecto positivo, claramente diferenciador con economías subdesarrolladas, en donde la normalidad en lo anómalo en el mundo desarrollado.

Jorge López es analista de XTB

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