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especialista dermatólogo en el hospital rey don jaime

El doctor Beteta explica qué es y por qué se produce una erupción polimorfa lumínica o alergia al sol

31/05/2019 - 

CASTELLÓ. Tras el invierno, nada sienta mejor que disfrutar de los primeros rayos de sol de primavera para dar al cuerpo la vitamina D que le hace falta, pero en algunas ocasiones, la piel puede reaccionar de forma inesperada. Erupción, eccemas o urticaria, son algunos de los síntomas que padecen las personas que sufren erupción polimorfa lumínica, es decir, que tienen alergia al sol.

Tal como explica el doctor Gerardo Beteta, dermatólogo del Hospital Vithas Nisa Rey Don Jaime de Castellón, “es importante hacer una diferenciación entre alergia al sol y las reacciones directas del sol en nuestro cuerpo. Cuando hablamos de alergia al sol, se habla de una reacción inmunológica que se produce ante una exposición normal al sol que casi siempre se trata de una reacción frente a otro alérgeno pero que necesita de la radiación solar para producirse. Esto ocurre cuando algunos medicamentos, productos químicos y enfermedades pueden hacer que la piel sea más sensible al sol. Por otra parte, las reacciones que produce el sol en nuestra piel no son reacciones alérgicas, sino que se deben a una acción directa del sol que puede provocar quemaduras, erupciones y cambios de pigmentación”.

Para diferenciarlo es clave saber cómo aparecen los síntomas y, sobre todo, dónde se manifiestan. Según el doctor Beteta “la aparición de los síntomas en zonas concretas del cuerpo después de que hayan sido expuestas al sol es un claro signo y pueden producirse varias horas o incluso días después de la exposición al sol, aunque es el especialista quien debe diagnosticar si es una reacción o una alergia”.

Cuidar la piel de la exposición solar y hábitos saludables son fundamentales en el caso de la erupción polimorfa lumínica. “La protección debe ser obligatoria durante todo el año -subraya el doctor Beteta-, con una protección de alto espectro y así evitar tanto la radiación ultravioleta A y B como la luz visible; y para que la piel se vaya adaptando a la época estival, la exposición de aproximadamente 15 minutos con protección permitirá que la piel se vaya acostumbrando.  Esto da a la piel el tiempo suficiente para producir melanina, que actúa como mecanismo de defensa natural contra los efectos dañinos del sol”.

Además, la elección de los tejidos, incluso del color de la ropa, ayuda a minimizar rojeces e irritaciones. “Hay que llevar tejidos que dejen transpirar la piel, y preferiblemente de algodón e hilo, evitando las prendas de fibras sintéticas o semisintéticas, la ropa húmeda y colores oscuros que actúan como barrera del sol. Por supuesto utilizar sombrero y no exponerse al sol entre el mediodía y las cuatro de la tarde, cuando los rayos son más fuertes”

“Beber mucha agua e hidratar la piel con emolientes lo más neutros posibles para activar la piel como barrera natural ante los alérgenos y como una medida preventiva así como evitar productos libres de perfumes ayudará al paciente alérgico”, agrega el especialista. “También una dieta rica en antioxidantes y consumir alimentos como las zanahorias y los tomates que tienen un alto contenido de betacarotenos hacen que la piel sea más resistente”, concluye el doctor Beteta.

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