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El estudio de Redit deja una percepción social positiva de la innovación en la Comunitat

21/11/2019 - 

VALÈNCIA. María Climent, directora de contenidos en Innovadores by Inndux, empezó la mesa redonda sobre el estudio de percepción social de la innovación en la Comunidad Valenciana, presentado este jueves en la biblioteca de Las Naves, con la pregunta de qué era la innovación. Fernando Conesa, jefe de servicio de Promoción y Apoyo a la Investigación, Innovación y Transferencia de la UPV, respondió con que la innovación era la generación de conocimiento, la búsqueda de su aplicación y buscar que acabe en el mercado con un uso social. “Lo hacemos con nuestros profesionales, intentado implicar a los alumnos y buscando la interrelación con las empresas. No se puede aplicar sin la colaboración con otras empresas o generando nuevas”, afirmó. El reto es cómo se crece en cultura de innovación. “Estamos implicando a los estudiantes a través de un pulso de generación de ideas”, estableció. “Hay un déficit de capital privado y de nuevas empresas; se tienen que generar nuevas”, afirmó. “La innovación mejorará, pero tiene que mejorar deprisa porque los demás también mejoran”, explicó.

César Orgilés, vicepresidente de REDIT, explicó que la innovación era un factor de competitividad y mantenerse en el mercado. “Hay que correr más que el otro”, confesó. El mayor valor de la innovación es cuando no se nota. Si no hubiera innovación, la competencia se hubiera comido nuestras empresas. Las fuentes de origen del desarrollo son las demandas de la ciudadanía, estableció.

Carmen Picot, ejecutiva de Relaciones Institucionales y RSE de Consum, aseguró que la innovación tiene que añadir valor a lo que ya existía. “Es un agente de cambio y necesario para sobrevivir y crecer. Para eso es necesario contar con herramientas que permitan identificar las tendencias sociales y perciban el valor que te pueden añadir a tu actividad identificando los riesgos para diseñar una estrategia diferenciada”, expuso. La innovación tiene que ir de la mano de la sostenibilidad. “Innovar tiene que implicar crecer, pero la empresa tiene que pervivir en el tiempo y para ello se tiene que apoyar en tres patas: la económica, la social y la medioambiental ”, afirmó. “Hay que comunicar se se está innovando”, defendió, para que los esfuerzos lleguen tanto al interior de las empresas como al público. Liderar la innovación implica crear un clima organizacional para que todos estén implicados, tanto a los trabajadores como a la dirección. Muchas veces el cambio organizacional también es innovación.

Vicente Inglada, secretario de la Unión de Consumidores, añadió que la innovación tiene que tener una utilidad social. “Si no hay una percepción social positiva de la innovación, el ciudadano no la va a ver útil, por mucho que aporte mejoras a la empresa”, afirmó. El secretario explicó que la empresa tiene que buscar su beneficio, pero tiene que entender también la repercusión de su discurso y de su trabajo respecto a la sociedad. “Los ciudadanos buscamos la calidad del producto y del proceso. La innovación aporta un plus, ese beneficio para la sociedad. Por eso, es fundamental que el ciudadano lo perciba. La calidad no es solo cuestión de precio, sino del proceso, que se valora, así como la responsabilidad social de las empresas”, explicó. Se queda con la innovación social, pero entienden que la innovación es necesaria para los beneficios de las empresas, confesó. Hacen falta recursos económicos, pero también sociales, como la incorporación del discurso ciudadano para que perciban la utilidad que otorga la sociedad a la innovación a partir de introducir la opinión ciudadana. “Quien no vea que la innovación y el emprendimiento es algo imprescindible para transformar la sociedad, se equivoca”, aseguró.

Mauro Xesteira, col.lab manager de Las Naves y fundador de Capazia, consideró que la innovación se tenía que traducir en una mejora de la calidad de vida de las personas y su entorno. Las empresas se han dado cuenta de que el beneficio llega después del bienestar social. “Al final se acabarán acercando posturas”, confesó. La innovación no llega porque no se tienen suficiente en cuenta a la sociedad, ya que no se le pregunta si necesitan esa innovación, confesó el fundador de Capazia. Enfatizó en un liderazgo compartido. Si se trabaja en conjunto, la mejora llegará de forma natural.

Paloma Mas, analista de inversión en Plug and Play Ventures, defendió la innovación abierta, tiene que ser entendible. Consideró que parte de un conocimiento previo para ser conscientes de que es una innovación real; hay que conocer el contexto de dónde se va a aplicar. “Sin innovación las empresas se mueren”, aseguró. “La innovación no se debe cerrar solo a ser perceptible por el público; tiene que estar ahí porque es necesaria. Ahí está el primer fallo: asociar la innovación a algo novedoso que pueda reportar solamente dinero”, estableció. “Si una innovación no es perceptible para el consumidor, pero supone un gran cambio para las empresas, es un gran éxito”, consideró. “La innovación hay que trabajarla mucho, hay que tener un equipo y es cara”, explicó. El punto pendiente es unificar la comunidad científica, inversora, tecnológica y empresario valenciano.

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