LA ADMINISTRACIÓN CONFÍA Y LOS FESTIVALES PIDEN UNA DESESCALADA MÁS RÁPIDA

El experimento Palau Sant Jordi, un espaldarazo (con peros) al plan de los festivales valencianos

28/04/2021 - 

VALÈNCIA. En abril, la Comunitat Valenciana ha tenido la mitad de las horas de sol de lo normal y ha sido el tercer mes más oscuro de la serie histórica. Menuda primavera. Por eso, y por tantas otras cosas más, la noticia de los resultados del experimento del Palau Sant Jordi ayer sentó especialmente bien a casi todo el mundo: el ensayo ha demostrado que un cribaje con antígenos, espacios separados, y la prohibición de consumir en la pista es suficiente para romper la distancia de seguridad, haciendo únicamente necesaria la mascarilla. En el concierto, al que asistieron más de 4.500 personas, solo se han detectado seis contagios en los siguientes 14 días; es decir, la mitad de la incidencia acumulada de la población de Barcelona en el mismo rango de edad y semana. Ni siquiera sumando una estimación de casos asintomáticos a una cifra y no a otra se acercan las incidencias.

Estos datos se han de tomar con ciertas limitaciones: por ejemplo, está claro que la situación socioeconómica de una persona que puede pagar un concierto de 35 euros (o un festival proximamente), tiene espacios más seguros que otras personas precarizadas. Pero en todo caso, el experimento venía a demostrar que no hubo contagio alguno durante el concierto, y de los 6 detectados, cuatro han identificado el origen de su contagio en otro ámbito.

Por lo tanto, los datos son robustos: un concierto masivo no es un evento de súper contagio y depende de la capacidad logística de cribar a la gente. ¿Qué podemos esperar del futuro tras esta conclusión? Las instituciones y promotoras valencianas recibieron la noticia de ayer con esperanza, pero con reservas. La realidad valenciana, la red de festivales, y las iniciativas que ya se están poniendo en marcha van por otro camino. Y la lucha ahora está en poder validar aquello que han pensado para este verano: aforos masivos, pero con distancia de seguridad a cambio de un dispositivo seguro pero menos costoso.

En este sentido, la directora general de Salud Pública, Isaura Navarro, que acudió con la comitiva valenciana al concierto para observar el protocolo, ha sido la encargada de revisar los planes con los propios festivales. Según explica a este diario, se ha “incorporado a la normativa valenciana parte del protocolo llevado a cabo en el concierto, como la sectorización o la prohibición de consumo en la zona del evento, para poder disfrutar de la cultura sin riesgos”. Y valora: “El éxito del experimento evidencia que podemos avanzar pero siempre cumpliendo los protocolos de seguridad. Los resultados son una prueba más de que podemos disfrutar de la cultura musical segura en pandemia, siempre y cuando se cumplan todas las medidas de prevención”.

Por su parte, Francesc Colomer, cree que la noticia es “esperanzadora”: “es alentador poder actuar, ya no solo desde la covid, sino desde la resiliencia, con tecnología, inteligencia e innovación. Es el momento de ensayar y de ser un punto de vanguardia y de coraje para diseñar cómo serán los ‘mientras tantos’ para no parar la vida. Preservando siempre la salud y la vida, pero sabiendo que podemos resisitir”. Turisme, bajo la marca de Mediterranew Musix, es el departamento que más de la mano va con los festivales. Colomer opina que lo de ayer es un “punto de inflexión”.

Los promotores valencianos piden reflexionar sobre el ahora

Que dentro de unos meses se llegue a encontrar un protocolo o una manera de poder llevar estos cribajes de manera económica para hacerlos viables estaría genial y sería una buenísima noticia. Pero faltan apenas dos meses para el inicio del verano, y las promotoras valencianas ya tienen su plan hecho. Conciertos de entre 2.000 y 5.000 personas, en formato ciclo, con distancia de seguridad y sin necesidad de cribaje.

Para Sergi Almiñana, presidente de MusicaPROCV, la noticia de ayer es muy positiva, pero tiene más una carga simbólica. El protocolo que se plantea es inasumible a corto y medio plazo, y sus compromisos empiezan en unas semanas o unos meses. “Mientras, el pasado viernes aprobaron un decreto por el cual la zona de barras ha de estar en un espacio totalmente independiente del resto del recinto, por lo que perdemos una parte importante de esos ingresos, y plantean un aforo máximo de 2.000 personas con una sectorización que es muy costosa de llevar a cabo. Con estas condiciones, muchos ciclos son inviables directamente. Nosotros estamos trabajando en una desescalada más adaptada a nuestra realidad, y que acelere de alguna manera”. Y subraya: “La cultura tiene que ser segura, pero también tiene que ser viable”. 

En este sentido, plantearon a Sanitat un aforo de 5.000 personas para mayo y seguir trabajando en verano. Sin sectorización, el aforo máximo permitido desde el pasado viernes es de 1.000. El objetivo de los promotores es trabajar con porcentajes de aforo en vez de con máximo, es decir, que el número de asistentes lo marque el propio lugar. Ya hay una reunión prevista con Salud Pública esta semana para revisar los protocolos posibles y ver la posibilidad de aumentar aforos en las próximas semanas.