ALICANTE. (EFE).- La alicantina Elia Barceló ha ganado el XXVII Premio Edebé de Literatura Juvenil con la novela El efecto Frankenstein, mientras que la escritora Maite Carranza ha sido la galardonada en el apartado Infantil con Safari, donde homenajea a uno de sus héroes de infancia, Tarzán de los monos. Los dos textos, que llegarán en marzo a las librerías, han sido los escogidos de un total de 289 originales, de los que 198 eran de la modalidad infantil, dotada con 25.000 euros, y 91 de la juvenil, dotada con 30.000 euros.
El jurado remarca que ambas obras se conectan desde un pasado literario hasta la actualidad para dialogar sobre la igualdad de género, la libertad femenina y la empatía, incitando a reflexionar sobre la desigualdad, la diferencia y la indiferencia. A través de un "humor disparatado", la barcelonesa Maite Carranza, Premio Nacional de literatura juvenil 2011 y que igual que Barceló ha obtenido el Edebé en tres ocasiones, además de homenajear al personaje de Tarzán, invita a los lectores a aprender de los primates para que los humanos "se vuelvan más justos y más humildes".
Para el miembro del jurado, Vicenç Villatoro, se trata de una obra que ha ganado "porque es divertida, está bien hecha, es verosímil y porque el jurado se lo pasó muy bien". Abrumada, Carranza ha agradecido la opinión de Villatoro y ha indicado que, cuando escribía esta historia, para lectores de entre diez y doce años y protagonizada por Dani, quien un día perdió el habla y en un viaje con la familia queda desamparado en la sabana africana, también lo pasó bien creándola.
Antropóloga de formación, ha señalado que en la obra trata sobre lo que significa la civilización, de que "nos creemos muy superiores a otros seres, aunque éstos nos pueden dar muchas lecciones de todo tipo, pero, es verdad, que también son muy bestias y de que no existe el paradigma de la perfección". Sin embargo, ha sostenido que los humanos deben todavía "avergonzarse de muchas actuaciones como el machismo o la xenofobia, que los animales resuelven de otras maneras o como en el caso de los chimpancés, que piden perdón y aceptan cuando se equivocan". "Aquí todavía hay gente que no ha aprendido", ha apostillado.
Elia Barceló (Elda, Alicante, 1957), considerada una de las damas españolas de la novela negra, introduce al lector en el siglo XVIII, cuando la presencia pública de la mujer era escasa o inexistente. En nombre del jurado, Rosa Navarro Durán ha mantenido que se trata de una novela que es un homenaje a Mary Shelley "apasionante, que te atrapa desde el comienzo, muy bien construida y que rompe con las leyes de la verosimilitud, aunque no deja de hacerte preguntas sobre ello".
Barceló, quien también ha "disfrutado muchísimo" creando este artefacto para todos los públicos, ha destacado que ha querido hacer un homenaje "a la tradición, al amor por la lectura, a los libros, a Frankenstein, a Shelley... Es una declaración de amor a que yo sea quien soy ahora". Por otra parte, no ha escondido que ha viajado hasta el siglo XVIII para enseñarlo con los ojos de ahora, para que los lectores jóvenes "se den cuenta de que no siempre se ha vivido como lo hacemos ahora, cuando es evidente que la gente puede moverse libremente o que hay que buscar la felicidad".
"Esto tan evidente -ha continuado- no lo era. Y es algo que me fastidia, estar en el siglo XXI y seguir dándole al asunto del feminismo". A la vez, el amor es una cuestión central porque a Barceló le parece tan básico "como la gravedad" y sobre el final, que no ha desvelado, pero que sorprende al lector, ha dicho que "lo quería así, es lo que todos querríamos leer, aunque te pases tres pueblos". EFE