La única manera de evitar otra catástrofe en el planeta es hacer frente al calentamiento global como explica el experto
MADRID. Los inversores también pueden llevar a las compañías a asumir sus responsabilidades. Ya se están viendo innumerables iniciativas de entidades que van a emitir bonos de la covid-19. Estos bonos están diseñados para ayudar a las empresas que peor lo están pasando bajo los efectos de la pandemia o a las personas más vulnerables.
En Estados Unidos, una coalición de accionistas liderados por el ICCR (Centro Interreligioso para la Responsabilidad Corporativa) ha lanzado 'La respuesta del inversor ante el coronavirus'. Una de sus recomendaciones va dirigida a las compañías, animándolas a que protejan a sus trabajadores y cuiden y mantengan su relación son los proveedores.
Por otra parte, la iniciativa de PRI (Principios para la Inversión Responsable) de la ONU ha producido una guía detallada que consta de seis etapas, de cara a que los inversores se enfrenten a los desafíos del COVID-19. Por el momento, los inversores están analizando cómo se están comportando las grandes empresas. ¿Están protegiendo a sus empleados física y financieramente, incluidos aquellos con contratos temporales? ¿Están protegiendo la relación con sus proveedores?
Un buen ejemplo es L'Oreal, que ha congelado temporalmente las deudas que pequeñas empresas pudieran tener con ella. También está la pregunta sobre los pagos de dividendos y recompras de acciones. Todas las empresas están preocupadas, incluso aquellas que se benefician de las ayudas gubernamentales a través de deducciones por contratos a tiempo parcial, aplazamiento de impuestos… muchas de ellas han acordado compartir la carga fiscal reduciendo dividendos y recortando las nóminas de sus consejos de administración.
Las cadenas de suministro están probablemente en el punto de mira y bajo observación, empezando por los riesgos relacionados con la falta de suministros médicos, o los esfuerzos de investigación de las compañías farmacéuticas, especialmente en el campo de las vacunas. Nuestra metodología ISR propia, ya tiene en cuenta dichos factores. Y la crisis de la covid-19 refuerza aún más la decisión de decantarse por un enfoque Best in Universe, sobreponderando aquellas compañías que contribuyen al desarrollo de soluciones sostenibles, empezando por el sector de la salud.
Lo que se denomina como reshoring -cuando una empresa que en su día sacó su producción de su país a otro con ánimo de maximizar su beneficio operativo, ahora retorna esa producción a su país de origen porque las condiciones han cambiado- será un problema importante. Esto concierne desde la agricultura que llega a los hogares para garantizar el suministro de alimentos hasta la industria que ayuda a mantener en pie el suministro médico.
Jean Philippe Desmartin es responsable de Sostenibilidad en Edmond de Rothschild AM